Juan Carlos I se embarca en el 'Bribón' y va al balonmano a ver a su nieto Pablo Urdangarín: "Me encuentro muy bien"
- El rey ha subido a la embarcación principal aunque la regata en la que iba a participar se ha suspendido por el viento cambiante
- Don Juan Carlos se ha trasladado luego a Pontevedra para ver a su nieto, a quien ha saludado con un efusivo abrazo
El rey emérito Juan Carlos I ha disfrutado este sábado en Sanxenxo (Pontevedra) de una intensa jornada, en la que se ha embarcado durante cerca de cinco horas en el 'Bribón 500' y se ha trasladado posteriormente a Pontevedra para presenciar un partido de balonmano en que ha tomado parte su nieto Pablo Urgangarin, a quien ha saludado con un efusivo abrazo.
Don Juan Carlos ha salido en torno a las 10:40 horas de la casa de su amigo Pedro Campos, donde se aloja desde su llegada el jueves a la localidad gallega tras casi dos años fuera de España, para dirigirse al Real Club Náutico Sanxenxo, que ya visitó el viernes en medio de una enorme expectación.
El emérito, a preguntas de los periodistas, ha asegurado que se encuentra "muy bien" y ha agradecido el trabajo a los medios de comunicación que cubren su estancia en el municipio pontevedrés: "Muchas gracias por lo que hacéis", ha dicho durante una breve parada ante los reporteros.
Hacia las 10:50, el vehículo en el que viajaba ha llegado a las instalaciones del Club Náutico y se ha dirigido directamente al pantalán, donde a diferencia del viernes, cuando embarcó en una lancha auxiliar, se ha subido en la embarcación principal, aunque la competición, que tenía que haber comenzado a las 13:00 horas, se ha suspendido finalmente por la falta de viento en la ría de Pontevedra.
Pese a ello, el 'Bribón', con el rey emérito a bordo, ha aprovechado la momentánea aparición del viento para salir a entrenar y "dar una vuelta de presentación del equipo", según fuentes del Club Náutico. Sobre las 17:20, una vez confirmada la suspensión de la regata, don Juan Carlos ha vuelto a subirse al vehículo particular de Pedro Campos y ha regresado al domicilio del empresario, en Nanín.
A su salida, el exjefe de Estado no ha respondido a la pregunta sobre si iba a dar "explicaciones" acerca de las presuntas irregularidades sobre sus finanzas. Sí ha comentado que su vuelta a España estaba siendo "muy buena, ya lo veis".
Posteriormente, el rey emérito, siempre acompañado por Pedro Campos, se ha trasladado a Pontevedra para asistir como espectador al partido que disputan el Club Cisne Balonmano y el Barça B, equipo en el que juega su nieto Pablo Urdangarin, uno de los cuatro hijos de la infanta Elena e Iñaki Urdangarin.
El rey Juan Carlos, que ha accedido a fotografiarse con varios aficionados, ha saludado a su nieto con un caluroso abrazo. Pablo Urdangarin ha charlado cerca de un minuto con su abuelo y se ha despedido besándole la mano.
Protestas contra el rey emérito
En las inmediaciones del paseo marítimo de Sanxenxo también se han concentrado decenas de personas para protestar por el regreso del rey emérito y criticar la recepción dada al mismo por parte de las autoridades locales.
La marcha, impulsada por colectivos nacionalistas bajo el lema "Galiza non ten rei", ha contado con la participación de dirigentes del BNG, principal fuerza de la oposición en Galicia, como el diputado en el Congreso Néstor Rego y la parlamentaria autonómica Montse Prado.
"Los Borbones son unos ladrones", "Juancar, ladrón, trabaja de peón", son algunos de los cánticos que han entonado los participantes, que han recibido críticas por sus protestas por parte de alguno de los viandantes y simpatizantes con la figura del rey emérito.
Los asistentes han portado multitud de banderas independentistas y ropa u objetos decorados con esta simbología, además de enseñas republicanas e incluso se han podido ver camisetas de solidaridad con el rapero catalán Valtònyc, condenado por injurias a la Corona y fugado a Bélgica.
Reunión de "carácter familiar" con Felipe VI
Juan Carlos I tiene previsto pasar todo el fin de semana en Sanxenxo para después viajar el lunes a Madrid, donde está previsto que mantenga un encuentro con su hijo, el rey Felipe VI, y otros familiares. Ambos concertaron la visita tras una conversación telefónica que mantuvieron el pasado domingo, durante el desplazamiento del monarca a Abu Dabi -lugar de residencia del emérito- para trasladar sus condolencias por la muerte del presidente de Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, fuentes de Zarzuela han asegurado a RTVE que el encuentro entre padre e hijo tiene es "familiar" y pertenece al "ámbito privado", por lo que no tiene "carácter familiar". Será la primera vez que Felipe VI y Juan Carlos I se vean de manera personal desde la salida del emérito de España en agosto de 2020.
Si entonces don Juan Carlos abandonó el país ante la "repercusión pública" de sus finanzas, la decisión del Tribunal Supremo de archivar las investigaciones abiertas en torno a presunto cobro de comisiones, ocultación de fortunas y el uso de tarjetas 'black' ha allanado el retorno del exjefe de Estado, que ya no tiene cuentas abiertas con la justicia en España, aunque sí en Reino Unido, donde podría ser juzgado por "acoso" a Corinna Larsen.
El regreso del rey emérito ha causado división entre los partidos políticos. Así, mientras PP y Vox le han mostrado su apoyo, Unidas Podemos, ERC y otros socios de investidura han pedido la apertura de varias comisiones de investigación en el Congreso. En el PSOE insisten en respetar una visita que sitúan en el ámbito privado, aunque algunos ministros y el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han asegurado que Juan Carlos I debe dar explicaciones.
El más contundente este sábado ha sido el coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien ha calificado de "delincuente acreditado" al rey emérito, de quien ha dicho que "toda España sabe que es un ladrón".