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Elecciones legislativas en Francia

Cohabitación, pactos o mayoría: Macron se juega la gobernabilidad de Francia en el duelo con Mélenchon

  • Este domingo se celebra la segunda votación para conformar la Asamblea Nacional en Francia
  • La alianza de izquierdas liderada por Mélenchon podría impedir al presidente de la República revalidar la mayoría parlamentaria

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Macron se juega la mayoría en la Asamblea Nacional en la segunda vuelta de las legislativas

Los franceses están llamados a las urnas este domingo para la segunda vuelta de unas elecciones legislativas. El equilibrio de fuerzas en la Cámara marcará el nivel de dificultad del mandato de Emmanuel Macron, un líder acostumbrado a remar en solitario que podría verse obligado a pactar con las distintos partidos para sacar adelante unas políticas que se han ido topando con multitud de obstáculos desde su llegada al Elíseo en 2017.

Las protestas sociales, la pandemia o la guerra en Ucrania trastocaron sus planes en la primera legislatura; esta vez, es el despunte de una alianza de izquierdas recién creada lo que podría apartarle de sus objetivos. Si bien en la segunda ronda de las presidenciales fue la derecha de Marine Le Pen la que optaba a arrebatarle el puesto, en esta ocasión es la agrupación de izquierdas NUPES, liderada por Jean Luc Mélenchon, la que amenaza con complicar al presidente de la República la revalidación de una mayoría absoluta (289 diputados) que, sin lugar a dudas, facilitaría mucho su mandato.

Así, se abren ante Macron tres posibilidades: obtener esos 289 escaños que persigue, quedarse con una mayoría relativa que le obligue a negociar con sus adversarios políticos o, en el peor de los casos, ser superado por la formación de Mélenchon, que busca convertirse en primer ministro.

Un quinquenio complicado, con o sin mayoría

“Hace falta valorar el resultado circunscripción por circunscripción para saber si Macron va a alzarse o no con la mayoría absoluta, pero incluso aunque la obtuviera, a priori, tampoco partirá de una situación tan cómoda como la que tenía en 2017”, explica a RTVE.es Aurélia Troupel, politóloga y profesora en la Universidad de Montpellier. "Y, por supuesto, si solo obtiene una mayoría relativa, tendrá que contar con algunos socios para compensar esa mayoría perdida".

Esa pérdida de confort del presidente se refleja en la opinión de la sociedad francesa. Según una consulta realizada por Ipsos, en las elecciones legislativas de 2017, el 58% de los franceses estaba “satisfecho” con la acción de Emmanuel Macron desde su elección como presidente”. Ahora, cinco años después, en respuesta a esa misma cuestión, el porcentaje se reduce al 39%. Además, más de la mitad de los ciudadanos piensa que con Macron como presidente, la situación en Francia se deteriorará en los próximos años. Solo el 34% cree que mejorará y el 32% opina que no ocurrirá ni una cosa, ni la otra.

“Probablemente nos movamos entre la mayoría absoluta y la mayoría relativa, aunque, de ser absoluta, casi con toda seguridad no será muy sólida”, expone Alfonso López de la Osa, decano de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Nebrija. En cualquier caso, explica, la Asamblea va a ser un lugar de diálogo y de debate. “Va a representar el origen del poder institucional y legislativo, donde se van a tener que sentar a negociar”, expone López de la Osa. Macron, dice, ha estado poco atento al resto de fuerzas políticas durante su primer mandato, pero ahora "probablemente le va a tocar hablar, dialogar, aproximarse a otros partidos y sentarse a negociar con ellos".

"El escenario que veo más probable es que el partido de Macron sea el que tenga más escaños, pero sin mayoría absoluta, porque me da la impresión de que han perdido bastante impulso y las proyecciones, aunque haya que tomarlas con pinzas, están de acuerdo", argumenta Jaime Coulbois, politólogo del Instituto de Estudios Políticos de Burdeos.

El resultado de la izquierda y su objetivo de la cohabitación

La primera vuelta finalizó el pasado domingo con un empate técnico entre el partido de la Presidencia y la gran alianza de izquierdas en la que conviven fuerzas como La Francia Insumisa y el Partido Socialista. Ensemble!, de Macron, obtenía el 25,75% de los votos, NUPES, un 25,66%. Un Mélenchon pletórico no tardó en calificar la hazaña de “oportunidad extraordinariay durante la semana todavía mencionaba la posibilidad de forzar una cohabitación para la que, sin embargo, tendría que alzarse con una mayoría parlamentaria en un sistema que favorece a los partidos de centro como el de la presidencia.

“Puede haber varios escenarios, pero sería extraño que se diera una cohabitación”, expone a RTVE.es Alfonso López de la Osa, decano de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Nebrija. Las legislaturas en Francia, explica, se redujeron de siete a cinco años de duración, precisamente para evitar la falta de apoyo por parte de la Asamblea Nacional al presidente, porque la cohabitación supone "bloqueo e inmovilismo político".

El sistema, además, jugaría a favor de Ensemble! en las circunscripciones en las que se enfrente a NUPES. “El candidato centrista siempre tiene más posibilidad de ganar el escaño, porque es donde se encuentra con la mayor parte de los votantes”, argumenta Jaime Coulbois. “Si se enfrentara un candidato de extrema izquierda con uno de centroizquierda, este va a tener más posibilidades porque el votante de centroderecha o incluso de derecha puede encontrar más cercano al que sea más moderado”.

Ahora bien, lo que será difícil de prever, explica Coulbois, es lo que ocurrirá en aquellas circunscripciones en las que el duelo sea entre un candidato de Agrupación Nacional y uno de NUPES, sobre todo cuando el gobierno no ha dado una consigna clara. La primera ministra anunció tras su primer discurso poselectoral que ante esa clase de duelos se vería “caso por caso”.

El desencanto ciudadano y la sombra de la abstención

El resultado de las elecciones legislativas es difícil de prever en un sistema como el francés, donde los 577 escaños a repartir se corresponden a cada una de las circunscripciones en las que entran en juego distintos factores; pero lo es más aún cuando aparece en la ecuación un nivel de abstención récordEs cierto que las legislativas despiertan menos interés que las presidenciales, pero una cifra del 52% es cuanto menos llamativa.

Los que menos votaron fueron los jóvenes. Según datos de Ipsos, el 70% de los menores de 35 años no acudió a las urnas y el grupo que más se movilizó fue la franja de mayores de 70, donde la abstención se situó en el 30%, lo que también supone una cifra muy elevada para esa categoría. Los analistas coinciden en que afecta tanto el desencanto con los candidatos, como el descontento con el sistema.

"El elector puede tener la sensación de que aunque vote, de todas formas, no cambiará nada, lo que explica también el desinterés por la política. Además, al ser tan cercanas a la elección presidencial, se percibe que sirven más bien para otorgar una mayoría confortable al presidente de la República", expone Troupel. La politóloga destaca, además, el elevado número de candidatos presentes en la segunda vuelta que no ha logrado alcanzar el 12,5% del total de los inscritos necesario para clasificarse.

"En muchas circunscripciones no ha habido un segundo candidato que llegara a esa cifra y ha tenido que ser repescado para poder organizar una segunda vuelta. En algunas, ni siquiera el más votado ha alcanzado ese 12,5% y los dos han sido repescados", continúa Troupel. En un sistema que no limita el número de candidatos presentes en la segunda votación, nos encontramos con que ninguno cumple los requisitos, lo cual "plantea una cuestión sobre su legitimidad".

"Hay cierto hastío entre el electorado. Ante una crisis económica muy importante y una 'economía de guerra', como se ha referido a ella Macron, no basta con palabras bonitas para convencer a los votantes, tienes que pasar a la acción con medidas específicas y concretas", expone de la Osa. El presidente de la República se juega, además, el traslado de ese hartazgo a la calle a modo de protestas ciudadanas como las que ya enfrentó con los chalecos amarillos.

Los posibles pactos de un Macron enfrentado a los "extremos"

Todo indica que la que surgirá tras estas legislativas será una Asamblea muy distinta a la anterior. Los partidos tradicionales pierden fuerza y ganan peso otras formaciones a las que Macron no se cansa de tildar de "extremos". Además del despunte de NUPES, destaca la posición de Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, que si bien no entra en la competición por la mayoría, podría hacerse con un buen número de diputados y constituir el primer grupo propio de la ultraderecha desde 1986.

Para Troupel, esto, sumado a la presencia de la Francia Insumisa, puede contribuir a aumentar la crispación en el hemiciclo. "Lo que creo que hará más complicado es la transmisión de los mensajes, y podremos encontrar una violencia en los debates y los intercambios entre políticos que no vemos habitualmente en la Asamblea Nacional".

Haya o no crispación, ante uno de los escenarios más probables, el de la mayoría simple, podría ser clave, dice Coubois, la capacidad de supervivencia de Los Republicanos. "Han conseguido clasificarse en bastantes circunscripciones y si consiguen asegurar algunas de ellas, cabe la posibilidad de que sean ellos los que aporten el número suficiente para completar la mayoría".

Tras el batacazo en las presidenciales, Los Republicanos tenían poco que perder en estas legislativas. Finalmente, el arraigo local de una formación con un largo recorrido político ha hecho que arañen los votos suficientes como para colocar a varios de sus candidatos en la segunda ronda y las proyecciones auguran para ellos entre 50 y 80 diputados. "Se dice que uno de los motivos por los que Pécresse sacó tan pocos votos fue porque le costó mucho diferenciarse de lo que proponía Macron y, precisamente por eso, podrían ser potenciales socios y encontrarse en cuestiones como reforma de las pensiones, la liberalización de la economía o incluso en la política industrial", dice Coulbois.

En otros ámbitos, podría encontrar amparo en la alianza de izquierdas, como puede ser en temas medioambientales o cuestiones morales. "Macron tiene a veces como dos almas, y el más progresista defiende cuestiones como el aborto como derecho universal en las que se puede llevar bien con la izquierda. En otras, como la laicidad es más cercano a las posiciones de derecha", añade al respecto Coulbois.

De la Osa, por su parte, cree que "vamos a descubrir a otro Macron, mucho más conciliador, o al menos consciente de que, o inicia acciones conciliadoras, o probablemente no consiga sacar adelante las reformas que quiere".