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Líbano

Hizbulá y sus aliados pierden la mayoría en el Parlamento del Líbano

  • Casi 3,8 millones de personas estaban convocadas en las elecciones celebradas el domingo
  • Los comicios son los primeros que se celebran desde la grave crisis económica que se inició en 2019

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Hizbulá y sus aliados pierden la mayoría en el Parlamento del Líbano

Las elecciones legislativas en el Líbano han dejado un Parlamento dividido, en el que el grupo chíi Hizbulá y sus aliados han perdido la mayoría. Hizbulá y sus aliados han logrado una representación directa similar a la que ya ostentaban, aunque la mayoría dependerá de los diputados independientes. En total, el movimiento político y armado ha conseguido 13 escaños.

Casi 3,8 millones de personas estaban convocadas en las elecciones celebradas el domingo. El proceso ha transcurrido de forma pacífica a pesar del gran despliegue de seguridad. Los comicios son los primeros que se celebran desde la grave crisis económica que se inició a finales de 2019, que ha hecho caer el valor de la moneda local en más de un 90% y ha empujado a casi el 80% de la población por debajo del umbral de pobreza.

Wadi Khaled es una región desatendida del Líbano cuyos problemas se han agravado con la crisis del país. Médicos sin Fronteras realiza campañas de vacunación para que la población infantil reciba las inyecciones rutinarias. 

Hizbulá pierde apoyo entre los libaneses

Amal, aliado de Hizbulá y del mismo signo religioso, tendrá 14 de los 128 asientos de la Cámara. El tercer gran socio del bloque es el Movimiento Patriótico Libre del presidente libanés, Michel Aoun. El movimiento cristiano sumó 15 diputados en las legislativas, frente a los 17 miembros que han conseguido las Fuerzas Libanesas.

La crisis en Líbano ha empujado a casi el 80% de la población por debajo del umbral de pobreza

El partido político que había sido una destacada milicia durante la guerra civil (1975-1990) ha sido rival electoral de Hizbulá y aliado en campaña del Partido Progresista Socialista, un movimiento vinculado a la minoría drusa que tendrá siete legisladores en el nuevo Parlamento.

La formación fundada por Aoun ha dejado de ser la principal fuerza cristiana de la Cámara en favor de las Fuerzas Libanesas y, aunque la presencia de miembros directos de los tres principales partidos es prácticamente la misma que en los últimos comicios de 2018, el bloque parece contar con menos diputados independientes y grupos menores favorables para garantizar otra mayoría.

En conclusión, el movimiento musulmán chiíta y las facciones que apoyan su posesión han ganado unos 66 de los 128 escaños del Parlamento aproximadamente, frente a los 71 diputados que habían logrado en las elecciones de 2018.

Votos que reflejan oposición y reformismo

Los nuevos afiliados a listas opositoras y reformistas han sido los vencedores morales de estas legislativas: más de una decena de caras nuevas han logrado escaños tras presentarse como 'la alternativa' a una oligarquía de los partidos tradicionales. Un hito no tanto por los resultados numéricos de las elecciones, sino por su valor simbólico teniendo en cuenta el arraigo de las clases dirigentes libanesas al poder.

Políticos de larga trayectoria como el ex vicepresidente del Legislativo, Elie Ferzli, han abandonado sus asientos para dejar paso a nuevos rostros de la política libanesa electos por los asistentes a las elecciones legislativas que han tenido lugar en el país.

Ahora es el turno del nuevo Legislativo, que tendrá que elegir al próximo presidente de la República a finales de este año y ratificar la composición del Gobierno que tomará las riendas del país.

Tensiones y sensación de parálisis

Los opositores de Hizbulá, incluidas las fuerzas libanesas que apoyan a Arabia Saudí, han ganado terreno mientras que sus apoyos han perdido representación en las últimas elecciones legislativas. La sensación poselectoral entre la ciudadanía libanesa es de parálisis, ya que las tensiones entre las distintas fuerzas podrían retrasar las reformas necesarias para el país.

Las elecciones de 2018 inclinaron al Líbano a las posiciones chiítas más cercanas a la élite iraní, pero se espera que el resultado de estos comicios abra el camino para que Arabia Saudí reafirme definitivamente su propia influencia en el país. Además, los resultados incluyen un récord de ocho mujeres legisladoras, entre ellas cuatro "nuevas caras" de la política saudí.

La del Líbano es una de las peores crisis económicas desde la Revolución Industrial

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha querido hacer un llamamiento este lunes a la formación inminente de un gobierno inclusivo que estabilice la economía en el Líbano. Según ha explicado el director del 'think-thank' con sede en Beirut The Policy Initiative, Sami Atallah a Reuters, esto es "improbable". El grupo de expertos se ha mostrado convencido de que este nuevo "parlamento polarizado" bloqueará decisiones tan importantes como la elección de presidente o el nombramiento del Primer Ministro.

"Una grieta en la pared"

Hizbulá y Amal han mantenido su control en 27 asientos, pero han perdido dos zonas de influencia importantes en el sur del Líbano. La coalición baraja la posibilidad de endurecer sus políticas: "No quieren otra grieta en la pared", señala Atallah.

No quieren otra grieta en la pared

Este martes, el 'puño de la revolución' más simbólico de Beirut, aquel que se ergió por primera vez cuando nacieron las protestas en la capital hace tres años, apareció desgarrado y calcinado. Las manifestaciones que levantaron este símbolo en 2019 reflejaron también el enfado contra una clase política vista como corrupta e ineficiente. Desde entonces, el Líbano ha estado sumido en una crisis económica que el Banco Mundial ha descrito como "una de los peores desde la Revolución Industrial".