Enlaces accesibilidad

No se sacrificará a mascotas preventivamente por la viruela del mono

Por
Mensajes exagerados sobre el sacrificio de mascotas por culpa de la viruela del mono con sello exagerado
Mensajes exagerados sobre el sacrificio de mascotas por culpa de la viruela del mono

Tras la aparición en Europa de un brote de viruela del mono han surgido en redes sociales y en tabloides mensajes que anticipan el sacrificio de mascotas como medida de prevención para impedir la extensión de la enfermedad. Se trata de una exageración. Las autoridades sanitarias europeas plantean esta posibilidad como un “último recurso” para roedores domésticos enfermos cuando no sea posible aislarlos.

Los mensajes que exageran la posibilidad de un sacrificio a gran escala de mascotas lo expresan con frases como: “Se viene sacrificio de animales preventivo” o “Me irrita hablar de sacrificio de mascotas debido a la viruela del mono. Déjales que vengan a por mis mascotas”. Otro que dice: “Buscando sacrificios animales por parte de la gente. Cada día más evidente que esto es algo satánico”. Parte de la alarma se debe a un titular de un tabloide británico (publicaciones que usualmente recurren a titulares sensacionalistas) que tituló: “Mascotas como hámsters o cobayas podrían ser SACRIFICADOS para detener la viruela del mono” (La mayúscula está en el titular original).

Estos mensajes sacan de contexto el documento de evaluación rápida de riesgos emitido por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés). Este texto limita la posibilidad del sacrificio a ciertos roedores enfermos que no puedan estar aislados.

¿Qué relación hay entre las mascotas con la viruela del mono?

A diferencia de otros virus como el que provoca la COVID-19, sí existen pruebas de que la viruela del mono pasa de animales a personas y de personas a animales. Es el caso de las que aporta una investigación en EE.UU. con motivo del brote de viruela del mono que afectó a seis estados en 2003. En aquella ocasión los investigadores establecieron que un grupo de roedores enfermos importados desde Ghana llegaron a Texas en abril de 2003. Se alojó a los animales cerca de un grupo de perros de la pradera (un tipo de roedor que habita en Norteamérica). Estos se contagiaron y, vendidos como mascotas, transmitieron el virus a 71 humanos, según las autoridades sanitarias estadounidenses.

La transmisión entre humanos no es sencilla​ pues requiere, según el protocolo del Ministerio de Sanidad, un “contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada o con objetos contaminados” (pág. 4). Sin embargo, los documentos oficiales publicados sobre la transmisión entre animales y personas sí describen un contagio más fácil ligado a situaciones cotidianas generalizadas.

El documento de la agencia de prevención de enfermedades de EE.UU. (CDC) dice que las actividades que pueden llevar a que una mascota contagiada transmita el virus a una persona incluyen tocarla, recibir un mordisco o sufrir una herida y añade que “otro factor importante es la limpieza de la jaula del animal enfermo”. La OMS incluye en la lista de conductas que pueden dar lugar a que un animal contagie a un humano el “contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados”.

En cuanto a la posibilidad de que las personas contagien a los animales, el catedrático del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joaquim Segalés, ha declarado a Infosalus/Europa Press: "La transmisión se da especialmente entre las personas, y esta ya es difícil de por sí porque se necesita un contacto directo, casi íntimo, para la transmisión eficaz. La relación que tenga con los animales puede ser muy cercana pero es difícil que esta se produzca

¿Qué medidas han tomado las autoridades sanitarias?

La posibilidad de que las mascotas sean un vector de transmisión del brote que actualmente afecta a Europa ha llevado a organismos internacionales de salud a pedir que las personas que desarrollen la enfermedad se aislen no solo de otras personas sino también de cualquier animal doméstico. El protocolo del Ministerio de Sanidad Español dice que una persona enferma debe “evitar el contacto con animales silvestres o domésticos, por lo cual las mascotas deben ser excluidas del entorno del/la paciente” (pág. 8). En términos idénticos se expresan las autoridades europeas en el protocolo del ECDC (pág. 1). Y la agencia de prevención de enfermedades de EE.UU. subraya: “Los veterinarios deben considerar a todos los mamíferos como susceptibles de contraer la viruela del mono y estar alerta sobre cómo la enfermedad se transmite entre animales”.

El documento del ECDC explica sus temores sobre los animales en Europa en el párrafo que titula “riesgo de desbordamiento”. Dice que los roedores, en particular la familia de las ardillas, son posibles portadores de la enfermedad. Luego añade que si se produjera este “desbordamiento” de los humanos a los animales, este hecho “podría potencialmente llevar al virus a establecerse en la vida salvaje europea, lo que haría que la enfermedad se convirtiera en una zoonosis endémica” (pág. 8).

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria español explica que una zoonosis es una enfermedad “que se transmite de los animales al hombre”. La zoonosis endémica sería aquella que, según el término que utiliza la RAE, “reina habitualmente” en un territorio de manera estable.

¿Habrá sacrificio preventivo de mascotas?

No. El documento del ECDC dice: “Los roedores domésticos [expuestos a la enfermedad] deberían ser aislados en instalaciones vigiladas” donde deberían someterse a pruebas en condiciones de bienestar para ellas. Luego añade “La eutanasia sólo debería ser un último recurso reservado para situaciones en las que la realización de pruebas y el aislamiento no fueran posibles” (pág 9).

Estas instrucciones afectan exclusivamente a los roedores domésticos. Respecto al resto de las mascotas dice: “Otros mamíferos domésticos [enfermos] podrán estar aislados en los hogares si las condiciones de bienestar lo permiten”. Más tarde define estas condiciones señalando que haya un espacio exterior aislado para los perros, consultas con el veterinario, aislamiento de las visitas y evitar que salgan del domicilio.