Un conflicto "en punto muerto": la guerra cumple tres meses sin ganadores en Ucrania
- El teniente general Pitarch considera que los contendientes son Estados Unidos-Ucrania contra Rusia
- Ferrero-Turrión cree que Zelenski no negociará la paz sin consultar con los países occidentales
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La guerra de Ucrania cumple tres meses sin que se vislumbre un ganador en el campo de batalla. En los países que con más claridad han apoyado a Ucrania en el terreno militar, económico y político han comenzado a aparecer dudas.
El editorial del diario estadounidense The New York Times del 19 de mayo hace explícitas algunas de esas incertidumbres: define la victoria ucraniana como una “ilusión” y pide al gobierno de Joe Biden que responda a cuestiones hasta ahora tabú: “¿Está Estados Unidos, por ejemplo, intentando ayudar a poner fin a este conflicto, mediante un acuerdo que permita una Ucrania soberana y algún tipo de relación entre EE.UU. y Rusia? ¿O es que EE.UU. intenta ahora debilitar a Rusia de forma permanente? ¿Ha cambiado el objetivo de la administración hacia la desestabilización de Vladímir Putin o su destitución? ¿Tiene EE.UU. la intención de imputar a Putin como criminal de guerra? ¿O el objetivo es tratar de evitar una guerra más amplia -y si es así, cómo se consigue esto alardeando de que se ha proporcionado inteligencia estadounidense para matar a rusos y hundir uno de sus barcos?”
El diario neoyorquino considera que, de no responder a estas preguntas, el apoyo estadounidense a la guerra puede hacer que esta se prolongue y que se “ponga en peligro la paz y la seguridad a largo plazo en el continente europeo”. Y lanza una advertencia al gobierno del Partido Demócrata en año de elecciones al Congreso: “El apoyo popular a una guerra lejos de las costas estadounidenses no se mantendrá indefinidamente. La inflación es un problema mucho mayor para los votantes estadounidenses que para Ucrania”.
Cansancio bélico
Ruth Ferrero-Turrión, profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la Universidad Complutense de Madrid, considera que “todo esto forma parte de un debate mayor que se está dando no solo en Estados Unidos, sino también en Europa. Todos y cada uno están mirando sus propias opiniones públicas. Y todos y cada uno se dan cuenta de que esta guerra no va a acabarse antes del verano, sino que se va a prolongar a lo largo de todo este año y veremos hasta cuándo. Además, las propias poblaciones empiezan a padecer los efectos de esa subida de precios, de la inflación, de la crisis energética a la que estamos abocados”.
El teniente general Pedro Pitarch coincide en que las constantes peticiones de ayuda militar y financiera por parte de Ucrania y lideradas por EE.UU. pueden estar “cansando a mucha gente, especialmente entre los europeos. Si estás empleando un dinero y haciendo un gran esfuerzo que no luego no se traduce en algo palpable o exitoso, pues lógicamente eso llega a cansar”.
Para Pitarch, “cansa también la actitud del señor Zelenski, que está permanentemente pidiendo, chorreando, si se me permite la expresión, diciendo a los países que no le dan suficiente”. Pitarch recuerda que las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea para los 27 han bajado del 4 al 2,7 %, por lo que considera normal que haya países “que hayan empezado a levantar la voz”, en referencia a Alemania, Francia e Italia.
En ese sentido, la docente llama la atención sobre el hecho de que frente al eje Berlín-Roma-París se estaría configurando una alternativa más alineada con Estados Unidos. "Países del centro y el norte de Europa quieren crear un eje Varsovia-Kiev. Y, desde el sur, tenemos que al menos reflexionar si queremos también avanzar en esa dirección o no tener nuestra propia posición. Y yo creo que en esa línea van los discursos que han hecho recientemente Draghi o el propio Macron. Y un poco todavía está decidiendo para dónde tirar solos en el caso, en el caso alemán. Pero yo creo que esta es una de las claves de cara al debate europeo que vamos a tener en los próximos meses”.
Una guerra sin ganadores
Las dudas y divisiones fructifican, en todo caso, a partir de un conflicto que estaría, según Pitarch, “en punto muerto: no hay combates como tales de importancia, salvo en la región del Dombás, donde se producen choques muy intensos y cruentos en el entorno de Severodonetsk. Aquello es una especie de fortín ucraniano. En el Dombás se combate aldea por aldea y hay muchas ganancias o pérdidas territoriales”.
Para el militar, es un error considerar el conflicto como un choque entre Rusia y Ucrania. “Para mí, los contendientes son Rusia, de un lado, y Estados Unidos-Ucrania, del otro. Si Ucrania hubiera luchado por sí misma, la guerra se habría terminado en días, o en semanas, como mucho. Lo que pasa es que se ha alargado por todo el apoyo político, militar, económico y moral que supone tener a tu lado, en expresión del castizo, al primo de Zumosol. Y por eso se llega a ese equilibrio y al punto muerto. A este paso, la guerra puede ser eterna porque no ganará ni uno ni otro, no habrá un desenlace militar. Militarmente, esto no tiene solución”.
Ferrero-Turrión coincide en que una de las características de esta guerra es que “no va a haber un claro vencedor, ni tampoco un claro perdedor. Obviamente, los grandes perdedores son los ciudadanos ucranianos. Pero lo que estamos viendo es que nadie va a poder cantar victoria en términos absolutos, tal y como, precisamente, viene diciendo Estados Unidos en los últimos meses. Por eso desde Washington hablan de que se trata de ganar la guerra sino de destruir el régimen de Putin. Hay una clara articulación del discurso de EE.UU. que va más allá de la guerra de Ucrania”.
El disputado botón que enciende y apaga la guerra
Precisamente es la dimensión internacional de la guerra lo que, en opinión de estos analistas, puede dificultar su resolución. Para Ferrero-Turrión, “Putin es quien puede detener la guerra en cualquier momento. Pero, más allá de eso, el problema de Ucrania es la relación de dependencia que ha ido construyendo con los países occidentales. Kiev está recibiendo suministros militares y logísticos, pero también créditos y dinero a espuertas. Por eso creo que, incluso si Putin se ofreciera a negociar seriamente, no creo que Zelenski fuera a sentarse con él sin consultar a las cancillerías occidentales”.
O a su propio pueblo, aparentemente en radical desacuerdo con cualquier cesión territorial que pudiera hacer el gobierno ucraniano para satisfacer a Rusia. Según una encuesta del Instituto de Sociología Internacional de Kiev, el 82 % de los entrevistados creen que no se deben hacer estas concesiones bajo ningún concepto aún a riesgo de prolongar la guerra. Sólo un 10 % considera que es admisible "abandonar" territorios para lograr la paz con más rapidez o para preservar la independencia de Ucrania.
El que fuera jefe del Eurocuerpo entiende que “es el momento de la diplomacia a fondo. Es el momento de la negociación política”. Sin embargo, considera que “la guerra, de momento, seguirá en ese punto muerto. Y todo va a depender de Estados Unidos. En el momento que Washington diga, “bueno, hasta aquí hemos llegado”… entonces habrá pasos adelante en las negociaciones que, insisto, deben de emprenderse ya a muy alto nivel para intentar alcanzar, en principio, un alto el fuego y luego, lógicamente, pasar a los detalles. Pero es EE.UU. quien lo tiene en sus manos. Si Washington deja de amamantar al bebé. El bebé no puede seguir”.
El riesgo de mantener la guerra con Moscú, subraya Pitarch, es que Rusia es una potencia nuclear y su doctrina la habilita a utilizar armas atómicas en caso de ver en riesgo su existencia. El veterano militar recuerda que “poder, puede; tener, tiene; y querer… eso ya será decidido en función de las circunstancias”.