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La vacuna de Pfizer no provoca envejecimiento prematuro

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Capturas de mensajes que difunden falsedades sobre la vacuna de Pfizer contra la COVID-19 con el sello: Falso
Capturas de mensajes que difunden falsedades sobre la vacuna de Pfizer contra la COVID-19

Un medio digital asegura que el envejecimiento prematuro es uno de los efectos secundarios de la vacuna Pfizer. Es falso. Se basa en una entrevista a una británica que sufrió una inflamación de la cara con la que dice haber “envejecido 20 años en tres días” tras recibir la inyección, pero no existe un diagnóstico médico y los expertos consultados hablan de “sensación subjetiva”.

Vacuna de Pfizer: el efecto secundario que nadie vio venir, el envejecimiento prematuro” dice el titular de la noticia. En la entradilla se explica que “Michelle Flower, de 41 años, reveló que dos semanas después de aplicarse la dosis de refuerzo del suero su rostro comenzó a deteriorarse, ampollarse y sangrar”. Según este artículo, su médico de cabecera “le diagnosticó urticaria y le recetó esteroides”. “Después de unos meses, Flower se autodiagnosticó con dermatomiositis” por coincidir los síntomas con los de “la madre de una amiga”.

El origen es un artículo de un medio local británico ya eliminado y que enlazan en el texto anterior. Gracias a la herramienta Archive.org hemos podido acceder al contenido. El titular dice que “una mujer de Sheffield asegura que la vacuna de refuerzo contra la COVID-19 le ha hecho envejecer 20 años en tres días después de una reacción horrenda”.

Dermatomiositis

Flower dice que envejeció 20 años en tres días, aunque no habla de envejecimiento prematuro. Sin embargo, sí le pone un nombre a su dolencia. Lo hace, no obstante, sin la valoración médica pertinente. Reconoce que “hablando con una amiga se autodiagnosticó dermatomiositis”. Se trata de una enfermedad muscular que involucra inflamación y erupción en la piel. Pablo Ortiz explica que “es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por el ataque del propio sistema inmune contra la piel, los músculos y otros órganos”. Para Ortiz “el aspecto que tiene esta mujer tampoco refleja una dermatomiositis”, aunque reconoce que es arriesgado decirlo sin tener al paciente delante.

La dermatomiositis no es uno de los efectos secundarios de la vacuna de Pfizer, según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, la autoridad sanitaria de EE.UU.). Sí lo es la hinchazón de la cara, tal como recoge el prospecto de Pfizer que muestra la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en la página 86. Es un efecto raro, que puede producirse en uno de cada 1.000 casos. Lo corrobora el presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas, José Antonio Forcada, quien aclara que “el efecto secundario dermatológico que está contemplado es principalmente la urticaria, pero son leves, remiten con cualquier tratamiento antihistamínico”.

Envejecimiento prematuro y sentirse más viejo

El jefe de la Unidad de Dermatología del Hospital 12 de Octubre y catedrático de la Universidad Complutense Pablo Ortiz Romero explica que el envejecimiento prematuro “consiste en una serie de cambios que hacen que la piel tenga un aspecto que te hace parecer más mayor”. El doctor Ortiz afirma que “las causas más habituales son de origen genético, pero sobre todo el sol y el tabaco”. Ortiz opina que “el aspecto de la mujer no se corresponde con el envejecimiento prematuro”, sino que solo se aprecia un “proceso inflamatorio”.

En la misma línea se expresa el presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas, José Antonio Forcada. Opina que “hablar de envejecimiento prematuro es radical”. Puntualiza que “habría que estudiarlo y ver si hay más casos”, pero sostiene que “cuando te pones una vacuna, por cualquier cosa que pase en los 15 días posteriores, le echamos la culpa a la vacuna y la mayoría de veces son enfermedades que ocurren tanto si te la has puesto como si no”. Los dos coinciden en que es una sensación subjetiva. Ortiz concluye que “la señora se ve más vieja, pero eso no significa que sufra envejecimiento prematuro”.

Por tanto, no es cierto que el envejecimiento prematuro sea un efecto adverso de la vacuna de Pfizer. La publicación se basa en la sensación subjetiva de una mujer que sufrió una inflamación, se autodiagnosticó y no está probado que sus síntomas sean consecuencia de la vacuna contra la COVID-19.