Novoyakovlivka, una aldea destruida por las armas prohibidas de Rusia: "Vi por la ventana que todo estaba en llamas"
- Los continuos ataques han hecho que solo queden poco más de 50 de los 600 vecinos que vivían allí
- 'The New York Times' ha documentado más de 210 ataques rusos con fósforo blanco y bombas de racimo
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Rusia ha multiplicado el uso de armas prohibidas en su ofensiva contra Ucrania. Justo cuando se cumplen cuatro meses del inicio de la guerra, 'The New York Times' ha documentado más de 210 ataques rusos con fósforo blanco y bombas de racimo, armamento con el que ataca a la población civil de forma indiscriminada.
En Novoyakovlivka, una aldea a 2.500 metros de la primera línea del frente destruida por las armas rusas, militares ucranianos inspeccionan varios proyectiles caídos en los alrededores. Cerca de allí, Mikolav recibe al equipo de TVE, cojeando por la metralla que le laceró las piernas hace unos días: "Gracias a Dios sobreviví", cuenta mientras se queja de que las bombas también destruyeron las patatas de su huerto y las ventanas de su casa.
Los continuos ataques contra esta aldea ucraniana han hecho que solo queden poco más de 50 de los 600 vecinos que vivían allí antes de la guerra. A las bombas de racimo se une otra arma prohibida: el fósforo blanco.
"Estaba en el otro edificio, oí la explosión y vi por la ventana que todo estaba en llamas", describe Natalia, que pensó que todos sus animales morirían abrasados por el fósforo.
Otro de los problemas de las poblaciones cercanas al frente es que sus campos de cultivo están repletos, a menudo, de proyectiles rusos sin estallar, que son un gran peligro para su población.
Una situación que seguirá agravándose mientras las tropas rusas continúan consiguiendo avances en el frente tras hacerse con el control total de la ciudad de Severodonestk. Ahora únicamente les queda asaltar la ciudad gemela de Lisichansk para poder certificar su dominio sobre la región de Lugansk.