Julio A. Gracia Lana: "Sin la historieta no se puede entender la cultura contemporánea"
- El profesor e historiador publica El cómic español de la democracia
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Con la muerte de Franco y la progresiva relajación de la censura, el final de los años 70 y los primeros años 80, fueron la edad dorada del cómic adulto en España. Esos 10 años se publicaron multitud de revistas de una calidad alucinante y un espíritu transgresor nunca visto hasta entonces. Además de que el cómic se coló en las instituciones y fue protagonista de movimientos culturales como la Movida Madrileña. Pero a finales de los 80 hubo una gran crisis que acabó, con ese sueño y también con la mayoría de las revistas infantiles, como los famosos tebeos de Bruguera. Un mazazo del que la industria de los tebeos españoles nunca se recuperó.
Ahora Julio A. Gracia Lana (Zaragoza, 1989) analiza esa época en el imprescindible libro El cómic español en la democracia. La influencia de la historieta en la cultura contemporánea (Prensas de la Universidad de Zaragoza), en el que también analiza cómo afectó esa crisis a los grandes dibujantes españoles.
"Se trata -nos comenta Julio-, de un ensayo que aporta una visión distinta de la época: pone el foco en la caída de las revistas del conocido como boom del cómic adulto (entre ellas Zona 84, El Víbora o Cairo) y en la forma en la que su desaparición progresiva afectó al trabajo de los autores, que se vieron obligados a trabajar en otros medios, como la pintura, el cine o la ilustración".
Lo curioso es que, a pesar de esa debacle, los cómics de esa época dejaron una profunda huella en la cultura española: "Tuvieron una influencia clave -asegura Julio-. Sin la historieta no se puede entender la cultura contemporánea. No solo por la propia entidad como arte del cómic, sino por sus vínculos con otras manifestaciones artísticas".
"El cómic adulto fue una bocanada de aire fresco"
Julio asegura que el cómic de esa época fue: "Una bocanada de aire fresco. Una manera distinta de comprender las viñetas, con muchas líneas de trabajo, que iban desde el underground hasta el cómic de género".
Este estudio también analiza la trayectoria de tres autores que no han dejado de reinventarse y que son fundamentales en la historia del cómic español: Nazario, Max y Miguelanxo Prado. "Son tres casos de estudio que resultan paradigmáticos y representativos del contexto que estudiamos. Tres trayectorias largas y sólidas, de profunda influencia en el medio. Sin embargo, si bien son todos los que están… no están todos los que son. Incluir el trabajo de la mayoría de los dibujantes (la totalidad es siempre imposible) que han desarrollado su trabajo en estas dos décadas requeriría de una enciclopedia. Lo que buscamos con este libro es aportar un prisma concreto para tratar de entender mejor la época, de los muchos que la historia y el arte nos permiten plantear".
El auge y caída del cómic adulto
Nunca los aficionados al cómic hemos podido descubrir a tantos autores como los que llegaron a España en esa época: Robert Crumb, Moebius, Richard Corben... sin olvidar a los grandes creadores españoles como los mencionados o Carlos Giménez, Luis García, Josep Maria Beà... Además de que asistimos a ese histórico enfrentamiento entre la "línea chunga" representada por El Víbora y Makoki, y la "línea clara" de Cairo.
"El libro -nos cuenta Julio-, comienza con el contexto de las revistas del boom del cómic adulto y trata de explicar las posibles causas de su caída. A continuación, se analiza cómo el contexto afectó a los autores, señalando algunas trayectorias especialmente destacadas. Los caminos trazados nos llevan desde la historieta hasta el lienzo, el contexto audiovisual o el diseño".
En cuanto a esas míticas publicaciones, Julio nos comenta que: "Tras la caída de las revistas y las nuevas sendas de autoras y autores, se plantea el recorrido de las publicaciones supervivientes (entre las que resalta El Víbora) y la constitución de un nuevo mercado en torno al formato libro".
Lo más curioso es que no solo cayó el cómic adulto, sino que a finales de los 80 también desaparecieron la mayoría de las revistas infantiles, como las de Bruguera o el TBO. "Se produjo una auténtica “tormenta perfecta”, en la que no fue una única causa, sino la confluencia de muchas de ellas, lo que seguramente terminó provocando la desaparición progresiva de las revistas" -asegura Julio-.
"Las razones de esa desaparición -continúa- abarcan desde las puramente económicas (como la subida de los precios del papel o la implantación del IVA) hasta las que tienen que ver con la llegada masiva del cómic extranjero (principalmente comic-book americano y manga) o los cambios en los hábitos de consumo de los lectores".
En esa crisis se perdió muchísimo talento en el mundo del cómic
Preguntamos a Julio cuánto talento se perdió para el cómic en esa debacle: "Seguramente, muchísimo. Es algo que nunca llegaremos a saber del todo. Lo que está claro es que muchas trayectorias se truncaron con la desaparición de las revistas. Las autoras y autores del momento emigraron a otros mercados o pasaron a trabajar en distintos medios para sobrevivir. Lo interesante es que llevaron siempre consigo lo que habían aprendido trabajando para las viñetas y lo volcaron allí donde desarrollaron su talento".
Esa desaparición de las revistas (en las que convivían varias series periódicas) trajo la aparición de la novela gráfica con historias completas. Para los lectores era genial porque podían leer de un tirón los cómics, pero... ¿Y para los autores? "Resulta difícil de calibrar -asegura Julio-. La fórmula del cobro por página de las revistas suponía unos ingresos que permitían a muchos dibujantes vivir de su trabajo. Además, mes a mes, veían lo que otros habían planteado, aprendían y desarrollaban su estilo".
"Con la novela gráfica -continúa-, esta forma de cobro se ha perdido y la idea de compartir páginas en las revistas, también. Sin embargo, indudablemente el formato tiene ventajas: es radicalmente libre, permite de forma destacada la experimentación y además penetra bien a nivel comercial en librerías ¿Hemos ganado muchas cosas en esta evolución? Sí, ¿Hemos perdido otras? Sin duda".
El futuro del cómic español
Actualmente, parece que vivimos una nueva edad de oro para el cómic (sobre todo el manga, que arrasa en ventas). Preguntamos a Julio qué futuro augura al cómic español: "Personalmente, creo que tiene un futuro muy bueno por delante. El lenguaje de la historieta permite desarrollar propuestas que serían impensables en otros medios. Tiene una serie de particularidades que la hacen única y que provoca que muchas autoras y autores sigan apostando por ella".
Sin embargo, el lado oculto de este éxito sigue siendo la precariedad de los dibujantes, muchos de los cuales no pueden vivir de su trabajo. "En cuanto a la precariedad… excede mis conocimientos -asegura Julio-, pero yo diría que el problema principal radica en el propio valor que otorgamos a la cultura. Hasta que no la consideremos como un bien verdaderamente indispensable y que requiere el apoyo de toda la sociedad, no podremos acabar con las malas prácticas y la terrible precariedad que sufren los dibujantes".
Esta colección de estudios sobre el cómic de la Universidad de Zaragoza demuestra que hay un gran interés por parte de colegios, universidades e instituciones culturales por apoyar al cómic. "La introducción del cómic en las universidades está bien desarrollada y cada vez más consolidada -nos explica Julio-. Muchos investigadores y profesores estamos apoyando nuestras carreras en temas que parten del cómic. Sigue creando algunas dificultades y no es algo que se acepte por igual en todos los ámbitos, pero se ha avanzado mucho en los últimos años".
"En los colegios, hasta donde conozco, la historieta avanza a pasos agigantados, especialmente como apoyo en cuestiones vinculadas con la didáctica" -añade-.
En cuanto a esta colección de estudios sobre el cómic, Julio A. Gracia Lana destaca que: "La Universidad de Zaragoza ha apoyado muchas iniciativas sobre historieta y la editorial de la universidad se encarga de que lleguen a bibliotecas y librerías. Es un verdadero logro que universidades como Zaragoza o León (con la magnífica Grafikalismos, que dirige José Manuel Trabado) vean a la historieta como un tema interesante y por el que apostar".