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La amenaza de las enfermedades zoonóticas: "Muchas personas sufriremos dos pandemias en nuestra vida"

  • Aproximadamente el 75% de las patologías infecciosas emergentes que afectan al ser humano son de origen animal
  • Eventos como la COVID-19 o el brote de la viruela del mono demuestran el peligro latente del deterioro medioambiental

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Numerosos trabajos científicos relacionan la pérdida de biodiversidad con un aumento del riesgo de zoonosis.
Numerosos trabajos científicos relacionan la pérdida de biodiversidad con un aumento del riesgo de zoonosis.

El nuevo brote de viruela del mono, una enfermedad endémica de África central y occidental, ha puesto de manifiesto la amenaza que representan las zoonosis para el ser humano, un riesgo que ya quedó patente con la pandemia de COVID-19, cuyo origen también estuvo en el mundo animal. La Organización Mundial de la Salud advierte de que un millón de especies animales y vegetales se encuentran en peligro de extinción, mientras los ecosistemas siguen deteriorándose a ritmo acelerado por la actividad humana, lo que va a provocar que el contacto con nuevos virus se intensifique en los próximos años.

El cambio climático, la deforestación, la destrucción de hábitats, el tráfico de especies, la agricultura intensiva o la sobreexplotación de los océanos han alterado el equilibrio de los ecosistemas, y esta pérdida de biodiversidad tendrá graves consecuencias no solo para el planeta, sino también para la humanidad. Muchas de las enfermedades infecciosas que afectan a las personas y que han surgido recientemente, como la COVID-19, el ébola o el SIDA han sido zoonosis, y se estima que aproximadamente el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes que afectan al ser humano tienen un origen animal.

Numerosos trabajos y estudios científicos relacionan claramente la pérdida de biodiversidad con un aumento del riesgo de zoonosis, y para la mayor parte de los investigadores el nuevo brote de viruela del mono es solo una pieza más de este peligroso puzzle. "Los nuevos casos de viruela del simio suponen una voz de alarma que nos tiene que servir para que no bajemos la preocupación que nos lanzó la COVID-19, porque corremos el riesgo de olvidar algunas de las cosas que hemos aprendido, que es precisamente que estamos expuestos al riesgo de pandemias", manifiesta a RTVE.es Fernando Valladares, ecólogo del CSIC y divulgador medioambiental, quien explica que, según un artículo publicado recientemente, hasta ahora el riesgo de sufrir una pandemia a lo largo de la vida de una persona ha sido de un 38%, pero en las próximas dos décadas este porcentaje se va a duplicar, "lo cual en términos estadísticos quiere decir que muchas personas sufriremos dos pandemias en nuestra vida".

Para el catedrático de Patología Animal Juan José Badiola, "el riesgo de zoonosis es ahora mucho mayor", y el actual brote es "un nuevo aviso que nos indica que la cosa se está poniendo fea". "Es muy importante el concepto de 'One Health', que significa 'Un mundo, una salud'. Hay que agrupar salud humana, salud animal y salud medioambiental, porque si alteramos los ecosistemas, tendremos problemas seguros de transmisión de virus", declara a RTVE.es este investigador de la Universidad de Zaragoza, quien apunta a la movilidad y a la globalización como dos factores fundamentales que facilitan la propagación de los patógenos a lo largo y ancho del planeta.

En este sentido, Fernando Valladares, asegura que "las pandemias, y más concretamente las epidemias, son tan viejas como la humanidad. Pero uno de los factores nuevos es precisamente la globalización, ya que ahora se ha ampliado la rapidez y la escala geográfica en las que los patógenos pueden moverse".

"Cada nueva especie con la que entremos en interacción supone un riesgo, porque tiene su colección de virus y bacterias, exactamente igual que nosotros, y en ocasiones algunos de esos virus y bacterias provocan una enfermedad infecciosa en el nuevo huésped. Es una cuestión de riesgo, que aumenta por estar enredando con la naturaleza, alterando ecosistemas en los cuales se han establecido equilibrios entre las especies durante miles de años", agrega.

Los ecosistemas siguen deteriorándose a ritmo acelerado por la actividad humana.

Los ecosistemas siguen deteriorándose a ritmo acelerado por la actividad humana. GETTY IMAGES

Una sola salud

Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, coincide en que el brote de viruela símica "es señal inequívoca de que debemos profundizar en ese concepto que la OMS pone siempre sobre la mesa de ‘One health’ -una sola salud: salud humana, salud animal y salud ambiental-". Pare este epidemiólogo, se trata de "tres vértices de un mismo problema que, si no los abordamos de manera conjunta, jamás seremos capaces de conseguir una salud global".

El concepto 'One health' se introdujo a comienzos del año 2000 para designar algo que la ciencia conoce desde hace más de un siglo: la salud humana y la animal dependen la una de la otra, y además están vinculadas a los ecosistemas de los que forman parte. Basándose en esta premisa, representantes de múltiples disciplinas (como médicos, veterinarios, científicos, humanistas...) trabajan para lograr este enfoque integral de la salud, mientras advierten de que en la fauna silvestre existen alrededor de un millón y medio de virus desconocidos, de los que entre 500.000 y 800.000 podrían saltar a la especie humana, provocando enfermedades con potencial pandémico, como ha sido el caso de la COVID-19.

"Desde la Ecología apoyamos al cien por cien la idea de 'One health', y es la única forma de revertir una tendencia tremenda en la salud humana, que es que por mucho que progrese la medicina, como lo está haciendo, su tasa de éxito está más que neutralizada por la tasa de degradación ambiental", afirma el científico Fernando Valladares, quien explica que hemos llegado a un punto en el que "muere más gente proporcionalmente por degradación ambiental que la que salva la medicina haciendo progresos, y es la primera vez que ocurre". "El incremento de la esperanza de vida se ha detenido, e incluso ha empezado a disminuir, precisamente porque por mucho que avance la Medicina, no puede compensar el incremento de muertes por cambio climático, contaminación, pandemias, etcétera", prosigue.

Ante esta situación, Valladares defiende que la Medicina "se hibride con otras disciplinas como la Ecología, la Sociología, la Antropología y muchas otras ciencias que nos ayuden a abordar el problema del medio ambiente y la relación del ser humano con la naturaleza desde una visión más holística". "Las pruebas, por desgracia, van demostrando lo necesario que es", concluye.