Enlaces accesibilidad

Conducir con chanclas o sin camiseta: no es una infracción pero te pueden multar por hacerlo

Por
Conducir con chanclas o sin camiseta puede resultar en una multa. Imagen de una persona sacando las chanclas por la ventana del coche, con el sello VerificaRTVE
Conducir con chanclas o sin camiseta puede resultar en una multa
2 min.

Como cada año, con la llegada del verano surgen dudas sobre si conducir con chanclas o sin camiseta es una conducta sancionable por parte de las autoridades. La conducción con este calzado no está tipificada específicamente como una infracción pero sí te pueden multar por hacerlo si un agente de la autoridad considera que restringe tu libertad de movimiento. Te lo explicamos.

La Dirección General de Tráfico (DGT) explica en este mensaje de Facebook que “conducir con chanclas o sin camiseta no es en sí una infracción” pero avisa de que “puede llegar a ser sancionable”. La Guardia Civil lo corrobora en Twitter: “no está específicamente prohibido conducir con chanclas, pero puedes ser sancionado por no ser capaz de mantener la libertad de movimientos”.

El Reglamento General de Circulación no especifica qué calzado se puede llevar durante la conducción, por lo que la DGT admite que “no es sancionable en sí misma la conducción con un tipo de calzado concreto (chanclas, por ejemplo)”. Sin embargo, sí puede ser sancionable con una multa de hasta 80 euros “si un agente de la autoridad entiende que dicho calzado afecta a la seguridad en la conducción”, como por ejemplo que no tenga buena movilidad en los pedales.

El Reglamento de Circulación establece en su artículo 18.1 que el conductor está obligado a “mantener su propia libertad de movimientos”. Este precepto del Reglamento es el que puede invocar un agente de la autoridad para sancionar la conducción con chanclas o sin camiseta.

El presidente de la Automovilistas Europeos Asociados (AEA) señala que conducir con chanclas o sin camiseta, entre otros, “no está expresamente prohibido” pero apela al sentido común porque: “la conducción es una actividad arriesgada que requiere de nuestra máxima atención”. Según explica, el Reglamento de Tráfico es una “ley cajón de sastre”, ya que no es posible prohibir todos los peligros que existen en la carretera de manera explícita porque “no hay papel suficiente” para plasmar todos y cada uno de ellos.