Sánchez y Aragonés se reunirán próximamente y la Generalitat avisa: "No se han descongelado las relaciones"
- El espionaje a líderes independentistas provocó el fin de la mesa de diálogo
- Bolaños y Villagrá han mantenido un encuentro de dos horas para acercar posturas y trabajar en "soluciones políticas"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunirán próximamente. Así lo han anunciado el ministro de la presidencia, Félix Bolaños, y la Consellera de la Presidència de la Generalitat de Cataluña, Laura Vilagrà, después de una reunión de más de dos horas en la sede del Ministerio, en un intento por encauzar las desgastadas relaciones tras el espionaje a los líderes independentistas por el software Pegasus.
Este encuentro buscaba restablecer los lazos entre ambos Gobiernos, aunque la Generalitat ha avisado de que "no se han descongelado las relaciones". Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, Vilagrá ha asegurado que para avanzar se necesitan "garantías antirrepresivas".
No obstante, Bolaños y Vilagrá han acordado que se celebrará una reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès "tan pronto como las agendas lo permitan".
Esta reunión era una de las exigencias del líder de ERC, que consideraba que para recuperar la confianza era necesaria una investigación interna y un "cara a cara" con Sánchez para aclarar las responsabilidades y "avanzar en esta relación con transparencia".
En un intento por relajar la tensión, Bolaños ha asegurado que con este encuentro se retoman "las relaciones políticas e institucionales" y el "horizonte del diálogo". Asimismo, ha anunciado que "hemos comenzado a trabajar en un marco para un acuerdo". Estas declaraciones han chocado con las de Villagrá, que ha asegurado que "no podemos hablar de normalización de las relaciones institucionales". "Siempre hemos dicho que cuando haya resultados convocaremos la mesa de diálogo, pero hasta que no haya garantías no habrá mesa", ha zanjado.
Aragonès pide "un marco de garantías"
La polémica por el caso Pegasus ha creado una brecha entre el Gobierno y ERC, uno de sus principales socios de investidura, hasta el punto de "restringir" sus relaciones políticas "a mínimos", "aparcar" la mesa de diálogo y presentar una denuncia.
Este miércoles, antes de la celebración de la reunión, Aragonès ha pedido "un marco de garantías" al Ejecutivo para que "la represión que ha habido hasta ahora no se repita", así como "garantías de no repetición de cara al futuro".
"Hace falta que se produzca un punto de inflexión ante la gestión que ha hecho el Estado del caso de espionaje porque hasta el momento las actuaciones han sido absolutamente insuficientes", ha subrayado.
Entre los espiados figuraba el presidente de la Generalitat, Aragonès, los expresidentes catalanes Quim Torra y Artur Mas y el entorno de Carles Puigdemont. También se han visto afectados Jon Iñarritu y Arnaldo Otegi de EH Bildu.
La distancia con ERC dificulta la legislatura
El caso Pegasus ha causado un terremoto político que ha dificultado la legislatura y ha provocado casi la ruptura total con ERC, aunque el partido independentista no ha llegado a materializar dicha decisión, los republicanos amenazaron directamente con "tumbar" toda la agenda legislativa. Lo demostraron durante la votación por el decreto anticrisis con su 'no' que consiguió salir adelante con los votos favorables de Bildu y PNV.
El supuesto espionaje llevó a constituir la Comisión de Control de gastos reservados, más conocida como la comisión de secretos oficiales, con la representación de partidos independentistas, en la que la directora del CNI, Paz Esteban, aportó las autorizaciones judiciales para espiar a una veintena de políticos independentistas, entre ellos Pere Aragonès. El Gobierno afirmó en ese momento que ni ordenó al CNI espiar al presidente de la Generalitat ni conocía que había sido espiado.