La sombra de la mafia en Palermo 30 años después del asesinato del juez Falcone
- Se cumplen 30 años del atentado de la Cosa Nostra siciliana que acabó con la vida del juez Giovanni Falcone
- Llevó al banquillo a 457 procesados, 19 capos mafiosos fueron condenados a cadena perpetua
El trayecto que lleva desde el aeropuerto de Palermo (hoy llamado aeropuerto Falcone-Borsellino) transcurre entre la montaña y el mar. A mitad de camino, a la altura de la salida de Capaci, ya en la distancia se aprecian dos enormes estructuras en forma de obelisco. Nos recuerdan el punto exacto en el que la mafia, la Cosa Nostra siciliana, acabó con la vida del juez Giovanni Falcone.
Habían colocado más de 500 kilos de explosivos que redujeron a escombros la carretera, el vehículo del magistrado y los de la comitiva de escoltas. A lo lejos, en una caseta blanca luce una pintada 'No mafia', que se renueva periódicamente. Este lunes, cuando se cumplen 30 años del atentado de Falcone, toca volver a hacerlo. Fue allí desde donde los matones accionaron el mando para activar los explosivos.
Marcello, el taxista que nos lleva, tenía 16 años cuando ocurrió. Jugaba a ping pong en el pueblo vecino de Carini. "Oímos un fuerte rugido y vimos una enorme nube de humo. Cogimos las motos y nos acercamos a ver qué pasaba. La carretera estaba cortada y nos subimos a un puente". Junto a Falcone murió su mujer, Francesca Morvillo, y los escoltas Rocco Di Cillo, Vitto Schifani, Antonio Montinaro. Marcello nos cuenta que años después, haciendo la mili, le tocó prestar servicio de escolta a otros magistrados, "tenía miedo, aquel atentado es un recuerdo que te queda para siempre".
La mafia también acabó con la vida del juez Paolo Borsellino
El juez Falcone instruyó el primer gran proceso. Descubrió su estructura de mando, su forma de actuar, sus leyes, sus pactos de honor. Llevó al banquillo a 457 procesados. 19 capos mafiosos, hasta el momento intocables, fueron condenados a cadena perpetua. Y la mafia se cobró venganza.
La huella de Falcone está por todas partes en la ciudad de Palermo. En el barrio de Kalsa, donde se crió y donde de pequeño jugaba a fútbol con los hijos de los mafiosos, un enorme mural reproduce los rostros sonrientes y cómplices de Falcone y Borsellino. Paolo Borsellino era el otro juez que le acompañó en su lucha contra la mafia y que siguió su mismo destino: apenas dos meses después del asesinato de Falcone, la mafia acabó también con su vida.
La muerte de aquellos jueces valientes marcó un antes y un después. La sociedad aprendió a alzar la voz y decir 'No a la mafia'. Alessandra Dino profesora de la Universidad de Palermo y experta en la mafia, recuerda que hubo una participación masiva que se convirtió en una protesta clara contra los políticos. Políticos que no supieron proteger a sus jueces. A Falcone y después a Borselino.
La propia sentencia del atentado contra Falcone habló de presencias extrañas a la Cosa Nostra. Pero nunca se ha ido más allá. "La mafia todavía es fuerte, asegura, y no terminará hasta que se haga luz sobre todos sus misterios y todos los atentados aún sin aclarar ".
Hoy los sicilianos tratan de sacudirse el estigma de la Cosa Nostra. "No ayuda mucho, nos dice un vecino, que las tiendas de souvenirs sigan vendiendo artículos vinculados a la mafia", como el rostro del Padrino que asoma en muchos expositores.
Di Matteo, fiscal antimafia: "La Cosa Nostra se ha institucionalizado"
Para no olvidar, a las afueras de Palermo se abrió en 2004 el Jardín de la Memoria. Una extensión de 25.000 metros cuadrados incautada a un mafioso, donde cada víctima de la Cosa Nostra en Sicilia tiene su árbol y su placa. Policías, políticos, magistrados, periodistas, sacerdotes, civiles...el rastro de sangre de la Cosa Nostra no tenía fin.
Nos acompaña el periodista Roberto Leone, a quien tocó cubrir muchos de esos atentados para el periódico L'Ora, hoy desaparecido. Fue el primer diario siciliano que se atrevió a llamar "mafiosos" a los mafiosos.
Decía Falcone que la mafia es un fenómeno humano y como todos los fenómenos humanos tiene un principio, una evolución y tendrá un fin. Ese fin no ha llegado. La mafia ha abandonado sus luchas de clanes a golpe de pistola, ha dejado de mancharse las manos de sangre y ha evolucionado. Un mundo que conoce bien Nino Di Matteo, el fiscal que investigó durante años las conexiones entre la mafia y el Estado italiano.
"Hoy la Cosa Nostra se ha institucionalizado, convive con el Estado y tiene un perfil bajo para no llamar mucho la atención. Por eso es más difícil golpearle, porque ha conseguido mimetizarse en sectores aparentemente legales". A Di Matteo no le cuesta reconocer que falta aún una clara decisión política de acabar con la mafia. Él tiene claro que seguirá los pasos de Falcone. Es el magistrado más protegido de Italia. Con escolta las 24 horas durante los últimos 30 años, nos cuenta que uno nunca se habitúa, y lo que más lamenta es no haber podido pasear libremente con sus hijos por su adorada Palermo.
Falcone no tuvo hijos. Renunció a ellos porque no quería dejar huérfanos en este mundo. En la casa donde vivía, un gigantesco árbol se llena cada día de mensajes en su recuerdo. Los sicilianos le deben mucho y hoy las calles de Palermo, llenas de vida con un renovado turismo post pandémico, vuelven a recordarle 30 años después.