'La playa de los ahogados' y otras novelas de Domingo Villar: intrigas marineras, lirismo y amor por Galicia
- Ojos de agua, La playa de los ahogados y El último barco son las tres novelas que publicó el autor, fallecido este miércoles
- Tienen en común al inspector Leo Caldas como protagonista y a los pueblos de la Ría de Vigo como escenario central
Domingo Villar solo veía posible escribir "desde la emoción", y ese fue el lugar desde el que alumbró absolutamente todas las obras que le hicieron merecedor del título de maestro de novela negra; las mismas que lo consagraron como uno de los autores más relevantes del país dentro del género y que ahora, después de su fallecimiento, permitirán recordarlo por la calidad de unas historias tan adictivas como evocadoras en las que su Galicia natal era un personaje más.
Para el escritor, que se definía a sí mismo como un autor meticuloso y "enormemente inseguro", cada obra era un "cuento de amor" a su tierra. Los plasmaba en el papel en sus dos lenguas, gallego y el castellano, "como el pintor que tiene dos paletas".
Entre los escenarios que acogen las tramas, una Ría de Vigo descrita de manera puntillista y una cultura marinera que arropa con su belleza las intrigas más oscuras y las tramas policiacas más escabrosas.
Su primer trabajo, Ollos de auga (Ojos de agua) fue publicado en 2006, pero fue el segundo, A praia dos afogados (2009) el que logró afianzar a Villar en el panorama nacional e internacional de la novela negra al obtener un gran éxito en ventas y crítica gracias, en gran medida, a su memorable inspector, Leo Caldas. También él es protagonista de O último barco, su última novela, publicada en 2019.
Además de ese peculiar policía y del paisaje vigués, hay otros elementos que comparten las tres obras de Villar y que merecen, sin duda, algunos elogios: una prosa muy fluida, una originalidad innegable a la hora de arrancar cada capítulo, un humor aderezado con retranca gallega, y un lirismo capaz de trasladar al lector a un universo de claroscuros profundamente humano.
Repasamos una a una las tres novelas del autor:
'Ojos de agua' y el extraño asesinato de un saxofonista
Es en Ollos de auga cuando Villar da a conocer a su inspector estrella, el solitario policía Leo Caldas, que compagina su trabajo en la comisaría con un consultorio radiofónico.
Lo que le toca investigar es el extraño asesinato del saxofonista Luis Reigosa, cuyo cadáver aparece en la torre de la isla de Toralla, en la ría de Vigo. En un principio, todo apunta a un crimen relacionado con una relación sentimental, pero esto no concuerda con lo que encuentra: una casa limpia de huellas en la que solo hay partituras ordenadas en los estantes, saxofones colgados en las paredes y el libro de un gran filósofo del siglo XX sobre la mesilla de noche.
La investigación conducirá a Leo Caldas hasta las tabernas y los clubes de jazz, y le llevará a compartir meta con su ayudante, Rafael Estévez, un aragonés que todo lo ve blanco o negro. Puro contraste con la personalidad de Caldas, un inspector muy gallego y, por tanto, muy ambiguo.
Los secretos, poco a poco, dejan de serlo y la verdad termina por salir a flote gracias a ese tándem formado por Caldas-Estévez, una especie de Sherlock Holmes y Watson en versión española.
'La playa de los ahogados': un éxito literario que llegó al cine
También hay elevadas dosis de misterio en La playa de los ahogados, novela que fue un rotundo éxito literario. En ella la marea arrastra hasta las orillas de la playa de Panxón el cadáver de un marinero con las manos atadas. No hay rastro de ningún tipo de embarcación ni testigos que hayan visto lo que ha pasado, por lo que Leo Caldas y su ayudante tienen que adentrarse en ese pueblo, marinero y turístico para encontrar al culpable de los hechos.
La novela es la segunda y esperada entrega de las historias del detective gallego que ahora intenta esclarecer un crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando optan por hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita.
El momento de la investigación, además, es del todo inoportuno para Caldas, que atraviesa días difíciles: Alba ha vuelto a dar señales de vida, el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración en el programa de radio se está volviendo cada vez más difícil.
Al igual que en su primera novela, son numerosas las referencias a la Galicia marinera, aunque en La playa de los ahogados el autor revela un mayor empeño por poner en valor el trabajo de estas personas y los riesgos a los que se enfrentan cada día. Hay, además, un enorme interés por describir los elementos que forman parte de la tradición regional y un humor cargado de ironía que a menudo recae sobre Rafael Estévez. Los vecinos no aprueban el fuerte carácter del foráneo y continuamente le gastan bromas.
También son continuas las alusiones al vino blanco, el favorito del inspector y símbolo característico de la zona donde vive, las Rías Baixas.
La playa de los ahogados, que obtuvo un gran reconocimiento internacional, fue llevada al cine en 2015 bajo la dirección de Gerardo Herrero, con guión de Villar y Felipe Vega. Se puede ver en RTVE Play.
'El último barco', una trama enredada y un homenaje a los que aman el mar
También Vigo y los pueblos de la zona componen el escenario principal de El último barco, que, lamentablemente, es también el último libro que pudo dejar Villar. Con él regresaron las andanzas del inspector Leo Caldas, encargado esta vez de revelar lo ocurrido tras la desaparición de Mónica Andrado, una mujer que vive aislada -entre pescadores y olas- al otro lado de la Ría.
Sin rastros de violencia en su vivienda, todo parece indicar que la desaparición había sido voluntaria, pero el caso se va enredando y, entre pista y pista, nuevamente unos paisajes marineros y una idiosincrasia gallega envolviendo toda la trama. También hay en el libro un trasfondo psicológico común al resto de obras del autor y una serie de personajes secundarios muy logrados.
El ferry que coge la desaparecida y la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad a donde ella acude cada semana acaban de triangular una trama que mezcla pasado y presente, cotidianeidad y oscuridad, intimidad y secretismo. El último barco sumerge tanto al lector en su intriga que uno tiene la sensación de haberse mudado, por unos meses, al mismo Vigo. O, quizás, que fuera de allí de toda la vida, porque Villar te guía entre sus calles y te mezcla con sus personajes con una viveza y una hospitalidad inmensas.
"Es un homenaje a los que enseñan, a los que hacen las cosas despacio y a los que aman el mar", dijo el autor sobre su propio libro, de 700 páginas, en el que su emblemático inspector descubrirá que en la vida, como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo de corrientes devastadoras.
Más allá de estas tres novelas, Villar publicó el pasado año Algunos cuentos completos, un libro ilustrado compuesto por diez relatos que están protagonizados por personajes salidos del mar. Fueron escritos por el gallego en diferentes etapas de su vida para ser contados a sus amigos y, finalmente, acabaron recogidos en esa obra editada por Siruela.