La red de trenes británica sigue paralizada en el segundo día de la huelga de ferrocarriles
- 40.000 trabajadores exigen mayor seguridad laboral y salarios más altos frente a la inflación
- Se estima el coste de la huelga en 500 millones de libras esterlinas
Miles de trabajadores ferroviarios del Reino Unido secundan este jueves la segunda de las tres jornadas de huelga de trenes previstas, las mayores desde 1989, en reclamo de mejoras salariales, con un fuerte impacto para los usuarios y la economía.
El paro - el último tendrá lugar este sábado- ha sido convocado por el Sindicato nacional de trabajadores ferroviarios, marítimos y del transporte (RMT, en inglés), después de que fracasasen las negociaciones con la gestora pública de la infraestructura Network Rail y los operadores privados de las líneas.
Cerca de 40.000 trabajadores han paralizado la red de trenes del Reino Unido, lo que ha obligado a muchos ciudadanos a optar por otros medios de transporte, como los autobuses o taxis, mientras que otros han decidido trabajar desde su casa. La legislación británica no establece servicios mínimos en caso de huelga, pero el ministro de Transporte, Grant Shapps, anunció el domingo que presentará un proyecto de ley para obligar a los operadores ferroviarios a implementarlos.
La huelga supondrá un elevado coste para la economía británica, especialmente para el sector de la hostelería, que estima una pérdida de 500 millones de libras (580 millones de euros).
Seguridad laboral y un salario más alto
El secretario general del RMT, Mick Lynch, ha afirmado que los miembros del sindicato continuarán "con esta campaña de huelgas hasta que obtengamos un acuerdo negociado que aporte seguridad laboral y un incremento de sueldo para nuestros miembros que haga frente a la escalada de la crisis del coste de vida".
El Reino Unido atraviesa por una crisis por el rápido incremento de la inflación interanual, que se sitúa en el 9,1 % y el Banco de Inglaterra preve que cierre el año por encima del 10 %.
Debido al impacto de la medida de fuerza, el Gobierno británico indicó que prepara un proyecto de ley que permitirá a las empresas contratar a trabajadores de agencia temporales para reemplazar a los empleados que se sumen a los paros.
El proyecto legislativo, que el Gobierno confía pueda ser aprobado en pocas semanas, eliminará "restricciones de la era de 1970", dará "libertad a las compañías" e impedirá que los huelguistas "hagan rehén al país paralizando servicios públicos y negocios", según el ministro de Empresas, Kwasi Kwarteng.