La danza, un bálsamo necesario ante la guerra y la pandemia
- Las dos compañías nacionales de danza se unen para bailar ante el Guernica contra la guerra
- La directora del Ballet de Corea denuncia que "el COVID-19 ha bloqueado la danza en su forma original"
La danza es un bálsamo para el alma en estos tiempos extraños en los que la pandemia y la Guerra en Ucrania mantienen a la humanidad en zozobra y las artes a medio gas. Esta síntesis, poética y a la vez desgarradora, ha marcado las palabras de la bailarina y directora artística del Ballet Nacional de Corea del Sur, Sue Jin Kan (Seúl, 1967), la profesional elegida en 2022 para enviar un mensaje al mundo en el Día Internacional de la Danza, que se celebra este viernes.
Kang cree que el "solitario y cansado público" está "sediento de la simpatía y del consuelo de los bailarines" y, por eso, llama a estos a "batir" sus alas para dar "esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza" y dar "valor para superar esta pandemia". "Mi corazón ya comienza a palpitar", ha indicado en su emotiva alocución.
Sue Jun Kang se ha enfocado en los estragos provocados por el coronavirus en la forma en la que fluye el baile, y en cómo ha paralizado el corazón de la cultura "La COVID-19 ha restringido e incluso bloqueado el arte de la danza en su forma original", ha denunciado. Según ha explicado, la pandemia ha golpeado tan fuerte que le ha hecho replantearse "el significado de la 'danza' y de los 'bailarines'".
"En un pasado lejano, la danza era un medio primordial de expresión y comunicación a través de los gestos, convirtiéndose en un arte escénico que conmovía el alma e inspiraba al público. Es un arte momentáneo que es difícil de restaurar en su forma original una vez completado porque se crea con todo el cuerpo y el alma", ha explicado.
Un arte en "constante movimiento"
Defensora de las mujeres y pionera, Kang se unió al Ballet de Stuttgart en 1986 y se convirtió en la primera y más joven bailarina asiática. A su juicio, "la danza está hecha de momentos efímeros, lo que predestina a los bailarines a estar en constante movimiento".
Kang también ha radiografiado la precariedad actual en contraposición a un pasado de esplendor "aunque la situación está mejorando", los espectáculos de danza "siguen estando sujetos a muchas restricciones" lo que, según ha señalado, le hace "atesorar los preciosos recuerdos de los tiempos en los que la danza y los bailarines brillaban como joyas e iluminaban el mundo, transmitiendo la angustia y la ansiedad humana, la voluntad y la esperanza de vivir".
"Es importante recordar que en una de las diferentes réplicas de la peste negra surgida en la Europa medieval, el 28 de junio de 1841, se estrenó en la Opera de París el ballet Giselle, que representa el amor más allá de la muerte, y recibió una respuesta explosiva", ha señalado. "Desde entonces, Giselle se ha representado en toda Europa y en todo el mundo para reconfortar y animar a las almas de la humanidad asolada por la pandemia", ha añadido y recoge Europa Press.
El Día Internacional de la Danza se celebra el 29 de abril, desde que fue establecido en 1982 por el Comité Internacional de la Danza del Instituto Internacional del Teatro (ITI) de la UNESCO, en conmemoración de la fecha del nacimiento (en 1727) de Jean-Georges Noverre, bailarín y maestro considerado el creador del ballet moderno.
Cada año el ITI encarga a una personalidad conocida del mundo de la danza la redacción de un mensaje con el objetivo de unir todas las danzas en este día, para celebrar esta forma de arte y mostrar su universalidad.
El objetivo es "celebrar la danza, deleitarse con la universalidad de esta forma de arte, cruzar todas las barreras políticas, culturales y étnicas, y finalmente, unir a todas las personas bajo un lenguaje común".
La danza se vuelca con la paz
Durante toda la jornada de este viernes se han celebrado actos en favor de la danza en todos los rincones del mundo. En nuestro país, el mensaje de esperanza también se ha plasmado en una coreografía conjunta del Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza frente la obra emblemática por excelencia del arte contemporáneo, el Guernica de Picasso.
La sala del Reina Sofía en la que se expone el Guernica se ha abierto por primera vez a un espectáculo de danza en el que se estrenarán piezas especiales además de bailar coreografías sobre los temas Ne me quitte pas, de Jacques Brel, y Mon Dieu, de Charles Dumont.
"Hemos querido expresar mediante el baile el sufrimiento que causan las guerras y nuestro rechazo a que vuelvan a suceder hechos como este", ha explicado a EFE el director del BNE, Rubén Olmo.
En palabras del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, se une "por primera vez" a las dos compañías nacionales de danza "frente a un símbolo universal de paz, como es el Guernica, para que el talento y la dedicación de nuestros bailarines y la singular expresión de la danza en sus diferentes estilos nos reconforten con su mensaje de confraternidad, belleza y esperanza".
Le han seguido las coreografías de Ricardo Amarante "Fear" y "Loss", interpretadas por bailarines de la CND sobre los temas "Ne me Quitte pas", de Jacques Brel, y "Mon Dieu", de Charles Dumont. El programa se cierra con "Sangre de toro", creada por el director del Ballet Nacional, Rubén Olmo, y la pieza de estreno, montada para esta conmemoración, titulada "Guernica".