Los otros exiliados: miles de jóvenes rusos huyen de Putin y se establecen en Estambul
- El perfil es el de un profesional instruido e implicado en movimientos antibelicistas y contrario a la invasión de Ucrania
- Medios periodísticos turcos calculan en unos 80.000 los viajeros rusos que han llegado a Estambul solo en febrero
Aunque el espacio aéreo entre Rusia y Occidente está cerrado por las sanciones al régimen de Putin por la invasión de Ucrania, los rusos tienen salida aérea por Turquía. Solo en el mes de febrero pasado, medios periodísticos turcos calculan que hasta 80.000 viajeros rusos entraron a Estambul por ese aeropuerto.
Miles de jóvenes rusos huyen de su país
Uno de los primeros en hacer las maletas, nada más empezar el conflicto bélico, ha sido el joven Dmitry Chuyko. “Fue una decisión espontánea”, cuenta Dmitry en la habitación que ha alquilado en un piso del centro de Estambul. “Durante los últimos diez años en Rusia hemos sufrido numerosas leyes que violaban los derechos humanos. El estanque se ha ido llenando y la guerra es el último episodio que ha provocado su desbordamiento”. Allí vive con su novio Dima, que también ha huido. Nos cuenta que ha perdido todos los lazos de unión con su país.
“Si seguíamos manifestándonos íbamos a ir a la cárcel 30 días o más“
Miles de ciudadanos rusos han huido de su país desde que empezó la guerra. El perfil es el de un joven instruido, profesional e implicado en los movimientos antibelicistas. La mayoría de los que están llegando a Estambul son ingenieros informáticos, periodistas, cineastas y gente del mundo de la cultura y el arte.
“Hay muchos tipos de libertad”, confiesa Igor Khonin, realizador de cine. “Desde que empezó la guerra, fuimos a las protestas y la Policía me detuvo. Estuve un día arrestado, pero no fue grave. Teníamos dos opciones: si seguíamos manifestándonos, íbamos a ir a la cárcel, 30 días o más…”.
El programa En Portada ha entrevistado a Igor y a su novia, ambos de San Petersburgo, en un céntrico parque de Estambul. Antes de comenzar la entrevista, Tatiana atiende una llamada de teléfono. Habla con su madre y la conversación la pone triste.
“Mi padre es ucraniano y mi madre es rusa. San Petersburgo es mi madre patria, pero Járkov, en Ucrania, es también mi madre patria", relata la joven actriz Tatiana. "Mi familia me quiere, pero no me comprende. Al principio, cuando decidí irme y salir del país, me llamaron traidora. Decían que no amaba a mi país”.
Ayuda de urgencia en Estambul
“Les ayudamos a encontrar un lugar seguro en Estambul y a resolver sus problemas durante dos semanas“
La decisión de hacer las maletas es personal, pero en el viaje, muchos están arropados. Hay al menos dos organizaciones humanitarias rusas ayudando en Estambul a los recién llegados. Una es el proyecto Kovcheg, “El Arca” en español. “Es un proyecto que ayuda a gente aterrada y sin recursos y con nuestro proyecto les ayudamos a encontrar un lugar seguro en Estambul y a resolver sus problemas durante dos semanas”, explica Alevtina Borodulina.
El proyecto Kovcheg se financia con el mecenazgo y cuenta con el apoyo de Mijail Jodorkowski, un exoligarca ruso mal avenido con el régimen de Putin. “No está lejos, no hace falta visado y, además, Turquía es un destino turístico tradicional para los rusos, así que mucha gente está familiarizada con este destino”, relata Eva Rapoport, responsable del Proyecto Kovcheg en Turquía. “Mi misión es buscarles alojamiento, sobre todo a aquellos que huyen de Rusia, especialmente a los que tienen miedo a ser detenidos al haber participado en manifestaciones hablando en contra de la guerra”.
Otra de las organizaciones de ayuda a los ciudadanos rusos expatriados en Turquía es la de Ekaterina Murashova. Esta periodista, nacida en Siberia, lleva casi diez años instalada en Estambul. Desde sus canales en YouTube y Telegram ayuda a sus conciudadanos a resolver los primeros problemas del recién llegado.
“La segunda semana de la guerra hubo rumores en Rusia de que se iba a implantar un régimen militar“
“En la segunda semana de la guerra hubo rumores en Rusia de que se iba a implantar un régimen militar”, recuerda Ekaterina “y que los hombres entre los 18 y los 65 años no podrían salir del país y esto provocó una huida masiva de gente. Muchas compañías tecnológicas empezaron a trasladar a sus empleados a otros países”.
Un siglo después, Estambul como refugio
En Estambul hay una significativa comunidad eslava, como se puede comprobar asistiendo al oficio dominical de la iglesia ortodoxa rusa de Aya Panteleymon. La capital del Bósforo ha sido históricamente una válvula de escape para la disidencia rusa. Ya ocurrió al comenzar los años veinte del siglo pasado, cuando miles de familias llegaron a la ciudad turca huyendo del terror bolchevique. Un siglo después la historia se parece.
“Estamos aquí unidos contra Putin y contra el fascismo y la violencia“
Cada día desde que empezó la guerra, muchos jóvenes expatriados rusos se concentran en el centro de Estambul, junto a decenas de ciudadanos ucranianos, para protestar contra la guerra. Illya nos cuenta que “Estamos aquí unidos contra Putin y contra el fascismo y la violencia. Apoyamos la libertad de nuestros dos países”.
En esas manifestaciones los rusos sacan la bandera prohibida en Rusia, la bandera pacifista sin el color rojo, que recuerda a la sangre. Estambul es uno de los principales destinos de los jóvenes rusos, pero no el único. Armenia, sobre todo, pero también Georgia y otros países limítrofes con Rusia, están recibiendo enormes contingentes de esta diáspora provocada por la guerra.