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Cómo dormir con el aire acondicionado sin que perjudique a tu salud

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Imagen de mujer intentando refrescarse en una nevera mientras duerme sello Verifica
Intentar dormir en plena ola de calor es difícil. El aire acondicionado es un buen remedio si lo usamos bien

Las olas de calor alteran gravemente el sueño de muchas personas. Aquellos que dispongan de aire acondicionado en su casa pueden decidir utilizarlo durante la noche, una práctica que genera dudas en Internet. Hemos analizado los puntos de vista técnicos y médicos sobre esta cuestión y te explicamos por qué mantenerlo encendido durante el sueño no es malo en sí. Solo tiene perjuicios para la salud si se usa inadecuadamente.

¿Es bueno poner el aire acondicionado toda la noche?

El cuerpo no está a la misma temperatura durante todo el ciclo diario. Según explican A. Martínez-Nicolás y A. Blázquez-Manzanera, biólogos de la Universidad de Murcia, nuestra temperatura sube progresivamente durante el día hasta llegar la hora de dormir. En ese momento la piel empieza a desprenderse de calor interno y la temperatura corporal baja “para alcanzar el mínimo a las 06:00 h aproximadamente”.

En respuesta a las necesidades de nuestro cuerpo, el aire acondicionado nocturno no debería permanecer a la misma temperatura sino que debería empezar más fresco y terminar con menos intensidad. La OCU explica en sus consejos sobre el uso del aire acondicionado que algunos aparatos tienen una función especial llamada “sleep” que “suaviza tanto la temperatura como la intensidad de la salida del aire mientras dormimos, llegando en algunos casos a apagar progresivamente el equipo”.

¿Es malo recibir el chorro de aire directamente sobre el cuerpo?

Sí. Hacer que el aire acondicionado proyecte directamente el chorro frío sobre la piel es un error tanto de día como de noche. José Santos, Secretario General del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, lo explica en esta entrevista para Radio 5 (min -4:50): “Hay que intentar evitar que el chorro dé directamente en zonas en las que no tengamos ropa. El frío retrae los músculos. Como en verano solemos estar con una camiseta o una camisa de tirantes, dejamos al aire la espalda o el cuello [...] y eso puede dar lugar a contracturas mantenidas o tortícolis”.

¿Es la humedad tan importante como la temperatura?

Sí. Nuestra sensación de calor o frío está condicionada por la humedad en el ambiente. El Ministerio de Sanidad explica en su Guía técnica para la prevención de la legionelosis en instalaciones cómo se relacionan humedad y temperatura. Presenta una tabla donde se ve cómo a 35 grados de temperatura constante nuestro cuerpo puede llegar a percibir que está a 30ºC si el aire es completamente seco o que está por encima de 60ºC si la humedad es extrema.

Escala de sensación térmica según la humedad a 35 grados constantes

Tabla del Ministerio de Sanidad donde se relaciona humedad con sensación térmica a una temperatura constante de 35ºC Ministerio de Sanidad

La guía añade que “los ambientes muy secos o muy húmedos son, en general, más adecuados para el desarrollo de la contaminación biológica”. El aire acondicionado tiende a resecar la humedad ambiental, como nos recuerda la guía de salud y alimentación de la Universidad de Navarra. Según el Ministerio de Sanidad: “Bajos niveles de humedad incrementan la evaporación de las mucosas de las fosas nasales y del sistema respiratorio y causan sequedad en la piel y en el pelo”. La guía concluye: “es deseable controlar la humedad relativa de los ambientes acondicionados y mantener niveles entre el 30% y el 60%”. Para ello se pueden usar los controles de humedad del propio aparato de aire acondicionado o un humidificador.

¿Estamos más expuestos a enfermedades respiratorias si dormimos con aire acondicionado?

La probabilidad de contraer una enfermedad respiratoria no se relaciona con la noche o el día sino con el estado del aparato que enfría el aire. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda en una nota que: “Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo, gérmenes u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias”. Esta institución advierte que “hasta un 20% de los cuadros catarrales, laringitis, faringitis o procesos bronquíticos se producen en verano a causa del uso inadecuado del aire acondicionado.

”Para evitar problemas respiratorios, la SEPAR recomienda no olvidar que “la temperatura más adecuada son los 22-24 grados, uno o dos grados más alta por la noche, y mantener una humedad del aire entre un 35% y 60%”, pero añade que lo peor son “los gérmenes que se acumulan en los filtros de aire acondicionado”. Contra este riesgo se puede actuar revisando y limpiando ”los filtros del aire acondicionado de forma periódica, pero especialmente antes del verano”.

Los neumólogos de la SEPAR recuerdan que los catarros debidos al mal uso del aire acondicionado “no suelen causar fiebre” sino estornudos y congestión nasal. Añaden que “como norma general, para estos procesos nasales o faríngeos no se deben tomar antibióticos, puesto que se trata habitualmente de afecciones de origen vírico”. Finalmente piden especial precaución a las personas con enfermedades respiratorias crónicas.

¿Es peor el remedio que la enfermedad?

No tiene por qué serlo. Para aquellos que disponen de una instalación en su casa y pueden elegir dormir con o sin aire conviene no olvidar que también se paga un precio por dormir mal durante las noches de calor excesivo. A los síntomas asociados a nuestra propia experiencia podemos añadir un estudio publicado por la Universidad de Harward en EE.UU. que, tras analizar el comportamiento y las capacidades de un grupo de jóvenes durante una ola de calor, concluyó que aquellos que residían en casas sin aire acondicionado “experimentaron descensos significativos en las pruebas de rendimiento cognitivo”. En dos de las pruebas la diferencia con el grupo que vivía en casas con aire acondicionado era superior al 13%.

En resumen: Dormir con el aire acondicionado puesto por la noche no es malo en sí mismo siempre que la temperatura no baje demasiado, el chorro de aire no nos dé directamente, la humedad esté entre el 30% y el 60% y el aparato reciba el mantenimiento adecuado para evitar infecciones.