Médicos del Mundo celebra 25 años de fotografía humanitaria para denunciar "las injusticias del mundo"
- En la muestra pueden verse fotografías de Cristina García Rodero, Olmo Calvo o César Dezfuli
- Mediante este recorrido se pretende "evitar el olvido, aflorar la empatía y hacer memoria"
Cada día, en todo el mundo, ocurren vulneraciones de los derechos humanos, aunque no siempre son visibles a ojos de toda la sociedad. Por ello, muchos fotógrafos a través de su cámara capturan y muestran las injusticias. Médicos del Mundo lleva 25 años reconociendo esta labor a través del Premio Internacional Luis Valtueña.
Para celebrar este cuarto de siglo, la organización ha realizado una retrospectiva para poner en valor el trabajo fotográfico de todos estos años. La muestra se encuentra situada a pie de calle, en el Paseo de Recoletos de Madrid, donde permanecerá hasta el próximo 18 de julio.
Mediante un difícil trabajo de selección, se recogen un total 95 imágenes de 50 fotógrafos distintos, estructuradas en cinco bloques temáticos: ‘Guerra y Violencia’, ‘Medio Ambiente’, ‘Migración y Refugio’, ‘Salud’ y ‘Mujeres’. Además de las imágenes, cada sección va acompañada de un texto escrito por alguna persona que ha formado parte del jurado, como Gervasio Sánchez o Ana Palacios.
A través de este recorrido se pretende "evitar el olvido, aflorar la empatía y hacer memoria de las luces y las sombras de la humanidad", señala Nieves Turienzo, presidenta de Médicos del Mundo.
Este galardón nació con motivo del asesinato a los cooperantes de Médicos del Mundo, Flors Sirera, Manuel Madrazo, Mercedes Navarro y Luis Valtueña, mientras cumplían labores de acción humanitaria en países en conflicto armado.
Con este premio, la organización comparte el compromiso de "utilizar la fotografía para denunciar las injusticias que se producen en todos los rincones del mundo", apunta Nieves Turienzo, presidenta de Médicos del Mundo.
Violencias que nunca terminan
La violación de derechos humanos hacia las personas migrantes o refugiadas sigue muy presente en la actualidad, tanto por parte de la sociedad como de las instituciones. En 2009 ya había fotógrafos que se hacían eco de estas historias, como Javier Arcenillas, que en ese año fue seleccionado gracias a capturar el instante de un niño refugiado de la comunidad Rohinyá en plena huida de la violencia y la persecución de la Junta militar birmana.
"Este premio me ha servido para proyectarme como profesional y orientar mi trabajo hacia un reportaje más comprometido”, asegura Arcenillas, ganador en dos ocasiones del premio otrogado por Médicos del Mundo.
Olmo Calvo también ha sido galardonado dos veces, primero en 2012 con un reportaje sobre los desahucios en Madrid y después, en 2015, con su serie Supervivientes en busca de refugio, que trata sobre la llegada masiva de refugiados procedentes de Siria, Iraq o Afganistán a Europa por la ruta del Mar Egeo durante 2015 y 2016.
De ese último galardón, se ha seleccionado para la muestra una fotografía situada en unas vías de tren, donde un padre lleva a su hijo en brazos. "El paso de la frontera entre Serbia y Hungría era una vía de tren que estaba prácticamente en desuso y diariamente podían llegar a pasar 5.000 personas", explica Olmo Calvo. La foto fue tomada días antes de que Hungría terminara de construir una valla para impedir la migración.
Otro de los trabajos sobre migración que se exhiben es el realizado por César Dezfuli, que estuvo a bordo de un barco de salvamento del Mediterráneo en 2016. Después del rescate, el fotógrafo siguió en contacto con las personas salvadas para continuar retratando sus vidas. "Lo que quería era mostrar qué pasa después del rescate, me parecía que el foco estaba demasiado puesto en el Mediterráneo, era importante contarlo, pero se quedaba corto", señala Dézfuli.
El objetivo de este seguimiento era "intentar construir empatía con individuos concretos en lugar de hablar de migrantes como masa", indica.
Historias que continúan
Si algo es destacable dentro de la exposición es la relación que guardan muchas historias, aunque hayan pasado varios años. Se encuentran imágenes que muestran crisis sanitarias, como fue el SIDA en los 80 y los 90 en África, o la COVID-19 en la actualidad, retratada por Santi Palacios, con un reportaje sobre las residencias de Mayores, por el que fue galardonado en 2021.
Un contraste entre el pasado y la sociedad actual que ofrece una reflexión para empatizar. "Quizás hasta que no nos ha tocado de cerca no hemos podido entender como se podía sentir la gente del otro contexto", comenta Edu Ponces, organizador de la muestra.
“Tendemos a pensar que la fotografía humanitaria está fuera de nuestras fronteras, pero también está dentro“
Aparte de este paralelismo, toda la variedad de desigualdades y violencias en distintas partes de todo el mundo saca a la luz lo cerca que pueden estar algunas historias. "Tendemos a pensar que la fotografía humanitaria está fuera de nuestras fronteras, pero también está dentro", sostiene Fabiola Barranco, coordinadora del premio Luis Valtueña.
Un buen ejemplo de relato cercano es el de Carlos de Andrés sobre su madre a través de las visitas que le hacía. “Con este trabajo quise hacer visible lo que sufren miles de personas mayores que se encuentran en soledad y que no reciben ningún tipo de apoyo de las instituciones”, comenta el fotógrafo.
El extenso recorrido refleja también cómo ha cambiado la visión de la sociedad respecto a determinadas cuestiones sociales. La primera foto que ganó el concurso en 1997 retrata a gente que celebra la llegada de la ayuda humanitaria. "Es una imagen que ahora nos cuestiona un poco la representación, el rol que tienen las personas africanas que están recibiendo la ayuda", comenta Ponces.
Más atención hacia las mujeres
Con el recorrido también se revela cómo cada vez se ha informado más sobre la vulneración de los derechos de las mujeres. "Vemos cómo las violencias machistas empiezan a ganar espacios dentro de la fotografía", indica Barranco.
"Las mujeres somos objetivo de toda crisis humanitaria y social: por ejemplo, en los conflictos armados, la violencia contra nosotras es un arma de guerra y en contextos de injusticia social somos diana de desigualdades", explica Nieves Turienzo. "Es vital para la humanidad seguir defendiendo los derechos de la mujer”, añade.
Además de mostrar las injusticias en torno a las mujeres, el premio también tiene el objetivo de "impulsar el papel de las fotógrafas", indica Barranco. En la muestra se pueden apreciar fotos de Lana Kristina Slezic, Cristina García Rodero o Maysun.
“En la última edición el 30% de las personas que se presentaron eran mujeres“
En la inauguración del recorrido no han podido estar presentes ninguna de las fotógrafas, lo que significa un claro síntoma de las poca presencia que todavía ocupan en la profesión. "En la última edición el 30% de las personas que se presentaron eran mujeres", indica Fabiola Barranco. Sin embargo, ese pequeño porcentaje ha sido el más alto respecto a años anteriores, por lo que el avance parece continuar.