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El falso caso 'Bar España': el primer macrojuicio nacional contra la desinformación

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El caso 'Bar España' será el primer macrojuicio contra la desinformación. Sello Verifica
El caso 'Bar España' será el primer macrojuicio contra la desinformación

La justicia sentará en el banquillo próximamente a once personas acusadas de difundir mentiras contra conocidos políticos, miembros de las fuerzas de seguridad y de la magistratura a los que han relacionado falsamente con una trama de pederastia satánica ubicada en el “Bar España” de Benicarló, Castellón. A pesar de que la primera referencia se remonta a 1997, de que la justicia ha desestimado sistemáticamente las denuncias y de que testigos inicialmente clave han dicho posteriormente que se les coaccionó para mentir, el caso “Bar España” revive cada cierto tiempo en Internet trayendo al ámbito español ecos de otro bulo bandera sobre pederastia impulsados por los teóricos de la conspiración: el Pizzagate.

A menudo aparecen en redes sociales mensajes que resucitan este asunto. A modo de ejemplo, dos publicados el mismo día de la redacción de este artículo. Uno de ellos dice: “¿Cuantos niños deben ser violados y asesinados para que se investigue a los pedosatanistas en España? #Alcasser #BarEspaña”. Siguiendo la línea que ha llevado al banquillo a los acusados en este juicio, otra cuenta publica la foto de un hombre acusado falsamente de ser pederasta con el mensaje: “CASO BAR ESPAÑA: El presunto pederasta y asesino de menores [nombre]”.

¿De qué se acusa a los presuntos propagadores de bulos?

El auto de la jueza de instrucción número 5 de Castellón sostiene que los acusados difundieron durante 20 años “continuas informaciones falsas aparecidas en distintas páginas, blogs y otros medios de comunicación”. La instructora añade que "durante años, internautas especializados en la propagación de bulos y en la difusión de teorías conspiratorias difundieron la historia y la publicaron y mantuvieron en distintos foros” (consulta aquí el texto íntegro de la apertura de procedimiento abreviado).

Los once acusados según el auto de 22 de marzo de 2021 son: Joaquín Crespo, María Pilar Teresa Baselga, Juan Lankamp, Virginia Mota, Ramón Valero, Valentí Figueres, Carlos García Viejo, José Eduardo Sánchez, Javier Fernández Torres, Santiago Cordido García y una mujer que falleció con posterioridad al auto por lo que la jueza dictó su extinción de responsabilidad criminal en diciembre de 2021 (pág. 10). No todos tienen el mismo perfil. En algunos casos se trata de personas que administran blogs o portales digitales. Otros se presentan como periodistas o personas que han usado sus canales en YouTube y redes sociales para dar vuelo a teorías conspiracionistas relacionadas con este caso. Para todos ellos, la jueza instructora pide una multa de 2.4 millones de euros como pago por su responsabilidad civil en el caso.

Las relaciones entre ellos, y con las teorías de la conspiración, se han manifestado durante años, hasta llegar al negacionismo de la COVID-19 e incluso al movimiento Q-Anon, cuyas ramificaciones en el Telegram español te contamos aquí. Una de las acusadas, Pilar Baselga, que se ha presentado en medios de comunicación como activista contra las vacunas anti Covid-19, es una de las representantes más conocidas de “Médicos por la verdad”. Este movimiento ha publicado bulos a lo largo de toda la pandemia, como este sobre un falso informe del Instituto de Salud Carlos III que presuntamente daba por finalizado el contagio.

¿Cómo nació el caso “Bar España”?

En 1997, España vivió la conmoción del caso Alcàsser, el triple crímen de tres adolescentes de entre 14 y 15 años que se dirigían de Alcàsser a Picassent en Valencia. A rebufo de la alarma social desatada en esas fechas, un vecino de Benicarló, Reinaldo Colás, denunció públicamente que sus hijas de 3 y 5 años eran víctimas de abusos sexuales perpetrados por el nuevo novio de su ex-mujer. Sus demandas en los juzgados fueron desestimadas​, pero él mantuvo su empeño. Con la ayuda de Antonio Toscano, que se presentaba como periodista y criminólogo, construyó un relato falso que decía que las dos niñas eran víctimas de una mafia pedófila. Los dos situaron su epicentro en un bar de carretera (el Bar España de Benicarló) donde de manera organizada, afirmaban, se practicaban violaciones a menores que, en ocasiones acababan con la vida de los niños.

El caso dio un salto cuando Colás y Toscano empezaron a difundir documentos y testimonios en video de jóvenes de entornos desestructurados que afirmaban ante la cámara que habían sido violados y torturados por la trama del Bar España. Entre los documentos que luego se demostraron como falsos están dibujos y relatos de las que entonces eran supuestas víctimas. Todos estos materiales están disponibles en Internet. Un usuario, por ejemplo, distribuye una recopilación de 202 páginas que ofrece, entre otros, los escritos que las hijas de Colás hicieron al dictado de su padre. En uno de ellos vemos el dibujo de un hombre desnudo con las inscripciones “Farina [el padrastro] es malo”. “Me azia tocarle la pilila (SIC)”.

El hecho de que hubiera testimonios reales hizo que medios de comunicación se interesaran por el tema, más todavía cuando cuando los organizadores del bulo empezaron a implicar en la trama a destacados políticos valencianos, presidentes de clubes de fútbol, miembros de los cuerpos de seguridad o de la magistratura, incluso a una concursante de Masterchef. Para intentar dar credibilidad a la invención, se introdujo en ella un elemento verdadero: el nombre del pederasta francés Bernard Alapetite, condenado en Francia como organizador de una red de corrupción de menores. La lista de las personas difamadas se esconde detrás de seudónimos en el auto de la instructora de Castellón.

La justicia desmonta el bulo pero los acusados siguen mintiendo

A partir de esta construcción se presentaron varias denuncias en los juzgados que fueron desestimadas o retiradas. Un auto de la Audiencia provincial de Castellón de 2003 relata las distintas ocasiones en que los iniciadores de la trama intentaron que la justicia se creyera sus invenciones sin éxito. En este mismo auto se resumen los dictámenes psicológicos que se hicieron a las hijas de Colás en los que se concluye que no se ha hallado “valores significativos que me hagan pensar en la posibilidad de que estas menores hayan padecido abusos sexuales”. El mismo texto añade más adelante: “Las menores coinciden en que nunca han visto un hombre desnudo”. En su conclusión afirma: “El padre las induce a recordar cosas que en realidad no han sucedido”.

En 2013 Colás fue condenado por el juzgado número 1 de Vinaròs “como autor del delito de acusación y denuncia falsa”. Dieciséis años después de este auto las dos hijas de Colás hablaron con “El Español” y confirmaron las conclusiones de los peritos y los jueces: “Mi padre nos coaccionaba. Nosotras no sabíamos ni lo que decíamos, pero lo decíamos”.

Los dos principales inductores de la trama, Reinaldo Colás y Antonio Toscano, ya han fallecido. Ahora se juzga a los que, a través de Internet, según la jueza de instrucción número 5 de Castellón, “difundieron la historia y mantuvieron en distintos foros” durante más de 20 años. Sobre los 11 acusados la instructora afirma que “ninguno de ellos ha realizado labor alguna de contraste y verificación de sus fuentes y de lo publicado, ocultando de forma deliberada la retractación de los entonces menores -supuestos denunciantes- y la condena de los autores de tales bulos por la falta de certeza de las acusaciones mantenidas”. El procedimiento está a la espera de que se fije la fecha del juicio oral. Es un proceso a difusores de bulos de manera intencionada que no tiene precedentes en la justicia española.

La pederastia, un clásico de las teorías de la conspiración

La falsa vinculación de destacadas figuras de la política con la pederastia es un clásico de las teorías de la conspiración en Internet. Es habitual encontrar denuncias falsas de pederastia junto a mensajes que afirman tener pruebas de que unas elecciones han sido fraudulentas o de que la COVID-19 no existe y que ha sido inventada para restringir las libertades. Un ejemplo de esta vinculación es el falso “caso Pizzagate” por el que se intentó implicar a Hillary Clinton, entonces candidata a la presidencia de EE.UU., y a otros políticos de la órbita Demócrata, en una red de pederastia que, supuestamente, tenía como epicentro el sótano de una pizzería de Washington. Como dice el propietario de la pizzería al que se intentó implicar en este bulo en este artículo de la BBC, los conspiracionistas “Ignoran hasta las verdades básicas (...) ni siquiera tenemos un sótano”.

Según el “Informe sobre los delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España” del Ministerio del Interior (pág. 18), en 2019 las víctimas de este tipo de delitos que eran menores de edad fueron 7.250 (el 46% del total). Más de la mitad (3.527) tuvieron como víctimas a niños y niñas entre 0 y 13 años (pág. 21). Como explica este artículo de The Guardian, una de las peores consecuencias de este tipo de denuncias falsas es que desvían la atención respecto a las denuncias verdaderas y siembran la confusión respecto a los casos reales de abusos sexuales en la infancia.

* Esta noticia se actualizó el 4-05-2022 a las 14:30 para indicar que una de las personas acusadas falleció con posterioridad al auto de apertura de procedimiento abreviado.

Fecha de primera publicación de este artículo 30-04-2022