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Análisis | Guerra en Ucrania

Suecia rompe dos siglos de neutralidad al pedir la entrada en la OTAN: "Si nos unimos, este es el mejor momento"

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Soldados del Regimiento P18 Gotland del Ejército de Suecia camuflan vehículos blindados
Soldados del Regimiento P18 Gotland del Ejército de Suecia camuflan vehículos blindados

La invasión rusa de Ucrania ha llevado a que Finlandia y Suecia se hayan sentido obligadas a solicitar el ingreso en la OTAN tras verse amenazadas por su vecina Rusia. Esta decisión por parte de Suecia es un giro histórico en la postura de una nación que lleva dos siglos sin unirse a una alianza militar ni participar en un conflicto armado fuera de sus fronteras.

“El no alineamiento militar les ha servido bien en el pasado, pero la actual es una situación que no se puede sostener en el futuro”, asegura a RTVE.es la investigadora asociada del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), Astrid Portero. “Suecia se ha dado cuenta de que el vecino que tiene no es de fiar”, asevera.

El conflicto en Ucrania ha cambiado la opinión pública en Suecia, donde el 57% de la población apoya la adhesión de su país a la Alianza Atlántica, lo que supone un 6% más que en marzo.

Suecia ha tenido una cooperación muy estrecha con la Alianza Atlántica, especialmente desde 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea, por lo que la integración de sus fuerzas armadas en la OTAN no será complicada. Además, la adhesión de Suecia aumentará de forma significativa las capacidades de la Alianza en el norte de Europa y el mar Báltico, donde Rusia mantiene una fuerte presencia militar.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha usado con frecuencia la posible expansión de la OTAN para justificar la invasión de Ucrania y ha afirmado que la entrada de Finlandia y Suecia en la Alianza no será un problema para su país, excepto si incluye el despliegue de armamento en su territorio. Rusia también ha amenazado con medidas “técnico-militares”, pero los analistas coinciden en que una acción militar contra los países nórdicos parece poco probable.

“Rusia está estancada en Ucrania con su Ejército y estará así durante un tiempo. Si nos unimos a la OTAN, este es probablemente el mejor momento, porque las posibles represalias de Rusia posiblemente no incluirán una respuesta militar”, afirma a RTVE.es el profesor asociado del Departamento de Estudios de Guerra e Historia Militar en la Universidad de Defensa de Suecia, Niklas Nilsson.

A la espera de que el “primo escandinavo” diera el primer paso

La guerra en Ucrania ha acabado con la sensación de relativa estabilidad en el norte de Europa y ha llevado a que tanto Finlandia como Suecia se sintieran vulnerables y bajo la amenaza de Moscú. Los dos países nórdicos aseguran que las acciones de Rusia han cambiado la dinámica de la seguridad en Europa. Según la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, desde el 24 de febrero hay un claro “antes y después”.

La decisión de Suecia de solicitar su ingreso en la OTAN es un cambio radical en un país que durante 200 años no ha participado en ninguna guerra ni se ha unido a una alianza militar.

El Gobierno sueco ahora obedece a la opinión pública, que desde que comenzó la guerra en Ucrania ha cambiado de forma clara. Cada vez más ciudadanos suecos sienten que si su país se une a la Alianza Atlántica estarán más seguros ante la amenaza de Rusia. Ahora el 57% de la población apoya la adhesión a la OTAN, comparado con el 51% que estaba a favor en marzo.

“En Suecia la opinión pública no estaba tan claramente a favor como en Finlandia. Ahora son mayoría, pero los márgenes han sido más cortos”, explica el profesor de Estrategia y Política de ESADE y director de ESADEgeo, Ángel Saz-Carranza. “Le ha convenido a Suecia que su primo escandinavo diera el primer paso. Ha preferido no tomar el liderazgo y quedarse en un segundo plano por si hubiera habido reacciones más fuertes por parte de Rusia”, añade.

En este sentido, Nilsson afirma que “la seguridad y la defensa de Suecia y Finlandia están muy conectadas” y que “es muy difícil e ilógico” para Estocolmo “mantenerse fuera de la OTAN cuando Finlandia ha decidido unirse”.

Los dos países nórdicos han entregado su solicitud formal de ingreso en la OTAN y los expertos coinciden en que el proceso va a ser “bastante rápido”. Ahora los 30 países miembros de la Alianza deberán ratificar la admisión de ambas naciones. “El tiempo dependerá de lo que tarden los países de la OTAN en ponerse de acuerdo”, asegura Nilsson.

Reforzamiento del flanco escandinavo

Suecia y Finlandia son miembros de la Unión Europea y sus fuerzas han participado en varias misiones de la OTAN desde el final de la Guerra Fría. El ingreso de estos dos países en la Alianza significará que por primera vez ambos tendrán garantizada la seguridad por Estados con armamento nuclear. Además, lo más significativo de su adhesión es que reforzará las capacidades de la OTAN en el mar Báltico y en el norte de Europa, donde Rusia cuenta con una gran presencia militar.

Con estos dos países en la Alianza, “toda la región del mar Báltico será región OTAN". "La OTAN podrá tener ahora un planteamiento coordinado y completo sobre cómo hacer frente a emergencias, incidentes y un posible ataque militar en esa región”, según explica el general de división retirado y analista militar del Instituto de Políticas de Seguridad y Desarrollo (ISDP), Mats Engman. “Desde la perspectiva de Bruselas, es una situación mucho mejor que tener a dos países con dos posiciones no definidas en la zona (...). Estas fuerzas armadas se percibirán como proveedores de seguridad dentro de la OTAN, especialmente en determinadas áreas”, indica.

Por su parte, Saz-Carranza indica que “la incorporación de Suecia en la OTAN acabaría de cerrar el flanco escandinavo”. “Es parte del miedo existencial que tiene Rusia. Se ve con un bloque OTAN que va desde el Ártico hasta el mar Negro y el Mediterráneo”, añade el profesor de ESADE, quien explica que “podría haber despliegues de la OTAN durante el periodo de transición”.

El partido gobernante de Suecia, el Partido Socialdemócrata Sueco (SDP) ha anunciado que se opone al despliegue de armas nucleares y bases militares permanentes de la OTAN en su territorio en caso de unirse a la Alianza, pero los analistas no creen que esto sea un problema.

“Hay otros ejemplos de miembros de la OTAN que no tienen armas nucleares, como Noruega. Suecia no tendría ninguna obligación, si no quisiera, de tener bases militares ni nada de eso en su territorio”, detalla Portero.

La relación entre Suecia y Rusia “correcta”, pero con roces en el Báltico

Suecia y Rusia no han estado en guerra entre sí desde 1809, cuando Suecia perdió el territorio de Finlandia y quedó en manos de los rusos. En 1939, durante la Guerra de Invierno entre Finlandia y Rusia, Suecia prestó apoyo militar a Finlandia, pero se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

“La relación entre Rusia y Suecia ha sido muy correcta, en parte por ese estatus de neutralidad que tenía Suecia”, explica Saz-Carranza, aunque detalla que ambos países “han tenido algunos roces en el Báltico y en el espacio aéreo en algunos momentos”.

En 2014, Suecia recibió informes de que un submarino ruso acechaba en aguas poco profundas de la isla sueca de Gotland. Además, mucho antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Moscú desplegó armas nucleares en Kaliningrado, un enclave en el mar Báltico entre Polonia y territorio lituano, mientras la península de Kola, en el norte de Rusia, alberga una de las mayores concentraciones de armas nucleares del mundo.

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“Suecia es uno de esos países que ha intentado tener una relación normal con Rusia. Somos vecinos en el mar Báltico”, afirma Engman. “También ha habido un deseo y una esperanza de que Rusia podría cambiar y convertirse en un país democrático, pero desde la anexión de Crimea y la invasión de Georgia, (Suecia) ha ido llegando a la conclusión de que Rusia estaba avanzando por el camino equivocado. Se ha dado cuenta de que Rusia es diferente”, asevera.

En este sentido, el profesor asociado de la Universidad de Defensa de Suecia cree que este “ha sido uno de los países que ha levantado más la voz en lo que se refiere al tratamiento de Rusia a sus vecinos”. “Suecia ha sido bastante crítica con Rusia de forma oficial con la invasión de Georgia en 2008 y de Ucrania en 2014 (...), aunque también ha intentado tener una relación constructiva con Moscú”, indica Nilsson, quien detalla que “uno de los principales factores es que Suecia también es uno de los países de la UE que casi no depende de los hidrocarburos rusos”.

El riesgo de una reacción rusa

Antes de iniciar la invasión de Ucrania, Putin demandó a la OTAN que pusiera fin a su ampliación hacia el este de Europa y que retirara la infraestructura militar de las naciones que entraron en la Alianza después de 1997. Ahora Rusia se opone firmemente a la adhesión de Finlandia y Suecia en la OTAN.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, ha advertido de las “consecuencias” de la entrada de los dos países nórdicos en la Alianza y ha afirmado que obligaría a Moscú a aumentar su presencia militar en la región del Báltico. Además, Moscú ha amenazado con medidas “técnico-militares” si las dos naciones ingresan en la OTAN, aunque Putin ha afirmado que no supondría una “amenaza inmediata” para Rusia si no implica el despliegue de bases militares ni misiles.

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Los analistas coinciden en que una acción militar contra los países nórdicos es poco probable. Nilsson asegura que se esperan otras medidas como “ciberataques, campañas de desinformación desde Rusia, posibles ejercicios militares en el mar Báltico o el despliegue de unidades navales cerca de territorio sueco”.

En este sentido, el exgeneral de división sueco Mats Engman subraya que “tenemos que calcular que habrá esfuerzos de Rusia para que Suecia sienta el dolor de entrar en la OTAN”. “Tenemos unas elecciones en septiembre y sabemos que Rusia ha estado intentando interferir en los comicios de otros países y esa será una oportunidad para que Suecia se arrepienta y sienta el dolor”, señala.