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Elecciones en Francia

Francia, el país del "malaise" y la fractura social permanentes

  • Francia lleva al menos cuarenta años apesadumbrada
  • Esta elección es un nuevo capítulo de la fragmentación social de Francia | Especial elecciones

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Seguidores del actual presidente francés, Emmanuel Macron celebran en los Campos de Marte la reelección de su candidato tras la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Francia
Seguidores del actual presidente francés, Emmanuel Macron celebran en los Campos de Marte la reelección de su candidato tras la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Francia

Empecemos por unos gráficos comparativos que publica Le Monde sobre tres formas de medir los resultados entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen para Presidente de la República Francesa.

1. El resultado oficial, contando sólo las dos opciones, Macron o Le Pen. Clara mayoría de Macron por 17 puntos de margen.

2. El resultado contando todos los votos depositados en las urnas. Macron sigue logrando mayoría absoluta: 54,7%, pero la ventaja sobre Le Pen se reduce a menos de la mitad, seis puntos.

3. Sobre todo el electorado, es decir, contando las abstenciones. Macron ya no es el preferido de “más de la mitad de los franceses”, sino sólo del 38,5%. La ventaja sobre Le Pen, es de 11 puntos.

Los resultados electorales en Francia. Gráfico publicado por el diario francés Le Monde Le Monde

Si sumamos la abstención, los votos en blanco y los nulos, es decir, todos los electores que no quieren a ninguno de los candidatos, obtenemos un 34,2%, 16,7 millones de personas. Son siete puntos más que Le Pen. Lo que refleja ese tercer gráfico es que los franceses del censo electoral se dividieron este domingo en tres tercios: Macron, Le Pen y ninguno de ambos. La posibilidad de que la tercera sí fuera la vencida y la extrema derecha asumiera la jefatura de Estado no ha bastado para que esos electores votaran por Macron.

Sobre la base de todo el electorado ese “41% de franceses que elige la extrema derecha” es de hecho un 27,3%. La expresión más repetida en los análisis del resultado es que Francia es un país altamente fracturado. Con unas fisuras muy parecidas a fenómenos como el Brexit o el trumpismo.

Fractura 2022

Es una fractura en varios planos. Urbano. El de las grandes ciudades frente a laspequeñas o las zonas rurales. Emmanuel Macron ha conseguido un 85,1% de votos en París, 81,1% en Burdeos, 79,8% en Lyon o 77,5% en Toulouse, por citar algunos ejemplos.

Marine Le Pen supera la mayoría en zonas rurales y post-industriales en crisis, como el 57,5% en el Pas-de-Calais, antigua cuenca minera del norte, zona de pesca y paso de inmigración por el Canal de la Mancha, o el 56,3% en los Pirineos Orientales, cuya capital es Perpiñán, la mayor ciudad que gobierna el partido de Le Pen.

Hay una fractura socio-económica, que en Francia han calificado entre “los de arriba y los de abajo”. En su editorial del lunes el periódico de izquierdas Libération señala: “Es ahí donde a los franceses les va mal en lo social o identitario que Le Pen gana votos. En las ciudades pequeñas, que han perdido servicios públicos e industria, en los pueblos que se sienten olvidados. Si sus propuestas xenófobas ya no son un obstáculo infranqueable, y seduce a una parte creciente de franceses en busca de un chivo expiatorio para sus angustias, hay respuestas concretas que aportar sin tardanza: una democracia más representativa y un mejor reparto de la riqueza”.

Fractura generacional. Jóvenes y jubilados, mayoritariamente con Macron. En la franja media de la pirámide de población, la población activa, la que está en el mercado laboral, la que nutrió el movimiento de los ”Chalecos Amarillos”, Le Pen gana o empata con Macron.

Francia 2022 Resultados segunda vuelta
La República en Marcha
partido Porcentaje de Votos obtenidos: 58,5%
Emmanuel Macron
Nº Votos obtenidos: 18.779.809 votos 66,1%
Agrupación Nacional
partido Porcentaje de Votos obtenidos: 41,5%
Marine Le Pen
Nº Votos obtenidos: 13.297.728 votos 33,9%

Retrocedamos 27 años, a 1995

Elección presidencial de 1995. Jacques Chirac, del partido conservador, la derecha “republicana”, gaullista, se presenta después de dos derrotas frente al socialista François Mitterrand, que termina su segundo mandato. El líder de la derecha hace campaña denunciando la “fractura social” que, según él, sufre Francia a causa de los catorce años de presidencia socialista. Aquí, un extracto donde argumenta esa fractura social, en el debate de la segunda vuelta frente al candidato socialista Lionel Jospin.

Según el sociólogo Emmanuel Todd, ese malestar, ese “malaise” de la política francesa, era evidente desde 1981. El sentimiento, tan familiar hoy, de que políticos y periodistas formamos parte de una élite alejada de la vida cotidiana de la mayoría de ciudadanos. Desde entonces la expresión, definición y denuncia de “fractura social” es inseparable de cualquier análisis de la política y las votaciones en Francia.

Si pones el término en un buscar, la literatura que aparece es abrumadora. Artículos y ensayos desde los años ochenta. Cuarenta años de “malestar”, del sinvivir de la sociedad francesa.

“Si escuchas los medios de comunicación, creerás que Francia es un país tercermundista. Impera un discurso del fin del mundo. Creo que se ha agravado con la pandemia de COVID-19, que ha traído pesimismo, depresión y miedos”, argumenta Pierre Mathiot, director de Ciencias Políticas de la Universidad de Lille.

Hace casi diez años, en diciembre de 2012, France Culture, emisora pública, dedicó un espacio a las causas del malestar francés”. Citaban la descripción de Yann Algan y Pierre Cahuc: “Una sociedad en estado de fragmentación vertical y horizontal: por un lado la desconfianza generalizada hacia las élites, consideradas responsables de una degradación general; por otro, lógicas corporativistas donde cada grupo profesional intenta sacar la mayor tajada posible de lo público, a menudo en detrimento de los demás”.

Y contrastaban esos sentimientos con los datos. “Si tenemos en cuenta el coeficiente Gini, como hace la OCDE, la diferencia entre el 10% mejor pagado y el 10% peor pagado, Francia es uno de los países donde las desigualdades no han aumentado. Pero si lo que tenemos en cuenta es el enriquecimiento espectacular de sólo un 0,01% de los más ricos, creeremos que las desigualdades se han agravado”. Francia, 2012.

La era de las percepciones y falsas expectativas

Según el profesor de Georgetown Josep M. Colomé, es un fenómeno que se da en todas nuestras democracias liberales. Desarrolló la tesis en el libro Democracia y globalización y lo compartió en un En Portada al final de la primera Presidencia Trump: “La reacción de desengaño que hubo todavía dura contra partidos de gobierno tradicionales, no tanto a los hechos sino a las expectativas.

Durante muchos años en el mundo occidental ha habido crecimiento económico, los hijos vivían mejor que los padres, los nietos mejor que los hijos, y eso con la Gran Recesión del 2008 se paró. Eso no quiere decir que todo el mundo esté mucho peor de lo que estaba antes, pero lo que sí está claro es que la mayor parte de las expectativas no se cumplen. Esto ha generado mucha ira, inestabilidad política, populismo, nacionalismos de reacción, lo cual ha generado miedo también a que pudiera haber una involución democrática, como ha pasado en Estados Unidos. Las expectativas hay que cambiarlas. Primero hay que adaptarse a la realidad.”

Si los profesores Colomé y Mathiot llevan razón, la sociedad francesa sería un ejemplo prototípico de esta distorsión entre percepción y realidad.