Así ha evolucionado la OTAN: cómo ha cambiado la organización entre las 'cumbres españolas' de 1997 y 2022
- La Alianza ha pasado de ser una organización euro-atlántica a intervenir lejos de sus fronteras
- La Cumbre de Lisboa aprobó el Concepto Estratégico que ahora deberá reformarse en Madrid
La cumbre que la OTAN celebrará en Madrid el 29 y 30 de junio, y que la Alianza ha calificado de "crucial" por el momento en que se produce, es la segunda que tiene lugar en España. La primera fue en 1997, y desde entonces la organización ha estado buscando su encaje en una realidad muy diferente a aquella para la que fue creada, la competición entre los bloques encabezados por Estados Unidos y la URSS durante la Guerra Fría.
En este periodo ha habido 18 cumbres, entre ordinarias y extraordinarias, y han sucedido muchas cosas: la OTAN se ha ampliado sin cesar hacia el Este; ha intervenido en Kosovo, Afganistán y Libia; y la cooperación inicial con Rusia se ha desvanecido hasta transformarse en una nueva competición.
Al cabo de 25 años, la organización debe decidir una nueva estrategia ante una Europa de nuevo dividida y al borde de una nueva guerra fría, el ascenso de China y las nuevas amenazas (guerra cibernética, inseguridad energética...). Esto se concretará en un nuevo "concepto estratégico", un documento que está solo por detrás en importancia del fundacional Tratado de Washington, y que deberá sustituir al de Lisboa de 2010.
Este es un recorrido por los hitos más importantes para la OTAN entre las dos cumbres "españolas".
1997: la primera Cumbre de Madrid y el comienzo de la expansión al Este
Entre el 8 y el 9 de julio, Madrid albergó la reunión de mandatarios y líderes mundiales en la que se dio luz verde a la expansión a Europa del Este con la invitación a Polonia, República Checa y Hungría. También se firmó un primer acuerdo de entendimiento con Ucrania.
El entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, no asistió, pese a estar invitado, por considerar que los avances de la Alianza hacia sus fronteras constituían una humillación.
"En 1997 se había firmado el primer acuerdo entre Rusia y la OTAN, muy importante, que fijaba una serie de normas para la seguridad en Europa, que ninguna de las dos partes ha respetado", explica, en declaraciones a RTVE, Enrique Ayala, analista de la Fundación Alternativas y general de brigada retirado.
"Se intenta incorporar a Europa del Este a las alianzas occidentales, la OTAN, la UE - abunda Heriberto Cairo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid - Las consecuencias de esta política las estamos viendo ahora, lo cual no quiere decir que se justifiquen ni la invasión ni las barbaridades en Ucrania".
Aquella cumbre, considerada un "éxito" por el Gobierno español de José María Aznar, supuso también la entrada de España en la estructura militar integrada, pese a que los españoles habían aprobado en el referéndum de 1986 mantenerse al margen de dicha estructura. También se acordó la reforma de la Estructura de Mando y la creación de un cuartel general en España.
El ingreso de los tres primeros países del antiguo Pacto de Varsovia se concretó en 1999, en el momento de mayor debilidad política, económica y militar de Rusia.
Ese mismo año, la Alianza, al mando del español Javier Solana, intervino en Kosovo (fuera, por tanto, de su territorio), sin la autorización de la ONU y violando la propia Carta de la organización. Mientras los mandatarios celebraban en Washington el 50º aniversario de la organización, aviones de la OTAN bombardearon la sede de la radiotelevisión pública serbia, matando a más de una decena de civiles. Un mes después fue bombardeada, por error, la embajada de China en Belgrado, en la que murieron tres personas.
Los atentados del 11-S en Estados Unidos marcaron un antes y un después, según Heriberto Cairo. "La organización se afianza como actor global, y más allá del territorio euroatlántico comienza a operar en un escenario global con las llamadas 'operaciones fuera de área'. La principal fue la de Afganistán", recuerda el profesor de la UCM.
Un año después, en 2002 hubo dos cumbres. En la de Roma se puso en marcha el Consejo OTAN-Rusia. Pero en la de Praga se acordó continuar la ampliación hasta las fronteras de Rusia.
En 2004, Rusia vio impotente cómo se producía la segunda gran ampliación hacia el Este, que incluyó a Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia y a las exrepúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania. La cumbre de ese año en Estambul vio el nacimiento de la llamada Iniciativa de Cooperación, un acuerdo de colaboración firmado con países del Golfo Pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Bahrein) pese a que ninguno de ellos una democracia liberal.
De manera similar, en la Cumbre de Riga de 2006 se estrecharon vínculos con otros Estados de fuera del área atlántica, como Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur o Colombia.
Bucarest 2008: el comienzo de la ruptura con Rusia
En 2008, en Bucarest, Vladímir Putin asistió como invitado, algo hoy imposible de imaginar, y advirtió a la organización de que consideraba la constante expansión hacia sus fronteras como una amenaza a su seguridad. La OTAN hizo caso omiso y en su lugar abrió la puerta a Ucrania y Georgia, a la vez que EE.UU. anunciaba la instalación de un escudo antimisiles en Polonia y República Checa.
Aquella fue también la cumbre en la que Francia anunció su regreso a la estructura de seguridad de la organización, que había abandonado en 1966, por decisión de Charles De Gaulle.
"En la cumbre de 2008 en Bucarest empieza lo malo", comenta Enrique Ayala. Recuerda que un año antes, en la Conferencia de Defensa de Munich, Putin ya advirtió de que no se estaban teniendo en cuenta las preocupaciones de seguridad rusas, y de que la paciencia de su país se estaba agotando. A los pocos días de la cumbre de Bucarest se produjo la intervención rusa en las autoproclamadas repúblicas de Osetia y Abjasia, en Georgia. "A partir de ahí las cosas van cuesta abajo con Rusia hasta 2014, cuando se produce la anexión de Crimea", explica el analista de la Fundación Alternativas.
En 2009, en la cumbre de Estrasburgo-Kehl, organizada de manera conjunta por Alemania y Frncia, se celebró el 60º aniversario. Con Barack Obama en la Casa Blanca, la OTAN intentó recuperarse del unilateralismo de la administración Bush, y consiguió más apoyo para la reconstrucción de Afganistán, pese a las discrepancias entre los aliados.
El Concepto Estratégico de Lisboa 2010
Y llega la cumbre de Lisboa de 2010. "Esa cumbre ha sido la más relevante por la definición del Concepto Estratégico todavía vigente, y también porque se define la OTAN como una organización global", subraya Heriberto Cairo.
El Concepto Estratégico es un documento muy importante en la vida de la organización, pues orienta toda su acción, tanto militar como diplomática, y suele tener una duración aproximada de 10 años. Durante la Guerra Fría eran secretos, pero se empezaron a hacer públicos a partir de 1991.
El de Lisboa establecía como misiones, además de la defensa colectiva, la gestión de crisis, que ya se asumía desde 1999, y la "seguridad cooperativa". Esta última iba más allá del Tratado de Washington y, según Enrique Ayala, permitía a la OTAN ejercer de "gendarme mundial".
En efecto, el entonces secretario general, Anders Fogh Rasmussen, habló de la "OTAN 3.0", para "defender a 900 millones de personas", y reconoció que el texto aprobado permitiría actuar en cualquier lugar del mundo donde la seguridad de los aliados estuviera amenazada, incluso más allá de los límites geográficos de los países miembros.
Entre los retos se señalaron el terrorismo internacional, los ciberataques o la seguridad energética, mientras se ofrecía a Rusia la posibilidad de desarrollar de forma conjunta un "escudo antimisiles" y se ponía fecha a la salida de Afganistán.
Además, se emprendió una nueva reforma de la Estructura de Mando, dependiente del Mando de Operaciones de la OTAN y se estableció en Torrejón de Ardoz uno de los dos Centros de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC).
Posteriormente, durante la Administración de Donald Trump, la Alianza Atlántica vivió una de sus peores crisis de identidad. En las cumbres de 2017 y 2018, Trump exigió a los socios europeos que contribuyeran más para defenderse a sí misma. Los países europeos se comprometieron a aumentar su gasto en defensa hasta el 2 % del PIB y algunos, como Francia, empezaron a pensar en una mayor "autonomía estratégica" frente a Washington.
El presidente francés, Emmauel Macron, llegó a decretar la "muerte cerebral" de la OTAN y tal vez su desaparición en la cumbre de Londres de 2019.
La atropellada retirada de Afganistán en agosto de 2021, ya con Biden, apuntaló esta idea de crisis de la organización, hasta que la invasión rusa de Ucrania ha venido a insuflarle nueva vida.
Madrid 2022: nueva estrategia para una Alianza reforzada
La reunión de junio en Madrid será en realidad la segunda de 2022. La primera, extraordinaria y forzada por la invasión rusa de Ucrania, tuvo lugar en marzo en Bruselas, y simbolizó la apuesta del nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, por las alianzas, al contrario que Trump.
Los objetivos para la Cumbre de Madrid serán consolidar la unidad de acción entre la UE y EE.UU., redefinir la estrategia y adoptar nuevas capacidades. Será también la cumbre que pueda despejar la adhesión de dos nuevos socios, Suecia y Finlandia.
"La agresión rusa a Ucrania ha revitalizado la OTAN de manera muy importante", explica Enrique Ayala, que espera un lenguaje "de confrontación" con Moscú. Pero, aunque parezca paradójico, el foco de la seguridad no estará en Europa.
“La agresión rusa a Ucrania ha revitalizado la OTAN de manera muy importante“
"Entre 1997 y 2022 lo que realmente ha cambiado es que la organización ha dejado de mirar solo a Europa, se ha convertido en una organización de seguridad global, más que europea - ilustra Ayala - Seguramente en el concepto estratégico de 2022 la OTAN va a quedar involucrada de alguna manera en la pugna de EE.UU. con China. A los países europeos les interesa poco, pero a EE.UU. mucho, porque la lucha se va a librar también en los terrenos comercial y tecnológico".
"La cumbre de Madrid seguro que va a ser tan importante como la de Lisboa, por lo menos", vaticina Heriberto Cairo, que coincide en esperar una mención explícita a China, "si no como el enemigo, como una de las amenazas". "Eso significa que estamos ante un nuevo escenario geoestratégico. Ahora EE.UU. está lejos de ser la potencia hegemónica, salvo militar. La búsqueda de definir un enemigo un adversario claro como China es un intento de reajustar el campo occidental", explica.
Este viraje estadounidense hacia la región de Asia-Pacífico, que ya comenzó con Obama, estará simbolizado por la presencia de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur.
España intentará que la Alianza no abandone el flanco Sur, y en especial el Sahel.
Si finalmente se adopta el que será conocido como Concepto Estratégico de Madrid, el futuro de la OTAN en esta década estará asociado a España.