Fernando Savater: "A los servidores públicos les exigiría una buena política y una buena preparación política"
- “La ética es una reflexión de cada cual sobre su vida”, asegura el filósofo
- Fernando Savater considera que “se ha abandonado mucho la educación”
- Todos los viernes, las entrevistas de Plano general, a las 21:25 horas en RTVE Play y La 2
El escritor, filósofo y profesor Fernando Savater reflexiona en RTVE sobre la situación actual de España. La entrevista ha tenido lugar en el Hipódromo de La Zarzuela de Madrid para el programa Plano General. Savater manifiesta su gran pasión por el mundo de los caballos de carreras y muestra su lado más íntimo, personal y familiar.
Pregunta.- ¿Se siente más filósofo, más pensador, más profesor...?
Respuesta.- Yo soy profesor simplemente, no filósofo. Los maestros de solfeo no son pianistas como Rubinstein. Yo he sido maestro de solfeo en filosofía y nada más. Creo que el mundo está lleno de genios. Hacen falta maestros. Yo he sido sólo maestro.
P.- Considera que ha sido un objetivo de ETA por su idea completa de la libertad, es decir, porque su pensamiento libre quizás distorsionaba el pensamiento único que algunos querían imponer.
R.- Yo he sido un objetivo de ETA, como tantísimos, porque he luchado contra el nacionalismo obligatorio y contra ETA en el País Vasco, no por mi libertad abstracta, sino porque, concretamente, en un momento en que la gente se asustaba, que es lo que quiere el terrorismo, y se plegaba ante él, pues algunos, no demasiados desgraciadamente, y algunos pagando con su vida, luchamos contra el terrorismo.
P.- En defensa de la democracia constitucional, en 2017, firmó usted un manifiesto titulado “Parar el golpe
R.- Yo creo que fue y es porque el golpe es un golpe de fases, de diversas fases. Todavía estamos en otra fase de ese mismo golpe, aunque el crédito que tenía el movimiento separatista en Cataluña cada vez va disminuyendo más, incluso dentro de los que fueron separatistas en su momento. Pero yo creo que el golpe en sí era mucho más peligroso que el 23F. Era una cosa puntual que chocaba con lo que era Europa. Era una vuelta atrás, demasiado descarada para triunfar. En cambio, el separatismo, tanto en el País Vasco con Cataluña, que también son puntos atrás pero son vueltas atrás, revestidas con este prestigio que tiene la identidad hoy entre los nuevos políticos y que eso hace que sea más peligroso.
“El crédito que tenía el movimiento separatista en Cataluña cada vez va disminuyendo más“
P.- Escribió en una ocasión: “Fui un revolucionario sin ira y espero ser un conservador sin vileza”. ¿Lo ha conseguido?
R.- Hombre, ponerse uno mismo las medallas, está feo, ¿no? Pero sí, yo creo que soy conservador, sobre todo sin vileza, comparado con lo que me rodea.
P.- ¿Piensa usted que la sociedad española se ha sentido o se siente tan vulnerable con la inflación desorbitada como con la invasión de Ucrania? Son cosas que, por supuesto, son distintas, pero hay que separar.
R.- Según nuestros gobernantes, están muy relacionadas. Lo uno y lo otro. O sea que nuestra crisis económica de alguna manera procede de la invasión de Ucrania, aunque todos sabemos que empezó mucho antes.
P.- ¿Qué piensa el profesor del actual sistema educativo?
R.- Si me pregunta por el plan de la ESO, yo creo que a lo que más se parece es al florido pensil del franquismo, o sea, es el florido pensil de la izquierda actualmente, es decir, lleno de recortes de lo fundamental, hiperbólicos de lo sectario, etcétera. Desgraciadamente estamos en el peor momento del planteamiento educativo y yo creo que durante muchos años.
“El plan de la ESO, a lo que más se parece es al florido pensil del franquismo“
P.- Usted coincide con muchas personas en España en que la política actual es frentista y divisiva.
R.- Bueno, no hay más que asomarse por la ventana y ver eso, ¿no? Yo creo que eso no es materia opinable. Lo que pasa es que hay gente que cree que sí, que hay que mantener esa diferencia de la ideología, digamos, de la izquierda. Sobre todo, está basada en convertir en ultraderecha todo lo que no comulga con sus ideas. Y como sus ideas son intragables, claro, cada vez hay más gente que no comulga.
P.- ¿Usted cree que eso se debe a que no hemos superado las dos Españas o el llamado guerracivilismo?
R.- La educación y los intelectuales han adoptado una postura cómoda de un simplismo izquierdista en todos los campos que ha llevado, sobre todo, a luchar por no parecer de derechas. El único pensamiento profundo que tienen los intelectuales en España es que evitemos parecer de derechas. Y claro, eso ha ido creando un caldo de cultivo que nos ha llevado, digamos, a la triste situación actual.
P.- ¿Desenterrar a Franco era una necesidad vital de la memoria histórica y democrática o un guión de la política?
R.- Evidentemente era una idea, digamos, de oportunismo político. Nos volvimos a acordar todos de Franco y lo malo es que nos estamos acordando de Franco en muchas cosas. Por ejemplo, el hecho de que Franco, de un sitio en otro, a la mayoría de los que no éramos franquistas le interesa relativamente poco. Lo sorprendente es que cuando vivía Franco, los antifranquistas éramos pocos. Y ahora resulta que desde que se ha muerto y viaja de un lado para otro, hay muchísimos antifranquistas.
“Desenterrar a Franco era una idea de oportunismo político“
P.- Ha sido considerado uno de los cincuenta pensadores más influyentes del mundo. ¿Cree que a los servidores públicos habría que ponerles obligatoria una asignatura de Ética?
R.- Vamos a ver primero lo de la influencia. Eso es una cosa que se saca una revista, que la saca todos los años y como va por cuotas, pues tiene que haber un número de varones, un número de mujeres y un número de diversos países. Entonces a mí me tocó ese año el español que sale de esa cuota, pero vamos, no, en ningún caso, creo que sea de los 50.000 y los 50.000 más influyentes en el mundo. La ética es una cuestión y una reflexión de cada cual sobre su libertad, y eso yo puedo hacérselo a otros. Ni otro puede hacerme a mí, pero, en cambio, yo a los servidores públicos, lo que sucedía es una buena política y una buena preparación política. La política también tiene sus valores en este país. Cuando se dice que alguien ha hecho una cosa y que es despreciable y otros lo habrá hecho por política y muy bien. Si es una cosa útil. Perfecto. Que lo haga por política. Eso es lo que tiene que hacer un político, hacer cosas buenas por política. Pero se considera que la política es desdeñable y que hay que decir que uno es muy moral. Y todas esas tonterías han ido llevando, acumulándose a esta especie de ideología infantiloide que hoy mamamos en los periódicos o en los medios audiovisuales.
P.- En el rincón del alma de Fernando Savater está la muerte de su esposa en 2015. ¿Lo ha superado?
R.- De mucho dolor. No, yo no supe verlo. Hay cosas que cambian la vida, que transforman. Yo a partir de la muerte de Sara, dejé de quererme como otra persona a su otra persona. Con que la tristeza la llevo yo incorporada permanentemente. Puedo, creo que puedo decir sin duda, que no hay un solo día que no piense en ella, que recuerde incluso que no he dicho unas lagrimitas cuando algo me la recuerda demasiado y eso sé que va a durar toda mi vida. Lo que pasa es que con el tiempo uno se acostumbra a estar triste. Para mí, que era una persona muy alegre y fui un poco ingenua. La tristeza fue una novedad cuando me encontraba de día tras día triste. Yo no sabía cómo vivir esto, pero ¿cómo se puede vivir así? Entonces, poco a poco te vas acostumbrando y te enteras de que uno no se muere, sino que vive de pena. Y eso es lo que lo que hago ahora.
“Uno no se muere de pena, sino que vive de pena“
P.- ¿Estuvo usted cerca de la depresión?
R.- Estuve con la depresión de lo que yo puedo tener como depresión. No soy de temperamento depresivo. Estaba deprimido para lo que yo soy.
P.- Usted se ha vuelto a casar recientemente.
R.- Bueno, sí, yo me he vuelto a casar por tercera vez. Tengo un amigo que dice que es un triunfo de la esperanza sobre la experiencia. Esto es bueno. Siempre me han gustado mucho las mujeres y no he sabido vivir sin ellas y nunca pierdo la ilusión de tener. Creo que la vida de un hombre, un hombre sin una mujer, no tiene mucho sentido. Sinceramente, a mí me parece que yo siempre, más que vivir para algo, quiero vivir para alguien. Y entonces ese alguien siempre es mujer.