Rezos, fetos de plástico y un 'refugio provida': las clínicas abortivas denuncian que continúa el "acoso" a mujeres
- La ley que castiga la coacción entró en vigor hace dos meses, pero los llamados "rescatadores" siguen movilizándose
- Desde las clínicas hablan de un acoso "perverso" mientras que los grupos 'provida' niegan que se trate de un delito
En una esquina del distrito madrileño de Tetuán se ubica la clínica Dator, la primera acreditada en España para la interrupción voluntaria del embarazo. Su entrada, flanqueada por dos hileras de setos en la planta baja de un edificio, fácilmente pasaría desapercibida por cualquier viandante que rondara la zona porque en la fachada, oscura y discreta, únicamente figura un letrero con el nombre y el logo del centro sanitario. No hay alusiones a la especialidad ni carteles, más allá del que recuerda el uso obligatorio de mascarilla y el que indica que hay cámaras de videovigilancia. Puro contraste con el local que se encuentra justo en la esquina de enfrente y que acapara, intencionadamente, todas las miradas; un espacio que ha sido bautizado como 'refugio provida'.
El frontispicio de esta segunda nave, que está pintado de un llamativo rosa fucsia, lanza, ya desde lejos, algunos mensajes dirigidos a las embarazadas que puedan llegar hasta Dator. El que más se repite a lo largo y ancho de la fachada es este: "El aborto no es la única opción", aunque quizá el más punzante sea este otro que acompaña a la fotografía gigante de un bebé: ¿Te vas a perder mi sonrisa?
Se puede deducir sin esfuerzo cuál es la principal meta del "refugio": contener a las mujeres que lleguen al barrio con idea de parar su embarazo. Pero lo cierto es que el local funciona también como punto de encuentro y centro de operaciones para los grupos que se movilizan por las calles y frente a las clínicas abortivas. Esto último lo hacen de manera organizada y sin trabas, pese a la entrada en vigor, hace dos meses, de la ley que castiga el acoso a mujeres a las puertas de estos centros sanitarios.
La ley no ha frenado la movilización 'provida' frente a las clínicas
La Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) denuncia que la norma no está funcionando y que los grupos 'provida' siguen rondando clínicas de diferentes puntos del país. Hablan de un "acoso" que es frecuente en ciudades como Sevilla, Málaga, Albacete o Madrid y que es especialmente intenso en la clínica Dator por su implicación pionera e histórica en la defensa del aborto voluntario, que es tanto un derecho como una prestación sanitaria que forma parte de la cartera de Servicios de la Sanidad Pública.
Basta con acudir cualquier sábado por la mañana a los alrededores de ese centro madrileño para comprobar que la reforma legislativa no ha puesto fin a la presión que sufren las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. Los antiabortistas, que se llaman a sí mismos "rescatadores", se despliegan por la zona de manera estratégica y actúan por turnos; varios se quedan en la puerta del "refugio" y otros se sitúan a las puertas de la clínica, de manera que puedan abordar a las pacientes a la entrada o la salida.
La pasada semana, RTVE.es pudo observar cómo dos hombres y una mujer se colocaron a pocos metros de la puerta de Dator para ofrecer insistentemente unos folletos a quienes llegaban. En un momento, la mujer llegó incluso a perseguir calle arriba a una pareja que salió a toda prisa de la clínica para esquivar al grupo. "Estas situaciones son incómodas, sobre todo si ya tienes la decisión tomada", cuenta una pareja. "Si ya están ahí enfrente y dan la opción de que si alguien tiene dudas se pueda acercar, no entiendo por qué tienen que venir también hasta la puerta”, opina otra mujer a la salida de su cita médica.
“Estas situaciones son incómodas, sobre todo si ya tienes la decisión tomada“
Sonia Lamas, psicóloga, portavoz de ACAI y trabajadora de esa clínica madrileña, afirma que las fuerzas de seguridad actúan de distinta forma, en función de cómo interpreten la nueva ley. En los alrededores de DATOR, dice, llegaron a reunirse el primer sábado de abril, mayo y junio unas 80 personas a las que la Policía permitió continuar con su acción y con sus rezos. En cambio, ese mismo día, por la tarde, el grupo se dirigió en autocares a San Sebastián para desarrollar un acto similar frente al centro Askabide y la Ertzaintza lo impidió. "Según bajaron de los autocares no les dejaron desplegarse", subraya.
Desde la plataforma Derecho a Vivir, una de las que lleva a cabo más acciones contra el aborto, confirman que la ley está siendo ineficaz, tal y como estaba planteada, y se alegran de que así sea: “Esta nueva ley que se promulgó llena de retórica no está dando los frutos que el 'lobby' abortista y su patronal desearían porque realmente no hay manera de que se aplique sobre un rescatador o sobre un grupo orante, porque ninguno de ellos acosa ni hostiga ni maltrata ni coacciona”, recalca María Sánchez, jurista y portavoz de esa asociación ‘provida’.
José Antonio Bosch, abogado y asesor jurídico de ACAI, por el contrario, sostiene que sí hay acoso y pide mayor implicación institucional y policial para evitarlo. “Imagínate que yo me voy con 15 amigos los domingos a misa de doce a la catedral y me pongo en la puerta diciendo ‘No entréis, que está lleno de pederastas, no metáis a vuestros hijos ahí’. Tú, ¿cuántos domingos crees que voy a durar yo ahí? Muy poquitos, ¿verdad? O imagínate que yo me voy a un centro de transfusión de sangre con 15 amigos y digo ‘no entréis, que están contaminados, que eso es un pecado, no donéis sangre’. Los hechos son los mismos, estar en la puerta interpelando a gente tratando de que no hagan lo que la ley no prohíbe. ¿Qué es lo que cambia? La sensibilidad con la que se percibe", recalca.
Los grupos antiabortistas instan a salir a las calles “ahora más que nunca”
En el caso de Madrid, la versión que dan desde las clínicas y desde Derecho a Vivir sobre la actuación policial coincide; es habitual que los agentes acudan al lugar, cuando hay una llamada, pero únicamente toman datos a quienes rondan a las mujeres y los proponen para sanción. Nadie los frena: “Vienen, nos piden el DNI pero no nos pueden echar ni detener ni cesar nuestra actividad porque nadie puede dejar de deambular libremente por la calle”, agrega Sánchez.
“Nos piden el DNI pero no nos pueden echar ni detener ni cesar nuestra actividad“
Esa situación es la que, según Bosch, permite que los grupos que “acosan” estén “crecidos": "Continúan en más clínicas que antes con el acoso a las mujeres. La intervención policial digamos que es ambivalente, hay sitios donde entienden que tras la reforma sí tienen que intervenir porque no necesitan la denuncia de la víctima pero hay otros sitios que siguen diciendo 'bueno, al fin y al cabo están ahí delante, tampoco queda acreditado que estén coaccionando'. El resultado final es que las clínicas sigue siendo un centro de acoso de mujeres", subraya el abogado.
“Las clínicas siguen siendo un centro de acoso de mujeres“
Tal y como está planteada la ley, Bosch ve poco probable alejar a los ‘provida’ de las inmediaciones de las clínicas y cree que, además, se trata de un tipo penal que "difícilmente" va a ser castigable: "Es un delito contra la libertad de la mujer que está dentro del capítulo de las coacciones. En el juicio necesariamente tú tienes que acreditar que esa mujer se ha visto compelida o que se ha vulnerado su libertad, y esa mujer lo último que quiere es ir a un juzgado". Frente a esto, lo que proponen desde ACAI es que se establezca un perímetro de seguridad. "Por ejemplo, que a 50 metros de la clínica tú no puedas ni repartir publicidad ni dar información ni nada. Sería un elemento objetivo que sirve para que intervenga la fuerza pública, porque realmente nuestro interés no es que castiguen a nadie, nuestro interés es que no se produzcan esas vulneraciones", indica el asesor jurídico.
El estrés que provoca: "Me han hecho sentir como una asesina"
Eva Rodríguez, vicepresidenta de ACAI y directora médica de las clínicas Ginesur (Andalucía), explica en este sentido que el espacio físico es determinante para que haya o no concentraciones. Frente a la clínica en la que ella trabaja, en Sevilla, no se movilizan porque la acera es muy estrecha y no tienen sitio, pero, en cambio, a la Clínica Triana, de la misma ciudad, sí que van porque hay más amplitud. "En la clínica de Córdoba ahora se están poniendo solo dos personas pero son muy insistentes. Se ponen justo en la puerta de la clínica, de manera que las mujeres tienen que atravesarlas a ellas dos necesariamente para pasar. Después les dicen que no aborten, les intentan dar unos 'fetitos' de plástico y un folleto, y les dicen que las van a ayudar a tener el hijo (...) Las mujeres a veces entran bastante nerviosas después de lo que tienen que pasar", explica la doctora.
“Les dicen que no aborten, les intentan dar unos 'fetitos' de plástico y un folleto“
Una encuesta realizada en 2018 por esta asociación a mujeres que se habían visto afectadas por "acoso antielección" señala que al 73,33% le resultó algo molesto o muy molesto. Entre los testimonios literales que incluye el estudio hay algunos que revelan el estrés que añade a las mujeres la presencia de los antiabortistas en un momento que de por sí puede ser muy duro: “Me han hecho sentir como una asesina, me han dicho que iba a ir al infierno, que estaba matando a mi hijo (el niño venía mal), horrible, no sé si esto es legal”, expresó una mujer en aquel momento. "Me han sermoneado, me han enseñado fotos y me han dicho que aquí dentro mueren mujeres. He querido llorar y marcharme a casa. Entré en la clínica con un ataque de histeria que no se me pasó hasta que no hablé con el personal de la clínica", compartió otra encuestada.
La portavoz de Derecho a Vivir niega que la actitud de los 'provida' sea brusca o desagradable. Lo que preparan desde las organizaciones, dice, son actividades "informativas" y "de ayuda’. “Tenemos unos folletos con las diferentes alternativas para mujeres embarazadas. Se le intenta facilitar a la mujer como si fueses andando por el centro de Madrid y te invitan a una oferta en un restaurante, un menú del día, pero después tú libremente, eso no es ninguna coacción, puedes entrar a comer a ese restaurante el menú del día o no. Las mujeres libremente cogen el folleto o no. Además, en todo momento, con muchísimo respeto por ambas partes”, sostiene Sánchez, que afirma que desde su plataforma están “fomentando” salir a las calles “ahora más que nunca”.
Del reparto de folletos a las ecografías en ambulancia
Los folletos de los que habla Derecho a Vivir no solo se entregan a las mujeres de mano a mano. En la fachada del 'refugio provida' de Madrid, inaugurado el pasado 8M, también hay varios códigos QR impresos a gran escala que dirigen a una versión digital de ese documento que, como otros que se comparten en otras provincias, describe el aborto según la óptica religiosa de sus detractores. En sus páginas se alude, por ejemplo, a las "heridas" físicas y emocionales, a las "complicaciones" de la intervención o a las tasas de suicidio de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. También se incluyen testimonios de mujeres que sí decidieron continuar con la gestación y fotografías que buscan ilustrar la maternidad desde la concepción al nacimiento.
“Alguna mujer la han invitado a desayunar para romper el ayuno y que no se pueda someter a la intervención“
A las puertas de ese local y, por tanto, a muy pocos metros de DATOR también suele hacer parada cada sábado la 'Ambulancia Vida', un vehículo sanitario que, en palabras de sus promotores, está presente frente a las clínicas para "ofrecer una ecografía gratuita a las madres que van a abortar", proteger "a las mujeres en riesgo de aborto de toda la Comunidad de Madrid" y contribuir "a salvar vidas". Según detalla la portavoz de Derecho a Vivir, cuenta con la autorización de la Consejería de Sanidad y está conducida por médicos voluntarios que realizan esa actividad de forma altruista en su tiempo libre.
“Estamos frente a DATOR porque es el mayor abortorio de España, donde más muerte hay (...) Nos encantaría promoverlo por más ciudades. Ojalá algún día sea posible”, señala Sánchez, que explica que a las mujeres que suben, además de hacerles la ecografía, les ponen el sonido del latido fetal para que sepan que llevan dentro “un ser humano”.
Desde ACAI ven esta acción como parte del mismo acoso y aseguran, por lo que han conocido a través de algunas pacientes, que a algunas les indican “mal, a propósito” el número de semanas de gestación. "Incluso a alguna mujer la han invitado a desayunar, lo que implica romper el ayuno y que ese día no se pueda someter a la intervención. A mí, lo diga el Código Penal o no lo diga el Código Penal, esto me parece que es perverso", opina la psicóloga de DATOR, que también lamenta que estos grupos "confundan" y desinformen a las mujeres, muchas de ellas, dice, chicas jóvenes o en situación de vulnerabilidad.
Los grupos que están detrás y su forma de organizarse
Detrás de estas y otras acciones que se realizan en diferentes ciudades están, generalmente, diferentes grupos o asociaciones antiaborto que cuentan con extensas redes de apoyo. Una de las más activas es, precisamente, Derecho a Vivir, una plataforma "de participación ciudadana" que está promovida por Hazte Oír. De ellos depende, por ejemplo, el "refugio provida" mencionado, que, a su vez, ofrece a las mujeres recursos de otras plataformas como Fundación Madrina, Red Madre o Adevida. También son unos de los impulsores de la 'Ambulancia Vida', que tiene como líder de la iniciativa al psiquiatra Jesús Poveda —fundador de la Escuela de Rescatadores— y que, durante un tiempo, estuvo coordinada por Gádor Joya —pediatra y, actualmente, parlamentaria de Vox—, como ella misma explica en un vídeo promocional de la ambulancia publicado en YouTube.
Otra agrupación central es la que promueve la campaña '40 días por la Vida', una iniciativa católica dirigida a terminar con el aborto voluntario a nivel local mediante "la oración, el ayuno, la sensibilización de la comunidad y una vigilancia pacífica, diaria y constante frente a los abortorios". Sus voluntarios convocan una o dos veces al año cinco semanas de rezos que coinciden con los cuarenta días de la Cuaresma o los cuarenta días previos al día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. La iniciativa nació en Texas en 2004 para acabar con el aborto y se ha extendido a unas 1.000 ciudades de 64 países. En España, las campañas de oración comenzaron en 2016, en El Puerto de Santa María (Cádiz), y se han ido sumando a ellas otras ciudades como Barcelona, Córdoba, Madrid, Pamplona, Valladolid o Vitoria.
El mismo objetivo es el que mueve a la Asamblea de Asociaciones por la Vida, la Dignidad y la Libertad, integrada por 150 asociaciones que, junto con otras agrupaciones, han convocado para el próximo 26 de junio una manifestación contra la ley del aborto en la capital.
Junto a esas plataformas podrían mencionarse algunas más que evidencian que la red antiaborto es muy sólida en España y que continúa creciendo gracias, en parte, al empuje de las redes sociales. Los 'provida' las utilizan para organizar las acciones, recaudar fondos a través de donativos o conseguir nuevos voluntarios. En la página web de ‘40 días por la vida’, por ejemplo, hay un formulario para inscribirse a la campaña y, una vez registrados, los nuevos usuarios pueden acceder mediante sus teléfonos a un área privada en la que reservar las vigilias de oración en el exterior de un “abortorio”, marcando la ciudad, el día y la hora del rezo, como muestra la captura de la derecha.
Al margen de esa campaña, el día en el que mayor presencia de “rescatadores” hay en las calles, al menos en Madrid, es el sábado, por ser cuando más mujeres van a las clínicas. Además, el primer sábado de cada mes, algunos grupos organizan en diferentes ciudades de España unas “procesiones” masivas que se dirigen a las clínicas con pancartas y cruces, y que forman parte de la campaña 'Rezar no es delito'. La actividad la promueve un movimiento de jóvenes católicos que llaman a la participación mediante Twitter o Instagram y que se arrodillan frente a esos centros sanitarios para rezar el Rosario por las mujeres y defender, dicen, "a los no nacidos”.