Brotes psicóticos y pérdida de memoria, algunos efectos del cannabis en los menores
- Los psiquiatras advierten que el consumo de marihuana influye peligrosamente en la formación del cerebro
- Según la cantidad consumida, el riesgo de padecer una psicosis esquizofrénica se multiplica por dos o por cuatro
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Lluch empezó a fumar a los 12 años. Ahora tiene 15 y quiere explicar su historia porque cree que puede ser útil para otros. "Empecé con la marihuana por las amistades. Un día, un amigo me trajo marihuana y me dijo 'vamos a probarlo'. Primero fue un día, luego el fin de semana, después otro fin de semana, y así hasta que, sin darme cuenta, fumaba casi todos los días”.
Los porros le han traído más de un problema con amigos y muchas discusiones familiares. El consumo de cannabis le llevó a abandonar su máxima ilusión: el rugby. Empezó a faltar, a desmotivarse y acabó dejándolo. Aunque sus padres han estado siempre ahí, ha sido duro.
“La terapia me está ayudando a dejar de consumir“
“Me sabe mal el dolor que he causado a mi familia", se arrepiente Lluch. "Ahora estoy haciendo una terapia que me está ayudando a dejar de consumir", explica satisfecho porque está "consumiendo menos" desde que ha entrado a formar parte del grupo terapéutico. "Veo las cosas de otra manera“, resume Lluch.
Adictos a la marihuana
Lluch reconoce que es adicto y que quiere acabar con esa adicción. Cuando no tiene nada para fumar se aburre y cree que nada tiene sentido. “Yo pensaba que lo tenía controlado", recuerda. "La gente te va diciendo: 'oye, ten cuidado que estás cambiando', pero tú no te das cuenta y piensas que lo tienes todo controlado y que a ti no te va a pasar nada”, explica el joven.
“No te das cuenta y piensas que lo tienes todo controlado, que a ti no te va a pasar nada“
Lleva un tiempo siguiendo una terapia para dejar su adicción en la Fundación Orienta, en Gavà (Barcelona). Allí ha conocido a Pau Gil y a Vinyet Eroles, él es educador social y ella enfermera. Se siente bien con ellos. Lluch comparte aula con Noemí Chaves, de 17 años, que tiene su mismo problema. Quiere dejar de fumar, pero reconoce que le está costando mucho.
De la diversión a la adicción
Pau Gil les pregunta: "¿En qué momento pensáis que el tema del consumo empieza a ser un problema?". Y Noemí contesta sin dudar: "Cuando pasan los días y dependo de ella, cuando ya no lo hago por diversión, sino porque lo necesito".
Hacía campanas y no iba al instituto; discutía constantemente con sus padres, no quería ni verlos. Ahora es consciente de lo que han sufrido. A Noemí su adicción le ha hecho perder amigos, salud, dinero y tiempo. "Es importante tener cerca a tus padres, pero por mucho que tus padres te digan que lo dejes, los que te influencian son tus amigos", asegura la joven.
“Es más fácil encontrar una persona que te venda marihuana que comprar pan“
Viñet Eroles, la enfermera, les pregunta: "¿Es fácil encontrar marihuana en la calle?." Y Noemí contesta sin pestañear: “Es más fácil encontrar una persona que te venda marihuana que comprar pan”. Lluch es de la misma opinión y cree que solo hace falta tener un par de contactos. Cuenta que ha intentado dejar de fumar varias veces y que, al salir a la calle y encontrarse con algún amigo, le entran las ganas y vuelve a caer.
Anna Mané es psiquiatra y trabaja en el Centro Fórum del Hospital del Mar en Barcelona. Se muestra preocupada porque en su hospital, y en otros centros, actualmente están ingresando pacientes que tienen un primer episodio psicótico. "En estos pacientes, el consumo de cannabis es muy frecuente, alrededor de un 50 % o incluso más", dice la doctora. "El tetracannabinol es un componente que hace que se generen síntomas psicóticos, que produce alteraciones en la memoria, en la atención, y también ansiedad", asegura Mané.
“El tetracannabinol es un componente que hace que se generen síntomas psicóticos“
“Lo que vemos es que, con 14 años, es frecuente el consumo y son cerebros que todavía no están del todo formados", cuenta la psiquiatra antes de concluir que "el efecto del cannabis puede ser muy perjudicial por la psicosis, sobre todo pero también por otros temas como las alteraciones de memoria y de atención". Los médicos están constatando que en las resonancias magnéticas se ve que "hay alteraciones del volumen cerebral", explica la doctora.
Uno de sus pacientes es Néstor Cámara. Tiene 28 años y empezó a consumir a los 16 y no lo dejó hasta que le dio el brote psicótico a los 27 años. Sus padres acudieron a la doctora cuando Néstor empezó a no distinguir la realidad de la ficción. “Empecé a pensar que había cámaras ocultas por todos los sitios, y que controlaban lo que hacía. Estaba ido, no tenían sentido las cosas que decía“, recuerda Cámara.
La doctora Mané apunta que, aunque es cierto que hay personas que han consumido cannabis y aparentemente no les ha sentado mal, "la acumulación del cannabis puede conllevar una psicosis". Hay estudios que indican que el consumo de cannabis duplica el riesgo de tener una psicosis esquizofrénica, pero "si el consumo es elevado, este riesgo aumenta hasta cuatro veces más", apunta la psiquiatra.
“Estaba muy contento y muy triste, todo en el mismo dia“
Néstor confiesa que fumaba porque, para él "era una forma social de estar con la gente, con los amigos". Además, le servía para evadirse. Ahora reconoce que acabó provocándole momentos de mucha angustia y mucho estrés mental porque "estaba muy contento y muy triste, todo en el mismo día”. En su caso, y en el de la inmensa mayoría, la voz de alarma la dan la familia o los amigos. Ellos son los que se dan cuenta de que algo va mal y son los primeros en buscar ayuda.