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Las Salinas de Bocacangrejo, en Gran Canaria, recuperan la sal artesanal

  • Ya en el siglo XVI se extraía la sal de los charcos naturales en la isla
  • Se la denomina sal marina virgen porque es la sal que se produce exclusivamente por la acción del viento y el sol

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Las Salinas de Bocacangrejo, en Gran Canaria, recuperan la sal artesanal

La referencia salinera más antigua de Gran Canaria se remonta al siglo XVI cuando se extraía la sal de los charcos naturales anegados por las mareas vivas. Se desconoce su origen exacto pero ya desde finales del siglo XVII se tiene constancia de la existencia de varias salinas primitivas sobre roca.

De las 14 salinas antiguas de barro de Gran Canaria, únicamente se mantienen en activo cuatro de ellas, como exponente de la rica tradición salinera, siendo curiosamente la isla que más salinas mantiene en funcionamiento. Destaca el hecho de que su mantenimiento haya sido posible gracias a la continuación de las sagas familiares de salineros poniendo de relieve que las salinas de hoy más que una industria son un auténtico legado.

Donde el agua del mar se mezcla con el sol, la tierra y el aire nace la sal. En las salinas de Bocacangrejo, al sureste de Gran Canaria, han reparado las instalaciones para producir una sal marina de forma totalmente artesanal. Se la denomina sal marina virgen, porque es la sal que se produce exclusivamente por la acción del viento y del sol.

Sal canaria del Atlántico

Es un producto puro, sin aditivos ni transformación; cristales de sal de textura fina y crujiente. El proceso de cristalización se produce en la superficie del agua. Es el hombre que con su esfuerzo, paciencia y métodos estrictamente artesanales la roban al mar.

El agua del mar entra a los cocederos, donde, con ayuda del sol y el viento, se evapora. La sal que queda se barre apilándola en pequeñas montañas. Después se procesa y envasa artesanalmente. El resultado: sal gruesa, en escamas, picante. Productos cada vez más reclamados

En los últimos cuatro o cinco años ha habido una gran demanda. No solo de personas que deciden comprar el producto para consumir en su casa, sino también en la parte de restauración.

Sal canaria, del atlántico. Que demuestra la importancia que tiene el producto local, sostenible y artesanal.