El primer ministro de Bulgaria dimite tras perder la moción de censura presentada por la oposición
- El presidente del país, el prorruso Rumen Radev, volverá a encargar la formación de nuevo Ejecutivo a Petkov
- La nueva crisis política podría desembocar en la convocatoria de las cuartas elecciones en 18 meses
El primer ministro búlgaro, el proeuropeo Kiril Petkov, ha presentado este lunes su dimisión tras haber perdido la semana pasada una moción de censura presentada por la oposición conservadora populista, con lo que el país balcánico enfrenta la posible convocatoria de las cuartas elecciones en 18 meses.
Cuando apenas llevaban seis meses en el poder, la coalición de cuatro partidos de diferentes ideologías formada por Petkov se ha ido desmoronando en las últimas semanas.
La crisis política se ha agravado con la salida de cuatro ministros del partido populista ITN, liderado por el popular cantante Slavi Trifonov, que había acusado al primer ministro (economista formado en Harvard (EE.UU.), de no gestionar bien las cuentas públicas del país y de querer levantar el veto búlgaro contra el inicio de las negociaciones de entrada en la Unión Europea de la vecina Macedonia del Norte.
El país podría encaminarse a las cuartas elecciones desde abril de 2021
El presidente del país, el prorruso Rumen Radev, volverá a encargar la formación de un nuevo Ejecutivo a Petkov, quien tendrá una semana para buscar una mayoría en el Parlamento, pero es muy probable que no logré formar ejecutivo, por lo que el encargo pasará a manos del opositor partido populista de derechas GERB, del exprimer ministro Boiko Borisov.
GERB ha indicado, ya que devolverá inmediatamente el encargo de formar gobierno, que pasará entonces a cualquier otra formación.
Si nadie logra reunir las mayorías necesarias (lo que todos los analistas dan por hecho) entonces se disolverá la Cámara y se convocarán elecciones anticipadas para otoño próximo, las cuartas desde abril del año pasado.
Petkov había adoptado una fuerte posición proeuropea y pro OTAN desde que Rusia invadió Ucrania, una postura inusual para un país con una actitud tradicionalmente amistosa con Moscú.
El pasado mes de abril, Rusia cumplió su amenaza e interrumpió el flujo de gas a Bulgaria y Polonia por no pagar en rublos, según anunció la empresa estatal rusa Gazprom en un comunicado.