Diario de una confinada en Shanghái: "Me hacía sentir en una cárcel"
- La joven Kumi Wu ha decidido documentar su cuarentena obligatoria en dos centros públicos distintos
- Los contagiados y sus contactos directos no pueden pasar la cuarentena en sus casas
El estricto aislamiento que vive la ciudad china de Shanghái por culpa de la política COVID cero del Gobierno ha paralizado esta urbe de 26 millones de personas por un mes. Con todos los sectores de la sociedad afectados, incluidos los periodistas, la joven Kumi Wu ha decidido documentar su cuarentena obligatoria en dos centros públicos distintos.
"La situación en el primer centro era caótica, con unas condiciones penosas y mucha suciedad. Me llevaron por la noche, tuve que buscar mi propia cama plegable y nadie me dio un edredón", cuenta esta shanghainesa de 26 años, que para no pasar frío, tuvo que coger un edredón usado.
"La segunda instalación me hacía sentir en una cárcel. Eran habitaciones prefabricadas en contenedores, compartidas por tres personas. No nos dejaban salir del cuarto", dice Kumi Wu.
Los contagiados y sus contactos directos tienen que pasar la cuarentena en centros públicos, puesto que no se les permite hacerla en casa.
¿Es eficaz este sistema?
"Seguían enviando a pacientes nuevos, así que si éramos negativos, ¿cómo podíamos estar seguros de que no nos infectábamos otra vez por contaminación cruzada?", se pregunta Wu.
Una cuestión que critican muchos otros shanghaineses que creen que se contagian precisamente en estos centros o al hacerse las PCR masivas a las que les obliga el Gobierno.
Esta situación de parálisis social y económica que se está viviendo en Shanghái pronto podría llegar a Pekín, donde aumentan los cribados masivos. En las últimas 24 horas, se ha detectado medio centenar de casos en distintos distritos de la capital, lo que significa que el virus se está expandiendo por diferentes lugares de la ciudad.