'Cuando no sé quién soy': Amaia realiza una búsqueda personal y apuesta por nuevos estilos
- Tras tres años sin publicar, la artista navarra saca un segundo disco en el que busca su sitio en la música
- Diez canciones en las que explora nuevos terrenos con el sonido electrónico como protagonista
Uno de los discos más esperados de este año por fin ha visto la luz. Cuando no sé quién soy: así se titula el nuevo álbum de Amaia Romero, con el que intenta encontrar su nuevo camino en la industria musical. Tres años después de lanzar el primer disco, Pero no pasa nada, la artista regresa con una innovación de estilos y géneros en sus canciones, que han contado con una producción conjunta con Alizzz.
Con tan solo 18 años, el mundo de la cantante se aceleró tras su éxito en Operación Triunfo. El concurso le abrió muchas puertas, pero después de esa experiencia ha asegurado en varias entrevistas que no fue consciente de todo lo que estaba ocurriendo. Este nuevo trabajo supone una "ruptura" con la Amaia que fue influenciada por aquella industria y que atendía a ciertas presiones, ahora vuelve buscándose así misma y eligiendo su lugar.
Cuando no sé quién soy reflexiona sobre esta búsqueda desde la imagen de la portada del disco. Amaia aparece en un plano corto, pensativa, con un medallón de corazón que acerca a su cara con la mano, donde se encuentra una fotografía de cuando era pequeña. La carátula refleja esa búsqueda propia, en la que no sabe todavía dónde está su sitio, y que a través de la música intenta encontrar teniendo en cuenta quién ha sido y mostrando a la niña que un día fue.
La publicación ha salido en varias plataformas digitales y en tres formatos físicos: cd, vinilo e incluso casette. Un total de 10 canciones forman esta nueva universo de la artista, de las que cinco han sido estrenadas anteriormente, lo que hace que la sorpresa se quede un poco a medias. Aunque eso no quiere decir que su contenido no siga impresionando.
Varios géneros musicales con la electrónica como protagonista
La presencia de Alizzz en la parte de la producción musical se nota positivamente y aporta ese toque electrónico que le caracteriza y que acaba teniendo cierto protagonismo en el álbum. "Estoy muy cómoda en diferentes estilos y me representan todos", afirma Amaia en una entrevista en el Canal 24horas de TVE.
Como no podía ser de otra forma, “Bienvenidos al show” abre esta aventura con el mítico piano, característico de su estilo. A medida que avanza el tema ya se notan las innovaciones musicales hacia las que se ha dirigido, en la que la base se transforma en una melodía electrónica.
Otro de los ritmos electrónicos se encuentra en “Dilo sin hablar”, que tiene un toque electropop y funk, que incluso se puede decir que recuerda a Daft Punk en esas voces y sonidos que pueden escucharse entre la base.
Ese panorama dulce y melódico al que había acostumbrado se revoluciona por ejemplo en “La canción que no quiero cantarte”, que cuenta con la colaboración de Aitana, compañera y amiga de la academia de OT. Con un estilo pop rock en el que destacan los sintetizadores, es uno de los temas más rompedores de su carrera. “Para mí es la canción más extrema de todas las que he hecho en mi vida”, asegura Amaia en una entrevista en el canal 24 horas de TVE.
Los sintetizadores también son protagonistas en buena parte de “La vida imposible”, que guarda un sonido ochentero dentro de un estilo pop e indie electrónico. Una mezcla de géneros, en la que se encuentran hasta tintes de post-punk, que se cruzan con su sonido más característico pop en "Quiero pero no" (ft. Rojuu).
Letras marcadas por el desamor
Amaia rompe de alguna forma con ese estereotipo que se le inculcó de niña buena e inocente. Una figura que queda atrás por su evolución musical y sus letras, en las que reivindica su liberación.
“Me siento triste pero liberada” dice en el primer single “Yo invito”, que lanzó el 30 de septiembre de 2021. Una ruptura sentimental, con tintes de nostalgia, en la que se muestra firmeza en la decisión de poner fin a una relación.
El desamor está muy presente y queda representado en distintas fases. En "Quiero pero no" se habla de una ruptura que no ha sido superada, pero de la que es consciente que tiene que pasar página.
En “La canción que no quiero cantarte”, habla de una chica que quiere una relación que no sea ni de amistad ni de pareja que el chico parece no comprender. La letra acompaña ese tono atrevido, sobre todo a través de una frase que ha causado sensación por las redes sociales: "¿Quieres ser mi amigo? Cómeme el higo".
En la línea de las rupturas sentimentales se encuentra “La vida imposible”, en la que se reivindica no arrepentirse ni lamentarse por lo que ocurrió en una relación.
Una Amaia en búsqueda y construcción con su identidad intacta
La primera canción, “Bienvenidos al show”, tiene una declaración de intenciones. “Están todos esperando, me da miedo que haya tanta expectación”. Una frase con la que hace referencia a la presión creativa. Asimismo, señala también el miedo a su propia búsqueda personal: “Quiero ser lo que se espera de mí y seguir siendo yo a la vez”.
Una de las letras más emotivas y que ya había salido a la luz es “Yamaguchi", en la que Amaia hace referencia a su infancia y adolescencia vivida en un parque de Pamplona que tiene un jardín de estilo japonés. Su nombre pertenece a una ciudad japonesa, que ha anunciado a su vez un homenaje a la artista mediante una placa ubicada la plaza Espacio Pamplona, inspirada en la ciudad navarra.
Al ritmo de una guitarra, en la línea más armoniosa que acostumbraba a tener, suena “Pesimista”, la canción más corta de todas, pero que también guarda ese tono atrevido.
No falta uno de los temas que más se están poniendo sobre la mesa en estos últimos años: la salud mental. Mediante coros y un piano, con "Persona” hace referencia a la depresión. “Después de todo, eres una persona más”, dice para reivindicar la naturalidad de tener derecho a estar triste y a tomar el tiempo necesario para recuperarse y salir de ello.
También cuenta con una versión, en esta ocasión se trata de “Santos que yo te pinte”, de Los Planetas. La cantante ha acostumbrado siempre a sorprender a su público con versiones muy logradas en sus conciertos, y en esta ha conseguido aportar su estilo y hacerla "propia".
Sirvan las palabras que ha escrito Carolina Iglesias sobre el álbum: “Cuando no sé quién soy es una palmadita en la espalda. Es un “ni idea de si esto es lo correcto, pero yo voy “palante” con todo”". El disco se podría resumir en esta frase. Sorpresa, talento y espontaneidad, entre otras muchas cosas, es lo que hay en Amaia. No saber nunca por dónde va a salir, pero poder decir siempre con seguridad que gustará.