David Beriain, a través de su viuda: cuando los periodistas son presas de los depredadores de la libertad de prensa
- Se cumple un año del asesinato en Burkina Faso de los periodistas David Beriain y Roberto Fraile
- Autoritarismos, conflictos bélicos, precarización de la profesión o desinformación minan el estado de la libertad de prensa
- Rosaura Romero, viuda de Beriain, abre la segunda entrega de "Vivir para Contarla", podcast de RSF y RNE de periodismo perseguido
“Cantaba el poeta Mikel Laboa su amor por un pájaro y el dolor por su pérdida. Y se lamentaba: 'quizás si le hubiera cortado las alas, aún estaría aquí conmigo'”. Con estas líneas, que despidieron hace un año a David Beriain en su localidad natal de Artajona (Navarra), arranca su viuda, Rosaura Romero, el relato sobre la pasión de Beriain por el periodismo, que no era sino la pasión de contar al otro siempre, sin juzgarlo nunca. “No pienso en ellos nunca”, dice Rosaura Romero sobre los asesinos de su marido. “No siento rabia, ni me he conectado con ese sentimiento. La investigación no me aporta nada nuevo. Saber quiénes son me da igual. No fueron a por ellos específicamente. Cayeron David y Roberto, como podían haber caído otros”, añade.
Reporteros Sin Fronteras y RNE han querido hacer coincidir la segunda entrega del podcast 'Vivir para Contarla' con el aniversario del asesinato de David Beriain y Roberto Fraile, abatidos en el Parque Nacional de Arli (Burkina Faso) por terroristas del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), próximo a Al Qaeda, cuando preparaban un documental sobre caza furtiva. Se trata de un homenaje a su memoria y a la de todos los periodistas perseguidos, en vísperas del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el próximo 3 de mayo.
En este primer capítulo, Rosaura Romero repasa su profunda unión emocional y profesional con el reportero, cuya voz acompaña a la de su mujer, en una suerte de reflexión conjunta sobre el periodismo, la vida y la condición humana. Conocer los entornos de violencia por sus trabajos con David Beriain ha ayudado a Rosaura Romero a contextualizar su asesinato: “Si tú hubieras nacido en Sinaloa, probablemente te dedicarías al crimen y querrías a tu madre igual. Es la complejidad del ser humano, que determina dónde te crías y tu entorno. No somos tan especiales, ni tan distintos”, dice.
Desde el asesinato de Berain y Fraile, el mundo se ha transformado en un lugar aún más inhóspito para el ejercicio del periodismo, por la proliferación de regímenes depredadores de la libertad de prensa. En tres cuartas partes del planeta, los periodistas son amenazados, hostigados, acosados, agredidos, despedidos, secuestrados, encarcelados o asesinados por ejercer su profesión. Los encarcelamientos de periodistas se dispararon un 20% en 2021, elevando a casi 500 los informadores presos en todo el mundo, mientras los asesinatos bajaron del umbral de 50 a nivel global, pese a la dolorosa excepción de Beriain y Fraile.
En Afganistán, el 80% de las mujeres han dejado la profesión al llegar los talibanes
Que nadie se llame a engaño: no se mata a menos periodistas porque el mundo es un lugar mejor, sino porque ya no es necesario matarlos. Medios extranjeros que no cubren zonas enteras del planeta y sátrapas que pueden reprimir sin testigos occidentales hacen que no se requiera asesinar a periodistas para silenciarlos. Esta perversa tendencia se agrava por la precarización ya crónica de la profesión, que reduce las coberturas en el extranjero a la mínima expresión, cuajando al mundo de agujeros negros informativos y creando la paradoja de un planeta que nunca estuvo peor cubierto, estando tan al alcance.
En Afganistán, solo tres meses después de llegar al poder, los talibanes ya habían logrado que cerca de la mitad de los medios echen el cierre y más del 80% de las mujeres periodistas abandonen la profesión.
Tampoco queda apenas prensa independiente en la Rusia de Putin, tras el tiro de gracia que le ha asestado el Kremlin, con su prohibición para informar sobre la invasión de Ucrania, con penas de 15 años de cárcel. Aunque la guerra recuerda el valor de un periodismo que documenta los crímenes que otros quieren cometer sin testigos, también expone a la profesión en otro frente, el de la desinformación, que amenaza constantemente la calidad del relato periodístico.
La prensa también sufre en México y Nicaragua
El crimen organizado, que asola regiones enteras de Latinoamérica, es otro silenciador de periodistas, como explica en el segundo episodio de 'Vivir para Contarla' Teresa Montaño, reportera acosada en su propio medio, amenazada, despedida, y secuestrada por investigar la corrupción de las autoridades de su Estado. México es el país sin conflicto bélico más mortífero del mundo para los periodistas; una tendencia agravada por los constantes embates del presidente Andrés Manuel López Obrador contra la prensa del país. Solo en los dos primeros meses de 2022, han sido asesinados nueve periodistas en México, una cifra que supera la alcanzada en todo 2021.
El horror que vive el periodismo mexicano tiene mayor eco en este lado del Atlántico que el que amordaza a los reporteros nicaragüenses, encarcelados, sometidos o forzados al exilio por el régimen totalitario de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo. Lo cuenta en 'Vivir para Contarla' una de las últimas periodistas televisivas independientes del país, que no puede facilitar su nombre real por temor a las represalias, y que paga una grave factura física y emocional, agravada por su condición de mujer.
Como a muchos de sus compañeros colombianos, el trauma también marca a Óscar Parra, fundador y director de Rutas del Conflicto, un prestigioso portal independiente que “mapea”, en el espacio y en el tiempo, las masacres que se cobran los distintos conflictos armados de Colombia. En 'Vivir para Contarla', Parra se sincera sobre la violencia descarnada que asola a su país y sobre la doble carga traumática que supone ser amenazado por dar cuenta de ella y, a la vez, por recoger los testimonios de centenares de víctimas de atrocidades.
Su compañero Waldo Fernández, cubano, explica cómo es intentar ser periodista independiente en La Habana y luchar todos los días contra el hostigamiento, las amenazas de la Seguridad del Estado o los cortes de Internet del Gobierno de Miguel Díaz Canel para tratar de informar en el peor país para la libertad de prensa de América Latina.
Estos cuatro periodistas forman parte del Programa de Acogida Temporal de Periodistas Latinoamericanos de Reporteros Sin Fronteras España, que la organización pone en marcha cada año con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid.
'Vivir para Contarla' es el título de las memorias de Gabriel García Márquez, escritor y periodista, pero también la expresión literal que adopta el periodismo en el 75% del planeta, donde quienes lo ejercen arriesgan su salud y su vida para poder contar la verdad. El podcast ha sido escrito, realizado y producido por Edith Rodríguez Cachera, periodista y vicepresidenta de RSF España y por Javier Hernández, periodista de Radio Nacional de España.