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Guerra en Ucrania

La evolución del uso militar de animales en guerras

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La evolución del uso de animales en los conflictos bélicos

La guerra en Ucrania provocada por la invasión rusa no es el primer conflicto bélico en el que se están usando animales con fines militares. Según Estados Unidos, Rusia ha desplegado delfines para proteger su base naval en el Mar Negro. "Lo que pretende es defender su flota ante posibles ataques, que podrían ser submarinistas, sabotajes ucranianos, podría ser de minas de fondo o minas amarradas o también ante submarinos", señala Jesús Argumosa, antiguo profesor de Estrategia Militar.

El delfín emite sonidos y percibe el eco que producen al rebotar contra personas u objetos. Esa información es recogida por un dispositivo que le colocan, motivo por el que, ya en los años 60, EE.UU. creó un centro de adiestramiento para estos animales cetáceos.

Además, históricamente en las guerras se ha recurrido a todo tipo de animales como perros, palomas o caballos, dirigidos cada uno de ellos a una determinada labor.

Por ejemplo, según las condiciones del terreno, se utilizaban caballos, elefantes o camellos para desplazarse e incluso arrollar a las tropas rivales.

Nuevos usos

En la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos adiestraron a los llamados perros bomba. "A esos perros se les ponía un arnés con una carga explosiva y una palanca en lo alto de la espalda que al meterse debajo del tanque se accionaba y explosionaba", explica Jesús Montero, policía e instructor de perros.

Actualmente, el principal trabajo para el que se emplea a los perros en estos conflictos es detectar cargas explosivas, personas o bajas mortales bajo escombros.

A su vez, la tecnología y sus avances ha dejado fuera de servicio a otras especies como las palomas mensajeras. En España, el último vuelo de una paloma militar se realizó el 28 de marzo de 2008.