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Música

Siniestro Total dice adiós tras 40 años: "La corrección política nos da absolutamente igual"

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Siniestro Total se despide con un doble concierto en Madrid

Siniestro Total, la banda más irreverente y exitosa del punk español, se despide este fin de semana con un doble concierto en el WiZink Center de Madrid, en el que supone el punto final a sus cuatro décadas de trayectoria. Este viernes 6 y el sábado 7 de mayo la banda gallega ofrece sus últimos recitales, a los que se sumarán algunos de sus antiguos miembros.

"Está pensado, llevamos 40 años pensándolo", asegura con su sorna habitual el líder de la banda, Julián Hernández, en una entrevista en La Noche en 24 de TVE, en la que repasa sin nostalgias la carrera de Siniestro, que arrancó en Vigo a principios de la década de los ochenta, liderando lo que se conoció como la 'Movida viguesa'.

'40 años sin pisar la Audiencia Nacional' es el lema de estos conciertos, en la línea de la ironía y el humor negro de un grupo cuyas letras, en muchos casos, difícilmente sortearían hoy en día el filtro de la corrección política. "Ayatolah, no me toques la pirola", "Todo los ahorcados mueren empalmados", "Me pica un huevo", "Opera tu fimosis", "Todo por la napia", "Cuánta puta y yo que viejo", "Los chochos voladores", "Matar jipis en las Cíes" o "¿Qué tal homosexual?" son algunos de los títulos de las canciones más míticas de su repertorio, varias de las cuales sonarán este fin de semana durante su despedida.

"La corrección política nos da absolutamente igual; una cosa es la educación y otra son las cosas judicializadas hasta el máximo", afirma Hernández en TVE, en referencia los problemas legales que han tenido algunos músicos por sus letras o sus opiniones en redes. "Era mejor la censura tajante: hasta aquí se podía hablar de esto, hasta aquí no. Pero ahora no sabes hasta dónde vas a meter la pata", añade el líder de Siniestro Total, quien bromea diciendo que "al menos no nos metieron para adentro, de ahí lo de 40 años sin pisar la Audiencia Nacional".

Siniestro Total se despide: "Llevamos 40 años pensando en la retirada y sin entrar en la Audiencia Nacional"

Antón Losada, politólogo y amigo y colaborador de la banda, asegura en ese sentido que "ha habido un retroceso evidente" y recuerda que, cuando escuchó el primer disco de Siniestro Total, pensaba: "¿Pero esto se puede decir, esto se puede cantar?".

Losada cree que "corrección política siempre ha habido, siempre hay censores en todas las sociedades. Lo que a lo mejor falta son esos espíritus rebeldes que están dispuestos a saltarse los límites que te impone la corrección política en cada momento. Y fue lo que hizo Siniestro Total en los ochenta con aquel disco y con todos los que vinieron después", añade.

Hernández considera que "el hecho de que alguien cante una cosa no quiere decir que esté de acuerdo con ello, porque si no tendríamos que meter en la cárcel a un montón de novelistas y actores".

Un accidente que cambió el rock español

La historia de Siniestro Total se remonta a finales de 1981 cuando, según la propia mitología de la banda, sus integrantes decidieron adoptar el nombre -antes se llamaban Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano- tras un accidente de tráfico en el que el vehículo que viajaban fue declarado siniestro total. El grupo, radicado en Vigo, estaba formado por Germán Coppini -fallecido en 2013-, Julián Hernández, Miguel Costas y Alberto Torrado y apenas unos meses después publicó su primer disco, Cuándo se come aquí (1982), que les hizo hueco en la emergente movida de aquellos años.

Con poco más de un minuto de duración y una clara influencia de bandas como The Ramones o The Dead Kennedys, las canciones de Siniestro Total calaron de inmediato entre los más jóvenes gracias, sobre todo, a sus letras divertidas pero también cargadas de un fuerte componente crítico.

Siniestro Total, en un concierto en la Fiesta del PCE en 1989. 

Siniestro Total, en un concierto en la Fiesta del PCE en 1989. EFE/Sanjurjo

Tras la salida de Germán Coppini rumbo a Golpes Bajos, la banda consolidó su formación con la entrada del guitarrista Javier Soto, iniciando una etapa dorada que se prolongó durante toda la década de los ochenta y que culminó con el disco de oro que obtuvo en 1990 el álbum En beneficio de todos, refrendado por el doble disco en directo Ante todo mucha calma, que recogía todos sus éxitos y les encumbró como uno de los grandes grupos del rock en castellano.

Sin embargo, tras la publicación de Made in Japan, grabado en Memphis, Miguel Costas abandonó la banda, pese a lo cual Siniestro Total, con Hernández y Soto al frente, mantuvo vivo durante otros 25 años su espíritu iconoclasta gracias a sus textos irónicos y corrosivos y unas melodías cada vez más cercanas al blues.

Precisamente el regreso de Miguel Costas es uno de los grandes alicientes de esta despedida. Su voz fue la que cantó algunos de los himnos clásicos de la banda y volverá a hacerlo, por última vez, en estos conciertos, en los que Siniestro Total tiene preparado un repertorio de más de cuarenta temas. Un punto y final más que digno a la banda que hizo de la incorrección política y la ironía su sello personal.