Dos libros repasan los lugares más terroríficos del cine, los cómics y los videojuegos
- Enrique Agudo publica Los lugares del terror y Las mil caras del miedo
- "Recomiendo leerlos a la luz de las velas", asegura
Casas encantadas, terroríficos campamentos de verano, cementerios indios, castillos transilvanos, pantanos… Esos lugares oscuros y siniestros donde transcurren las películas de miedo nos aterrorizan pero también nos resultan irresistibles. El escritor y experto en el tema, Enrique Agudo Ramírez nos invita a que revisitemos los más famosos de la historia del cine (y los cómics y videojuegos) en dos libros: Los lugares del terror y Las mil caras del miedo (Red Book Ediciones). Una visita tan terrorífica como divertida.
“La idea –nos confiesa Enrique Agudo-, me vino porque siempre me han apasionado los sitios terroríficos del cine de terror, los museos de cera, las casas encantadas... Así que pensé que podía ser interesante escribir un libro sobre los lugares terroríficos del género, pero tratándolos desde diferentes ángulos de la cultura pop, como el cine, las series, los libros, los cómics y los videojuegos”.
“Después, cuando me puse a trabajar con la documentación y los títulos, decidí que lo mejor sería centrarme en el atractivo artístico de cada obra, para que no fuese un libro que solo hablase sobre las mejores localizaciones del terror. Y luego también pensé que sería una buena idea actualizar los lugares comunes del género para las nuevas generaciones; en el libro se visitan cementerios o castillos, pero también escape rooms, campamentos, otras dimensiones… Es un libro dirigido a todos los públicos, pero con guiños y recomendaciones para que pueda atraer a los fans más veteranos”.
Este recién publicado Las mil caras del miedo es la continuación de Los lugares del terror, que salió en noviembre pasado. “Aunque se pueden seguir de forma independiente, es recomendable leer los dos –afirma Enrique-, porque el primero trata sobre las ciudades y su periferia, y el segundo comienza en las zonas rurales y acaba en los polos”.
Dos libros que también destacan por su sentido del humor y con los que Enrique ya se ha ganado muchos amigos, aunque algunos le hayan durado poco: “En cuanto al feedback con los lectores… muchos de los que me aseguraron que habían comprado el libro han desaparecido en extrañas circunstancias; unos estaban a punto de coger un tren con parada en Busán, otros iban a repetir el nombre de Candyman cinco veces delante de un espejo. También he recibido algunas postales ensangrentadas del campamento Crystal Lake muy auténticas”.
“Recomiendo leerlo a la luz de las velas”
Preguntamos a Enrique por qué nos gusta tanto pasar miedo: “El miedo en el arte nos pone un espejo delante de nuestro subconsciente. A través de ese reflejo sentimos cosas que normalmente no vivimos en la “realidad”, y creo que a cada persona le sirve de una manera distinta: puede que te ayude a enfrentarte a tus propios temores, puede que solo sea un pasatiempo excitante, quizá pienses que lo sobrenatural existe, o simplemente te atraiga lo desconocido; incluso algún crítico demente ha llegado a afirmar que el miedo y el cine han regalado algunas grandes obras al séptimo arte”.
“No sé si los lectores pasarán miedo leyéndolo –añade-, pero es un libro con muchas fotos impactantes y atractivas. Recomiendo leerlo a la luz de las velas, y si se hace dentro de un cementerio abandonado o en la casa de los suegros, pues mucho más terrorífico”.
Los cinco lugares más inquietantes del cine
Proponemos a Enrique que nos haga un recorrido por los cinco lugares que considera más inquietantes del cine: “Mi visita guiada empezaría en el mítico edificio Dakota de La semilla del diablo, allí nos tomaríamos unos cócteles con los vecinos y celebraríamos una fiestecilla nocturna para embarazadas”.
“Después viajaríamos hasta la casa más terrorífica de todas, la de El exorcista en Washington, un lugar poco recomendable para curas y jóvenes obsesionados con el acné”.
“Abandonaríamos con pesar a la dicharachera Regan para visitar la apacible localidad de Derry, donde junto a una panda de chicos inadaptados lucharíamos contra el payaso Pennywise, al que su amigo Ronald McDonald prefiere llamar It”.
“Para descansar de tanta alcantarilla y luces mortíferas, nos tomaríamos unas vacaciones en la granja de La matanza de Texas; los Sawyer son gente encantadora, y la fama que tienen de ser una familia de caníbales degenerados es más que merecida”.
“Por último –concluye-, nada como una solitaria base científica en la Antártida para animar La cosa. Es mi sitio favorito para para jugar al “Quién es quién”; los que pierden acaban muriendo de las formas más horribles e inimaginables”.
Unos anfitriones muy famosos
El libro de Enrique Agudo también destaca por su sentido del humor (negro, por supuesto), como demuestra el que haya recuperado a los anfitriones de los viejos cómics de terror de EC, para muchos los mejores de la historia del género.
“La vieja bruja, el guardián de la cámara y el guardián de la cripta son los tres viejos presentadores de los cómics de EC –afirma Enrique-, aquellos tebeos que tantas alegrías y escalofríos nos han proporcionado. Estaban en paro, y les ofrecí un contrato como fijos discontinuos. Me limpian la casa a diario, salen a hacer la compra…, y en los libros recomiendan su muerte favorita de cada obra seleccionada; es un apartado que ha gustado mucho entre los lectores (entre los que aún quedan vivos, claro)”.
El libro recoge numerosas anécdotas
En el libro también encontraréis anécdotas muy curiosas de los rodajes más famosos de la historia. Pedimos a Enrique que nos avance un par de ellas: “Ahí van: Tras varias entregas de Viernes 13, varias asociaciones conservadoras protestaron por la permisividad que la MPAA -el sistema de calificación por edades en Estados Unidos- tenía con respecto a la violencia que había en estas películas. Las presiones obligaron a que los productores de la saga rebajaran los litros de sangre y el gore a partir de la sexta parte de las correrías de Jason, aunque no se nota mucho, la verdad”.
“Otra anécdota que menciono en el libro es que pocos saben que Gunnar Hansen no llegó a tiempo al casting de La matanza de Texas para interpretar al personaje de “cara de cuero” (Leatherface). Afortunadamente para él, dos semanas después el primer elegido estaba encerrado en un motel totalmente borracho. Después, el director Tobe Hooper no dudó en darle el papel a Hansen en cuanto le vio, y el motivo fue porque el actor apenas cabía por la puerta”.
Los nuevos escenarios del terror
La sociedad y el cine avanzan a gran velocidad y los monstruos y lugares clásicos ya casi no nos asustan. Por eso preguntamos a Enrique cuáles serían esos nuevos lugares del terror que nos ha descubierto el género en estos últimos años: “Gracias a Belcebú -y mediante unos cuantos sacrificios humanos- el cine de terror se regenera cada cierto tiempo, y los lugares comunes del miedo se han actualizado gracias a películas como El proyecto de la Bruja de Blair, Destino Final, The Ring o Escape Room. Mis escenarios favoritos de los últimos años serían el tren bala de Tren a Busan, y la casa encantada bajo un lago de La casa de las profundidades”.
A pesar de esos avances hay monstruos, como los zombis o los vampiros, que siempre nos acompañarán. “La mayoría de los grandes mitos del terror tienen origen en alguna tradición, leyenda o superstición; esos miedos permanecerán ahí, de un modo u otro; creo que mientras existan los circos habrá niños que temerán a los payasos” –asegura Enrique-.
“En la medida que surjan nuevos miedos que sean capaces de sugestionar a las nuevas generaciones, nacerán nuevos mitos. Ocurre que los jóvenes de ahora apenas se mueven por el cine, la literatura…, y por lo tanto, esos terrores procederán de conceptos -véase el Metaverso- que quizá a nosotros no nos impacten nada o nos parezcan absurdos. Por poner un ejemplo de nuevos mitos, ahí están los creepypastas -leyendas urbanas modernas extendidas por las redes sociales- y seres como Slender Man”.
Los lugares reales en los que se inspiran las películas de terror
Otra cosa curiosa es que muchas de estas películas de terror se inspiran en casas reales, como cierta mansión de Amityville. Preguntamos a Enrique si ha visitado alguno de esos escenarios: “Aunque no he estado en ninguna localización de película de terror, sí que me ha gustado ir a sitios abandonados que dan mal rollo. Durante la adolescencia rodé un corto en una piscina pública abandonada que producía mucha impresión; también he tenido familiares que han vivido en casas un poco bastante siniestras, y hace unos años estuve en un castillo encantado en Irlanda donde habitaban varios fantasmas, aunque todos ellos bastante tímidos, al parecer”.
“En todo caso –añade-, los lugares que realmente me espantan son los servicios públicos que hay en las estaciones de trenes o autobuses. En esos sitios no entraría a orinar ni Michael Myers”.
En cuanto a sus proyectos Enrique nos comenta: “Como actualmente no estoy en busca y captura, suelo asomar la patita en Facebook, donde publico todo tipo de estupideces. Tengo varios proyectos en marcha, entre ellos una novela casi terminada y el guion de un cómic. Luego haré como el personaje de Kurt Russell al final de La cosa: me sentaré, beberé un trago de whisky y esperaré, a ver qué pasa”.