- La inexorable conexión de Ruth Paine con el asesinato de JFK continúa persiguiéndola casi seis décadas después
- La Comisión Warren le hizo unas 5.000 preguntas, el mayor número hasta hoy, formuladas a un solo testigo
Ruth Paine acogió en su casa a la familia de Lee Harvey Oswald y le ayudó a conseguir un trabajo en el edificio desde el que se disparó a Kennedy. Para los investigadores de la conspiración estas coincidencias evidencian que, Ruth Paine formó parte de un complot del gobierno para inculpar a Oswald como asesino del presidente. Sus defensores, sin embargo, creen que esta mujer es una inocente espectadora atrapada en la historia, víctima de un montaje paranoide.
Conociendo a los Oswald
Ruth Paine conoció a Lee y Marina Oswald unos meses antes del asesinato de Kennedy. Fue en una fiesta en Dallas, en febrero de 1963. Acogió a Marina y al hijo de ambos en su casa, mientras Lee los visitaba los fines de semana e incluso el rifle del joven Oswald se guardó en su garaje. Ruth, también le ayudó a conseguir un empleo en el Depósito de Libros de la Escuela de Texas, desde donde el 22 de noviembre de ese año, salió, según la versión oficial, el disparo que acabó con la vida de JFK.
Echando la vista atrás, Ruth recuerda que la mañana del magnicidio, Marina y ella vieron por televisión como el presidente perdía la vida. "Yo lloraba y ella estaba muy preocupada", recuerda Ruth casi sesenta años después.
“Fue en ese momento cuando pensé que podría haber sido Lee“
Entonces, "aparecieron los hombres del Departamento de Policía de Dallas y ese fue el primer indicio que tuvimos de que su esposo estaba relacionado con ese trágico suceso", relata con serenidad. A continuación, los policías descubrieron que el rifle de Oswald había desaparecido del garaje de Ruth. "Fue en ese momento cuando pensé que podría haber sido Lee", asegura Ruth Paine.
¿Qué papel jugó Ruth Paine en el asesinato de Kennedy?
Desde ese día Ruth reforzó esa tesis, primero en la Comisión Warren, que investigó oficialmente el asesinato de JFK y más tarde en la infinidad de entrevistas que concedió a lo largo de estas seis décadas.
Pero las coincidencias inapelables que la vinculan al asesino oficial del magnicidio han sido más que suficientes, en todo este tiempo, para que los investigadores de la confabulación la acusen de ser una agente del gobierno que ayudó a inculpar a Lee Harvey Oswald como magnicida.
“La Comisión Warren ocultó montañas de evidencias al público“
"La verdad ineludible sobre el asesinato de Kennedy es que los testimonios, las evidencias, no coinciden con las conclusiones a las que llegó la Comisión Warren", revela el historiador y escritor Jim Dieugenio. "La Comisión Warren ocultó montañas de evidencias al público", insiste en la misma línea, el investigador de crímenes Gary Aguilar, consolidando así la idea de la conspiración, instalada en más de dos tercios de los estadounidenses, según confirman los medios de comunicación de Estados Unidos.
Una espectadora inocente atrapada por la historia
Los detractores de Ruth Paine no cesaron de arrojar dudas sobre ella y su exmarido, Michael Paine sobre su posible relación con la CIA. Hubo todo tipo de rumores, aunque no encontraron pruebas claras que los incriminara directamente. Pero los vínculos de su padre y hermana con la inteligencia estadounidense la pusieron en el punto de mira. "No fui la niñera de Oswald para la CIA", asevera Ruth.
“Hay algo importante en la historia de Ruth Paine que sencillamente no cuadra“
El abogado e investigador sobre el asesinato de JFK, Bill Simpich, piensa que "hay algo importante en la historia de Ruth Paine que sencillamente no cuadra". Sus defensores creen que la persecución y las sospechas vertidas durante todos estos años sobre ella, forman parte de un absurdo montaje paranoide. "Ruth fue completamente sincera con el FBI", afirma el periodista Max Holland.
Junto a su marido, Michael, aparecen en varios informes de la investigación oficial. Se les hicieron más de seis mil preguntas. Sin embargo, Ruth, afirma "que nunca sentí que nadie en la Comisión Warren sospechara de mi". "En un sentido muy real fueron víctimas", sentencia el letrado Vincent Salandria.
Sesenta años sin conclusiones finales
Hoy día, Ruth Paine sigue siendo una de los escasos testigos del magnicidio más misterioso e irresoluto del siglo XX. Desde que el presidente Georges Bush firmara, en 1992, la Ley de Registros JFK que iniciaba la recopilación de los documentos del FBI y de la CIA y exigía hacerlos públicos 25 años después, en 2017, Trump sacó a la luz casi tres mil escritos, pero a instancias de la CIA, pospuso la difusión de información delicada hasta 2021.
Aunque a finales del año pasado, la Administración Biden desclasificó un millar de documentos, decidió continuar bloqueando la divulgación de los archivos más sensibles de la investigación sobre la muerte de Kennedy. Con casi 90 años, Ruth Paine sigue estando perseguida por investigadores e internautas, convencidos de que guarda el secreto del crimen del pasado siglo.