El adenovirus 41, principal sospechoso del brote de hepatitis infantil de origen desconocido
- La falta de exposición a estos virus debido a las restricciones COVID podría explicar el aumento de casos, según los expertos
- Sin embargo, hay otras hipótesis sobre la mesa, la mayoría relacionadas con un origen vírico y con factores asociados
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y diferentes agencias sanitarias continúan buscando el origen del brote de hepatitis aguda del que ya se han contabilizado 190 casos en todo el mundo, según la última actualización del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Sobre la mesa hay varias hipótesis, aunque en este momento las principales sospechas se centran en el serotipo 41 de la especie F de adenovirus. La explicación más probable de este incremento de casos y de su gravedad, según los expertos, es la falta de exposición de los niños a los virus comunes debido a las restricciones derivadas de la pandemia de COVID-19 durante los dos últimos años, combinada con un aumento reciente en las infecciones por adenovirus a medida que la sociedad se ha abierto de nuevo.
En España, hasta ahora se han notificado 13 casos, de los que al menos uno ha necesitado un trasplante de hígado, aunque médicos y pediatras insisten en que no es, de momento, una cifra especialmente preocupante, dado que se trata de muy pocos casos y apenas difieren de la incidencia habitual.
El brote de hepatitis aguda ha sido abordado en el 32º Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID, por sus siglas en inglés), que se celebra hasta este martes en Lisboa. Allí, la la directora de infecciones emergentes de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (UKHSA), Meera Chand, ha analizado los casos de su país, el que más ha detectado hasta ahora. Su hipótesis principal es que existe un factor asociado que está afectando a los niños, lo que hace que las infecciones normales por adenovirus sean más graves o que desencadenen una inmunopatología.
De los 53 niños con hepatitis en Inglaterra a los que hasta ahora se les ha hecho la prueba de adenovirus, 40 (un 75%) han dado positivo. Las infecciones por adenovirus entre los niños de uno a cuatro años en Inglaterra también se encuentran actualmente en su nivel más alto en comparación con cualquier otro momento durante los últimos cinco años, según ha detallado Chand.
La máxima responsable del ECDC, Andrea Ammon, ha coincidido en apuntar este martes que "las investigaciones en marcha apuntan a un vínculo con la infección por adenovirus", tal y como se lleva sospechando desde su primera notificación por parte de Reino Unido hace unas semanas.
Sobre el adenovirus, Ammon ha recordado que "ha habido poca exposición en los últimos años por el confinamiento, la poca interacción social..." producto de las medidas para atajar la pandemia de COVID-19, lo que ha podido dejar a muchos niños vulnerables ante este virus. "Podría ser un factor, pero no puedo confirmarlo ni negarlo porque está aún bajo investigación", ha recalcado.
Trasplante de hígado en el 10% de los casos
De los 114 casos reportados en el conjunto de Reino Unido, la gran mayoría se han producido durante las últimas cinco semanas, y corresponden a niños de entre uno y seis años, con una edad promedio de tres años. Ninguno de ellos ha fallecido, aunque diez han requerido un trasplante hepático, un porcentaje muy alto, a pesar del número limitado de casos, que ha disparado las alarmas entre la comunidad científica.
Los adenovirus son patógenos comunes que suelen causar infecciones generalmente leves. Se transmiten de persona a persona, al toser o estornudar y al tocar superficies contaminadas. Suelen causar enfermedades respiratorias, pero dependiendo del tipo, también pueden provocar otras patologías como gastroenteritis (inflamación del estómago o los intestinos), conjuntivitis (ojo rojo) o cistitis (infección de la vejiga). Hay más de 50 tipos de adenovirus inmunológicamente distintos con capacidad para infectar a los seres humanos.
El adenovirus de tipo 41 suele presentarse con diarrea, vómitos y fiebre, a menudo acompañados de síntomas respiratorios. Aunque se han notificado casos de hepatitis en niños inmunodeprimidos con infección por adenovirus, hasta ahora no se ha descrito en la literatura científica que el adenovirus de tipo 41 sea una causa de hepatitis en menores sanos.
Otras hipótesis
Además del adenovirus 41F, hepatólogos e infectólogos barajan otras hipótesis, la mayoría relacionadas con un origen vírico. Otra posibilidad es que exista una infección reciente o simultánea por COVID-19 u otro patógeno que pueda suprimir el sistema inmunológico, haciendo que los niños sean más vulnerables a virus normalmente inofensivos. También, que una variante nueva y más virulenta de adenovirus está en circulación, incluso una variante desconocida del SARS-CoV-2, aunque las pruebas de genotipado no han encontrado ninguna evidencia hasta ahora. Igualmente, no se descarta que detrás del brote esté un agente tóxico externo, un medicamento o que los menores hayan sufrido algún tipo de exposición ambiental.
Según la OMS, la edad de los afectados actualmente oscila entre el mes y los 16 años, en la mayoría de los casos no presentan fiebre, y en ninguno de ellos se han detectado los virus normales asociados a estas dolencias (hepatitis A, B, C, D y E). Ante este anómalo ascenso de los casos, la organización ha pedido a las redes sanitarias nacionales que continúen las investigaciones y tomen medidas preventivas.
Recomienda precauciones ya adoptadas durante la pandemia de COVID-19 (lavado de manos frecuente, cubrirse la boca al toser, etc.) y tests de sangre, suero, orina y heces de los afectados para analizar y secuenciar los posibles virus causantes. Sin embargo, no desaconseja los viajes internacionales, ya que por ahora no ha identificado que guarden relación con la proliferación de casos.
Aumento y mejora de las pruebas diagnósticas
El organismo sanitario internacional apunta que "todavía no está claro si se ha producido un aumento de los casos de hepatitis, o un aumento de la concienciación sobre los casos de hepatitis que se producen al ritmo esperado pero que no se detectan". "Aunque el adenovirus es una posible hipótesis, se está investigando el agente causante", precisan.
La OMS explica que "debido a la mejora de las pruebas de laboratorio para el adenovirus, esto podría representar la identificación de un resultado raro existente que se produce a niveles no detectados anteriormente y que ahora se reconoce debido al aumento de las pruebas".
"Es necesario investigar más a fondo factores como el aumento de la susceptibilidad entre los niños pequeños tras un menor nivel de circulación de adenovirus durante la pandemia de COVID-19, la posible aparición de un nuevo adenovirus, así como la coinfección de SARS-CoV-2. Las hipótesis relacionadas con los efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 no están actualmente respaldadas, ya que la gran mayoría de los niños afectados no recibieron la vacuna contra la COVID-19. Es necesario excluir otras explicaciones infecciosas y no infecciosas para evaluar y gestionar plenamente el riesgo", concluye.