Tom Cruise: "Nunca voy a estrenar una película en una plataforma"
- El actor presenta Top Gun Maverick, secuela que busca tirar de la nostalgia boomer
- Cruise ha repasado su carrera y reafirmado su amor por el cine en Cannes
Hay algo irreal en Tom Cruise, algo de estrella perfecta. Siempre sonriente, siempre entusiasta, la quintaesencia de la profesionalidad estadounidense sin ninguna traza de obligación o falsedad. El actor ha iluminado el Festival de Cannes- que también necesita eventos globales además de la competición por la Palma de Oro- para presentar Top Gun Maverick, despertando la mayor expectación de la 75 edición.
“Cuando hice Top Gun (Tony Scott, 1986) inmediatamente me ofrecieron hacer una secuela, pero les dije que quería seguir creciendo como artista. Y lo sigo haciendo”, ha explicado en su único acto en Cannes: una charla en una abarrotada sala Debussy.
El actor ha repasado su carrera que en su caso equivale a su vida. No solo porque comenzó con 18 años en Taps más allá del honor (1981), sino porque desde que tenía cuatro ya soñaba con hacer cine. Una vida colmada, según sus palabras. “Con cuatro años quería hacer películas, volar, vivir aventuras. Hacía cosas salvajes, subía a los árboles más altos. Taps fue solo mi segunda audición. No estudié cine, pero sabía de películas. Mi escuela ha sido el plató. Quería estudiar cada departamento, preguntaba a todo el mundo. Siempre pensando en el público. Amo al público y hago mis películas parar ellos porque ante todo soy espectador”.
Tanta voluntad comercial no oculta que su carrera está jalonada con cineastas como Coppola, Scorsese, Kubrick, Spielberg, P.T. Anderson, Stone o Pollack. La historia del cine estadounidense pasa por sus ojos verdes, aunque en su última etapa su carrera está centrada en productos controlados al milímetro por el Cruise estrella, que todavía luce como héroe a sus 59 años.
Top Gun Maverick: buscando la nostalgia boomer
A la expectación que provoca Cruise casi hay que buscarle una razón demográfíca: es un mito boomer, la generación que, por peso, domina la cultura. Por eso crear una secuela de la película de Tony Scott no parecía mala idea a sus productores: han pasado 36 años, pero los boomers siguen ahí. Y la imagen de Cruise, invariable, es un antídoto contra el paso del tiempo.
Su personaje en la secuela, Pete ‘Maverick’ Mitchel, sigue indomable. Su imagen, inmutable: mismo corte de pelo, cazadora, gafas de sol, bíceps y motocicleta. Resiste hasta la evolución de las leyes: sigue sin usar casco cuando pasea a la chica. La ilusión es crear un tiempo suspendido. ¿Los malos? No esperen recados políticos. De hecho, ni siquiera se nombran ni tienen idioma: hay que destruir un emplazamiento de uranio enriquecido. ¿De quién? “Del enemigo”. El paisaje, eso sí, ahora es nevado. Aunque no se nombre, Hollywood abandona los desiertos lejanos.
Val Kilmer también retoma su papel en una pequeña aparición. Kelly McGillis en cambio dejó recientemente en una entrevista una explicación para su ausencia: "Estoy vieja y gorda, y la película no va de eso". En su lugar, Jennifer Connelly interpreta al personaje femenino al que emparajar a 'Maverick'.
“Estudié en el viejo Hollywood”
Tom Cruise es cine. Y tendrá que morir el séptimo arte para que se baje del tren. ¿Ni siquiera con la pandemia, que congeló el estreno de la película, se planteó estrenarla en alguna plataforma? “No, eso no va pasar nunca. Hay un modo diferente en escribir para cine y escribir para televisión. La dirección, la interpretación, todo es diferente. El cine es mi amor y mi pasión”.
Insiste tanto en la idea que despeja cualquier duda de impostura. “Recuerdo estar en Taps frente a George C. Scott. Impresionaba, era como tener a Patton delante. Y me fijaba en los objetivos que utilizaba para filmarle. Porque todo es distinto con diferente luz, vestuario. Todo comunica ideas distintas y mi obsesión ha sido estudiar todos los procesos”.
¿Siente algún miedo en las escenas de acción? “Sí, dan miedo”. Entonces, ¿por qué hacerlas? “No le dirías a Gene Kelly, ¿por qué bailas?”, resuelve entre risas. La fisicidad no es solo acción, es una herramienta básica de su trabajo. “Haya movimiento o no, siempre está ahí. Cuando miras a Gene Kelly, Harold Lloyd, Buster Keaton. Cuentan la historia con el movimiento”.
Un ejemplo: la escena de Eyes Wide Shut en la que no pestañea mientras el personaje de Nicole Kidman le lanza su largo discurso a la cara. “Hablé mucho con Stanley Kubrick y reescribimos la escena hasta descubrimos que ese era el modo. La preparación lo es todo, aunque la deseches”.
¿Algún pensamiento de retirada parcial? “Nunca pienso en el futuro sino en que es lo siguiente. Pertenezco el viejo Hollywood: he aprendido a cantar, a bailar, a pilotar un helicóptero. En Hollywood sucede que todo el mundo quiere garantías y solo puedo ofrecer la garantía de trabajar la tierra para que brote algo bonito de ella”.