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Aitana Sánchez-Gijón: "No tengo una visión fatalista de la vida, hay que lograr crecer con tus transformaciones"

  • La actriz interpreta en La jefa a una empresaria que pacta quedarse con el hijo de una subordinada

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Aitana Sánchez-Gijón, en 'La jefa'.
Aitana Sánchez-Gijón, en 'La jefa'.

Quién paga, manda. Y Aitana Sánchez-Gijón manda mucho en La jefa, la película que protagoniza y con la que regresa a la cartelera tras Madres paralelas, por la que fue nominada a mejor actriz de reparto en los últimos premios GoyaLa jefa, ópera prima de Fran Torres, es un thriller psicológico en el que la actriz interpreta a una empresaria de éxito que contrata a una joven ayudante (interpretada por la actriz argentina Cumelén Sanz). Cuando la asistente se queda embarazada, la jefa le ofrece quedarse con su hijo a cambio de una estabilidad laboral.

“La película muestra a alguien que se ha labrado una carrera a base de esfuerzo y tiene poder. Y cómo ejerce ese poder y crea una situación de desigualdad con otra persona que, a su vez, ejerce también el suyo”, explica la actriz. “Pero cuando se ejerce un poder así, no se puede controlar todo, pierde el control y empieza a actuar de manera errática y a dar palos de ciega”.

El resultado de la película es también un empeño de la actriz, que profundizó en un guion de género para ensanchar el conflicto de su personaje. “De entrada parecía una mala malísima, perversa, y no iba más allá. Lo que hicimos fue convertirla en una historia al servicio de los personaje y no al revés”, especifica.

“Era fundamental que se viera la herida de Beatriz, un personaje manipulador, que ejerce su poder de manera abusiva, acostumbrada a tener lo que desea, pero a la que la vida le ha dado un palo descomunal”, desarrolla. “No ha sanado su herida, siente que la vida se le escapa de las manos y se aferra de manera desesperada a la posibilidad que se vislumbra con su ayudante. Se produce una relación de necesidad entre las dos.

Su personaje cree que la vida está mal diseñada: cuando tienes claras las prioridades, es demasiado tarde. “Yo no tengo una visión tan fatalista. Si logras ir elaborando tus duelos y transformaciones y logras crecer con lo que te pasa, no tiene porque ser así”, opina.

La maternidad en la ficción

El argumento tiene similitudes con La hija, de Manuel Martín Cuenca, en la que se abordaba el deseo de tener hijos desde el suspense. Las ficciones en las que los hijos son un bien escaso - aunque sea en distopías como Hijo de los hombres El cuento de la criada- no son extrañas en un mundo occidental con tendencia a reducir la natalidad.

“Sí, es verdad. Es un tema realmente muy perturbador, que explora los límites del ética”. La actriz, de hecho, duda al pronunciarse sobre la gestación subrogada que, de manera muy particular, toca la película. “Me cuesta pronunciarme de manera radical”.

Lo que si muestra La jefa es la brecha que la maternidad supone en el mercado laboral. “La maternidad se daba antes por supuesta y ahora, afortunadamente, la cosa ha cambiado, pero es verdad que estamos hartos de ver que las carreras de las mujeres se ven limitadas”.

La actriz, que ejerció como presidenta de la Academia de Cine entre 1998 y 2000, es consciente de las dificultades de la industria cinematográfica, con las salas del cine sin terminar de carburar tras la pandemia. “Han recibido una herida muy grave, que se venía produciendo antes de la pandemia. El hecho de tener cine en casa hace que cueste más ir, pero sigue siendo una apuesta que ofrece algo que no se puede reproducir en el salón”.

Donde la normalidad ha regresado al teatro, donde la actriz estrena ahora en Madrid Malvivir, de Yayo Cáceres y Álvaro Tato, obra con la que gira desde noviembre. “Pongo mucha energía en el teatro, porque en los últimos años me ha dado los personajes muy potentes”.