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Reino Unido

La victoria del Sinn Féin en Irlanda del Norte, una "llamada" de atención a Londres por el descontento por el 'Brexit'

  • El Sinn Féin gana las elecciones en Irlanda del Norte por primera vez con un 29% de votos
  • El DUP puede bloquear la formación del gobierno norirlandés rompiendo lo pactado en los acuerdos del Viernes Santo

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Inquietud en Londres ante la victoria del Sinn Féin en Irlanda del Norte

La histórica victoria del Sinn Féin ha vuelto a poner a Irlanda del Norte en el foco de la política británica, después de que este partido nacionalista, antiguo brazo político del IRA y firme defensor de la reunificación de Irlanda, haya ganado por primera vez unas elecciones en la región. La líder del partido, Michelle O'Neill, podría convertirse así en la primera mujer en gobernar Irlanda del Norte tras conseguir un 29% de preferencia de voto.

"El Sinn Féin ha incrementado su popularidad en los últimos años. Es definitivamente una llamada a Londres sobre el descontento de muchos votantes al enfoque que tiene Downing Street sobre la región, y no descartan un referéndum de unificación. Lamentablemente, el gobierno de Londres parece no estar escuchando", apunta a RTVE.es Adam Cygan, profesor de la Universidad de Leicester. Respecto a una posible unificación, reconoce que "es una situación compleja", puesto que habría que "poner de acuerdo al norte y sur de la isla".

El mandato de O'Neill, sin embargo, aún no está del todo asegurado. El líder del Partido Democrático Unionista (DUP), Jeffrey Donaldson, y segundo vencedor, con un 21,3 %, ha dicho que no apoyará al gobierno hasta que se elimine el protocolo norirlandés acordado en el Brexit. El Secretario de Estado para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha instado, por su parte, a la DUP a formar un gobierno lo antes posible y se reunirá el lunes con los líderes de los partidos norirlandeses con el objetivo de reanudar el diálogo.

La oposición del DUP podría bloquear el gobierno norirlandés

La negativa del DUP podría llegar a bloquear el gobierno norilandés, ya que en los Acuerdos del Viernes Santo de 1998 se impone que debe haber un gobierno conjunto en la zona. "El primer ministro corresponderá al partido más votado y el viceministro a la segunda formación con más apoyo. Es difícil prever todavía qué ocurrirá, pero si el DUP no aceptara el liderazgo del Sinn Féin y se negara a participar en la Asamblea, entonces es probable que fracase. En otras palabras, se entraría de nuevo en un periodo de suspensión y eso necesitará un gobierno directo desde Londres", explica el profesor de Políticas de la Universidad de Sussex, Paul Webb.

En 2017, Londres ya tuvo que tomar las riendas de la economía norirlandesa ante la imposibilidad de los partidos de llegar a un acuerdo. Las formaciones locales restauraron el poder compartido en 2020, aunque mantienen marcadas diferencias. Mientras el DUP, con votantes protestantes, es partidario de permanecer en el Reino Unido y se muestra contrario al Protocolo de Irlanda del Norte, el Sinn Féin, con votantes generalmente católicos, aboga por introducir algunos cambios, pero respetar el protocolo y busca una reunificación de Irlanda.

El descontento con el Bréxit y otras políticas locales podría haber llevado, sin embargo, a un cambio en las votaciones. "El Sinn Féin ha sabido posicionarse y ha recogido políticas progresistas en temas como la asistencia sanitaria, las escuelas, el bienestar e incluso el aborto. Creo que eso ha sido especialmente útil para atraer a muchos de los votantes más jóvenes que han vivido la época de paz y ven al Sinn Féin como el partido con más posibilidades de darles bienestar social", cuenta Adam Cygan.

División por el protocolo de Irlanda del Norte

Las elecciones se precipitaron el pasado mes de febrero con la dimisión del jefe de Gobierno de Irlanda del Norte, Paul Givan, después de menos de un año en el cargo y siendo Michelle O'Neill, la viceministra. La dimisión se produjo como protesta al protocolo de Irlanda del Norte, es decir, el mecanismo que recoge las normas comerciales entre Reino Unido y la Unión Europea posteriores al Brexit. "La dificultad es que para avanzar hacia un gobierno compartido, se requiere que los unionistas se unan al Sinn Féin, pero ya han dicho que no lo harán si no se elimina el protocolo y se resuelven los problemas", apunta Adam Cygan.

En virtud de este mecanismo, que entró en vigor el pasado enero de 2021, Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario, por lo que las mercancías que cruzan entre ese territorio y el resto del Reino Unido deben pasar controles aduaneros marítimos. Esto evita crear una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte, pero, según los unionistas, genera una nueva carga burocrática y una barrera con Londres, que ha provocado escasez de productos y tensiones políticas. El Sinn Féin, por su parte, es favorable a su implementación, aunque considera que existen ciertos aspectos que deben ser revisados. Fue precisamente este protocolo y la definición de la situación en Irlanda del Norte una de las principales dificultades en las negociaciones del Brexit con los Veintisiete.

Londres pidió renegociar las condiciones a la UE e incluso el gobierno de Belfast llegó a cancelar los controles aduaneros. Bruselas propuso recortar el 80% de los controles, pero rechazó renegociar el acuerdo. Los representantes europeos han advertido en diversas ocasiones, además, de las "graves consecuencias" que conllevaría su suspensión, lo que podría desencadenar una guerra comercial entre la UE y Reino Unido.

Temor a un nuevo estallido social

Otro de los problemas que podrían acechar a la región es un nuevo estallido social. En 2021, el Brexit y la pandemia de coronavirus avivaron las tensiones en Irlanda del Norte, donde los disturbios en áreas protestantes causaron numerosos daños y heridos.

"Siempre existe la posibilidad de que, si los unionistas más extremos se niegan a aceptar el éxito del Sinn Féin, salgan a protestar a las calles. Eso podría crear fácilmente una reacción amarga por parte de los nacionalistas, los republicanos y en la comunidad católica también. No quiere decir que vaya a pasar, pero tampoco se puede descartar un aumento de la tensión", afirma Paul Webb.

Entre los años 70 y 90, Irlanda del Norte vivió numerosos episodios violentos debido al Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), una banda terrorista autora de numerosos atentados en los que murieron civiles, militares y políticos de distintas tendencias. El aumento de la violencia motivó que Londres decidiera eliminar el gobierno de Belfast e instalar un sistema de gobierno directo.

En 1973, en un plesbicito realizado en Irlanda del Norte, el 60% de su población votó a favor de la unión con Gran Bretaña. Así terminaron 51 años de autogobierno en Irlanda del Norte y comenzó una guerra entre católicos y protestantes que se cobró la vida de más de 3.200 personas, la mayoría civiles, y ha dejado unos 37.000 heridos.