El viaje de Yana, cuando otra forma de acoger refugiados es posible: "Pudimos elegir país"
- “Había un pabellón donde podíamos elegir país. Parece un chiste, pero era así. Estaban Alemania, Estados Unidos y España”
- Según CEAR, en 2021 buscaron refugio en España 65.404 personas
Con 21 años, Yana salió por primera vez de Ucrania. Escapó de Járkov a mediados de abril, embarazada de tres meses y con su hija Natalia de dos años. Tardó dos meses, desde que comenzó la guerra, en dar el paso para salir de su país: “En mi ciudad eran continuos los bombardeos y las sirenas. La gente se había vuelto loca allí, sin dinero y sin trabajo no podíamos mantenernos, pedíamos ayuda en todos los lugares posibles”, cuenta a RNE. Yana sabía que su parto iba a realizarse por cesárea y se asustó cuando escuchó que las mujeres de su ciudad estaban dando a luz en los sótanos de los hospitales.
Con un nudo en la garganta, el 18 de abril Yana y Natalia subieron al tren que las llevaría a Leópolis: “Al llegar nos dieron de comer y nos ofrecieron descanso. Había mucha gente, conocí a otra mujer que viajaba con sus tres hijos"
Desde Leópolis, Yana y su hija continuaron su camino hasta la frontera con Polonia en un autobús gratuito. Allí les ofrecieron comida y juegos para los niños, pero siguieron avanzando hasta un pueblo muy cerca de Varsovia. “Había un pabellón donde podíamos elegir país. Parece un chiste, pero era así. Estaban Alemania, Estados Unidos y España”, explica Yana. Ella tenía pensado ir a Alemania porque tenía amigos en el país, pero le dijeron que estaba muy lleno y, al estar embarazada, necesitaba una atención especial que no podían darle. No sabía absolutamente nada de España, pero la convencieron. Viajó en avión. Era la primera vez que volaba.
La solicitud de asilo a España
En 2021, cerca de 60.000 personas se jugaron la vida intentando llegar a España. La mayoría lo hicieron por peligrosas rutas a través del Mediterráneo o el Atlántico hasta Canarias. Muchas son mujeres que salen de su país huyendo de la violencia de género, de la mutilación genital, por pertenecer al colectivo LGTBI+ o huyendo de la guerra. “Además de dejar su país por correr un riesgo que atenta contra su vida, se enfrentan a un trayecto peligroso”, aclara Ana Alcudia, responsable de la ONG Rescate.
El viaje migratorio es un proceso lleno de agresiones y violencia, que se suma a la que les impulsó a salir de su país de origen. “A veces buscan un acompañante masculino, que puede ser una persona que abusa de ellas, para que les proteja de recibir más abusos de otros hombres que se encuentran en el camino”, asegura Alcudia.
Según el último informe de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), en 2021 buscaron refugio en España 65.404 personas. Las peticiones de asilo bajaron un 26% en comparación con las registradas el año anterior. El obstáculo para entrar en el territorio fue uno de los motivos. A ciudadanos de países como Siria, Palestina o Yemen se les exigen visados de tránsito y tienen un acceso muy limitado o nulo a vías de entrada legales y seguras. Otra de las trabas es la dificultad para acceder al procedimiento de asilo en España.
Pedir cita previa para hacer la primera entrevista se convierte en misión imposible y puede retrasar el proceso entre seis y nueve meses. “Todo este tiempo quedan en una situación irregular porque no disponen de ningún tipo de documentación. Están invisibilizadas en el sistema”, apunta Israel Pedroza, responsable de sensibilización de la ONG Rescate. Durante todo ese tiempo de espera, no tienen permiso de trabajo ni acceso a la tarjeta sanitaria o al padrón.
Las trabas para acceder a una vivienda
Yana vive ahora en una residencia de la ONG Rescate en España, una organización especializada en asilo por motivos de género u orientación sexual. Ahora se encuentra más tranquila. “Ya no estoy preocupada por dar a luz, aquí va a ir todo bien, no va a ser en un sótano”.
El siguiente obstáculo para los solicitantes de protección en España es el acceso a la vivienda. “Es prácticamente imposible si eres una persona racializada conseguir un alquiler, aunque sea en una habitación”, subraya Israel Pedroza. No existe sensibilización entre los arrendatarios a la hora de alquilar una vivienda a una familia que les presenta la “hoja blanca”, el resguardo que reciben las personas que han solicitado asilo. “Si eres una familia monomarental con varios hijos a tu cargo, con todos los requisitos que se están pidiendo en el mercado, se complica bastante”, relata Ana Alcudia.
Otra forma de actuar es posible
Las organizaciones que trabajan con personas refugiadas coinciden en que se ha de ofrecer un trato igualitario a todas las personas que lo necesiten a la hora de acceder a la protección, independientemente de su origen o procedencia. “La reflexión con la que nos podemos quedar con todo lo que ha sucedido este año, con la oleada de solidaridad hacia las personas ucranianas, es ser un poco más reflexivos con las otras nacionalidades, buscar la manera de igualar las mismas condiciones de todas las personas que llegan a España”, reclama Israel Pedroza.
Sin embargo, quienes llegan huyendo de otras guerras se enfrentan a meses de espera para poder solicitar protección internacional. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado considera que otra forma de actuar es posible, que se ha visto con la evacuación de las personas de Afganistán o la activación de la Directiva de Protección Temporal para las personas que huyen de Ucrania. Piden mantener y ampliar los centros de recepción y acogida montados en cuatro ciudades españolas, como una ventanilla única de acceso al asilo.
Yana jamás había pensado que algo así pudiera sucederle, siempre había querido viajar a otro país, pero no como refugiada. Su marido continúa en Ucrania. No puede ir al servicio militar por un tema médico y ella desea volver a su país cuanto antes, pero reconoce que puede ser dificil. “Si las cosas siguen así tendré que continuar en España”. "Me faltan palabras para describir lo buena que es la gente en España, abierta y bondadosa, aunque hace mucho calor", sostiene entre risas.
Hay mucha sintonía entre Yana y Masha, la traductora que nos ayuda a comunicarnos. Hablan en ruso: “No entendemos esta situación, porque es una cuestión de hermanos contra hermanos”, comentan entre ellas.
La ONG Rescate atiende a refugiados procedentes de Siria, mujeres de África subsahariana, de Latinoamérica o Afganistán. "Básicamente las historias podrían ser las mismas, solo que con otro color y otro contexto, pero equiparables", afirma Ana Alcudia. "Lo básico, lo que les iguala, es el riesgo a perder sus vidas”, añade Israel.