El gobierno de Israel acuerda disolver el Parlamento y convocar sus quintas elecciones en tres años
- El hasta ahora ministro de Exteriores y Canciller del país asume el cargo de primer ministro de manera interina
- El gobierno de coalición cumplió el pasado 13 de junio su primer aniversario encadenando una crisis tras otra
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, y el canciller y ministro de Exteriores, Yair Lapid, han acordado disolver el Parlamento y convocar elecciones la semana que viene, las quintas en tres años, según ha anunciado este lunes Bennett.
La próxima semana la Kneset llevará a cabo una votación en el Parlamento, después de la cual Lapid asumirá el cargo de primer ministro interino y se convocarán los comicios.
Este adelanto electoral se produce tan solo un año después de que Lapid y Bennet formasen en junio de 2021 una inusual coalición de Gobierno que puso fin a la era de Benjamín Netanyahu.
Con una mayoría parlamentaria ínfima y dividida en importantes cuestiones políticas como el conflicto palestino-israelí y asuntos de estado y religión, la alianza de ocho facciones comenzó la fractura cuando un puñado de diputados abandonó la coalición.
"Quiero agradecer a mi socio Naftali Benet por el sentido de la responsabilidad que ha mostrado hoy, al poner al Estado por delante de sus intereses personales", ha afirmado Lapid, arquitecto del "gobierno del cambio" y líder del partido de centro Yesh Atid, el que más diputados tenía en la coalición.
En el pacto para gobernar, Lapid y Benet acordaron una jefatura del gobierno rotatoria que el primero habría asumido en agosto de 2023. "Pensamos que podríamos aparcar los desencuentros al lado por el bien del país (...) con gente de diferentes contextos y con diferentes perspectivas", ha asegurado el ultraderechista Benet, quien ha prometido que todos los socios de gobierno han hecho "todo lo posible" para mantenerse a flote.
Los comicios podrían celebrarse en octubre
Según la prensa israelí, Lapid, actual ministro de Exteriores, asumirá la jefatura transitoria del Ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno tras los comicios adelantados, previsiblemente en octubre.
El gobierno de coalición cumplió el pasado 13 de junio su primer aniversario encadenando una crisis tras otra, especialmente desde abril, cuando perdió su mayoría parlamentaria tras la deserción de Idit Silman, una diputada de Yamina, el partido de ultraderecha de Benet.
El partido árabe islamista Raam también congeló a finales de abril durante tres semanas su participación en el gobierno a raíz de los disturbios violentos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén durante el Ramadán, pero luego decidió reintegrarse a un Ejecutivo que lleva más de dos meses en la cuerda floja.
En las últimas semanas, se ha especulado mucho con la posibilidad de que otro diputado de Yamina, Nir Orbach, abandonara la coalición y se uniera a la oposición liderada por el partido Likud del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, quién ha celebrado la disolución.
"Después de un año de lucha decidida de la oposición en la Knéset y un gran sufrimiento del público en Israel, está claro para todos que el peor gobierno en la historia de Israel ha llegado a su fin", ha afirmado Netanyahu.
Según la prensa israelí, Orbach lleva semanas en contacto con Likud y estaba a punto de anunciar su abandono del gobierno, lo que habría forzado a Benet a la decisión de disolverlo, algo que habría pillado por sorpresa a otros diputados de Yamina, incluida su mano derecha Ayelet Shaked, ministra de Interior.
"Esta noche, lamentablemente, estamos cerrando un capítulo del gobierno del cambio, que ha hecho mucho por la sociedad israelí, su seguridad y resiliencia y seguirá trabajando por ella durante el período de transición", ha afirmado por su parte el ministro de Defensa, Benny Gantz, líder del partido de centroderecha Azul y Blanco y figura fuerte del Ejecutivo.