Estabilizado el incendio de Sierra de la Culebra, en Zamora, el mayor registrado en España en este siglo
- Las llamas ya han arrasado con más de 30.000 hectáreas en toda la zona con un perímetro de 120,88 kilómetros
- El fuego se avivó por las altas temperaturas, la baja humedad y los vientos de hasta 70 kilómetros por hora
El incendio forestal de la reserva de la Sierra de la Culebra, en Zamora, que es ya el mayor registrado en España en el siglo XXI, se encuentra estabilizado y sin llama, según fuentes del operativo desplegado contra el fuego que se declaró el pasado miércoles y ha arrasado 30.800 hectáreas en un perímetro de 120,88 kilómetros.
Casi la mitad de la superficie afectada corresponde a zonas arboladas, tanto pinares de aprovechamiento micológico como castaños centenarios y bosques con atractivo turístico por ser refugio del lobo ibérico y otras especies de fauna, según las estimaciones hechas este domingo a última hora de la tarde, por lo que la Diputación de Zamora ha pedido la declaración de Zona afectada gravemente por una Emergencia de Protección Civil (antes zona catastrófica).
El fuego, que se declaró entre las 20:00 y las 21:00 horas del 15 de junio por los rayos de una tormenta seca, con varios focos de inicio simultáneo, se intensificó por las altas temperaturas, la baja humedad y los vientos de hasta 70 kilómetros por hora. La simultaneidad de incendios activos en la zona obligó a la Junta a declarar el Nivel 2 de gravedad a las 22:20 horas. El jueves 16 por la tarde, cuando habían transcurrido 24 horas, las llamas se habían llevado por delante casi 900 hectáreas.
Los fuertes vientos y el calor continuaron complicando los trabajos, y el viernes 17 se contabilizaban cerca de 7.000 hectáreas por la mañana y 10.800 por la tarde y ocho municipios fueron desalojados. El sábado 18 terminó con más de 25.000 hectáreas quemadas, el corte de la línea del AVE Orense-Zamora y otros once pueblos desalojados.
Sin embargo, el clima favorable por segunda noche consecutiva en la provincia ha ayudado en las labores de extinción y la evolución positiva ha permitido este lunes bajar su nivel de peligrosidad de dos a uno (en una escala de cero a tres).
Ante la mejora de la situación del incendio y por petición de la Junta de Castilla y León, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha comenzado la retirada progresiva de los efectivos desplegados desde el pasado jueves: 117 efectivos y 42 vehículos en un primer momento que el domingo se ampliaron a 376 militares, 129 vehículos terrestres, dos helicópteros, 29 autobombas y cinco nodrizas, según fuentes del operativo.
De los 493 profesionales de Infocal, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), la UME y las comunidades de Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Galicia, Extremadura y Madrid que han trabajado durante este lunes, una parte importante ha regresado a sus lugares de origen. Esta tarde, permanecen en el terreno 132 efectivos y 34 medios terrestres y aéreos, precisa la Junta.
Las llamas obligaron a evacuar a más de 1.250 personas de una veintena de localidades el miércoles. Fueron trasladadas a pabellones deportivos en los que pasaron la noche hasta que pasó todo el peligro. Además, durante las labores de extinción, un trabajador de un retén de maquinaria resultó herido con quemaduras en las manos.
Aunque no hay llama, el trabajo sigue para refrescar la zona y evitar reproducciones. En el operativo también participan efectivos del Ministerio de Medio Ambiente y las Comunidades Autónomas de Madrid, Cantabria y Galicia.
Las consecuencias: el mayor incendio forestal de este siglo
Antes de que se produjera este fuego en la Sierra de la Culebra, en Zamora, encabezaban el ranking de los mayores incendios forestales el de Minas de Ríotinto, en Huelva que en 2004 carbonizó 29.687 hectáreas, el de Cortes de Pallás, en Valencia, en 2012, con 28.879 hectáreas calcinadas y el de Navalacruz, en Ávila, que arrasó 22.037 hectáreas en 2021.
El fuego ha afectado principalmente a la Sierra de la Culebra, un enclave medioambiental que forma parte de la reserva de la biosfera Meseta Ibérica y que cuenta con la mayor concentración peninsular de lobos y grandes poblaciones de ciervos y corzos. También se extendió por el valle de la Tera el pasado sábado, obligando cortar dos carreteras nacionales y la línea del AVE Madrid-Galicia.
El incendio ha incidido de forma directa en el medio de vida de la zona. Además del turismo asociado al lobo y otras especies de su fauna, ha acabado con la riqueza micológica de los montes carbonizados y ha quemado importantes extensiones de castaño. También ha hecho que se pierdan un millar de colmenas en una zona apícola.
Desde el punto de vista medioambiental, el incendio constituye una catástrofe "con mayúsculas y en negrita", al destruir en cinco días un espacio singular para la flora y fauna que constituía una "encrucijada de biodiversidad", con plantas y animales de ambientes tanto mediterráneos como atlánticos, ha puesto de relieve el biólogo y empresario de turismo de avistamiento del lobo Javier Talegón.
El incendio ha llegado en una época de cría y reproducción de especies que agranda aún más las consecuencias desde el punto de vista de la biodiversidad. En el territorio carbonizado estaban asentadas ocho manadas de lobos, por lo que "muy probablemente" se hayan perdido las crías de tres o cuatro manadas, ha apuntado Talegón.
No menos importante es la pérdida de flora y, especialmente, de la riqueza micológica de un territorio en el que abundaban los boletus edulis y los boletus pinícola, que además constituían una importante fuente de ingresos económicos para la población local con el agravante de que el boletus pinícola es una especie que no sale hasta 50 o 60 años después de plantarse los pinares.
Los vecinos piden responsabilidades
La zona presenta un paisaje teñido de negro por la voracidad de las llamas, comienzan a pedirse responsabilidades por la gestión política de este desastre medioambiental, analizarse las consecuencias del incendio y plantear el futuro empezando por las primeras actuaciones de urgencia.
"Está todo arrasado, mires por donde mires está todo negro", ha descrito a Efe la vecina de Ferreras de Arriba Ana Ferreras, que además es portavoz de un grupo vecinal de los municipios afectados articulado a través de las redes sociales con el fin de demandar soluciones al desastre y, "lo primero, declararlo zona catastrófica".
"Contra una desgracia así es difícil luchar, pero si hubiese habido una política medioambiental en condiciones habrían sido bastante menos de las 30.000 hectáreas calcinadas", ha argumentado la portavoz del grupo "La Culebra no se calla".
El descontento vecinal con las labores de extinción se hizo ya visible este domingo en Villanueva de Valrojo, cuando un grupo de vecinos increpó y obstaculizó el paso de los coches oficiales de la comitiva de la Junta de Castilla y León que se habían desplazado al incendio.
El presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado un plan especial para la recuperación medioambiental y socieconómica de la zona, mientras que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha desplazado este lunes a técnicos para que comiencen la evaluación de daños de cara al establecimiento de ayudas.
Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio del Gobierno autonómico ha anunciado que, a través de la sociedad pública Somacyl, ha comenzado a trabajar y reconocer sobre el terreno la situación de las infraestructuras hidráulicas de abastecimiento de agua de las poblaciones afectadas por el incendio.