El G7 destinará 5.000 millones de dólares a la inseguridad alimentaria provocada por la guerra en Ucrania
- El grupo formado por EE.UU., Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania se ha reunido en Elmau
- Han acordado también limitar el precio de las exportaciones de gas rusas y contrarrestar la influencia China
El G7 ha alcanzado este martes un acuerdo para destinar 5.000 millones (unos 4.700 millones de euros) a la inseguridad alimentaria provocada por la guerra en Ucrania y el bloqueo ruso de los puertos del mar Negro.
El grupo está formado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, pero algo más de la mitad de la cantidad, 2.760 millones de dólares (unos 2.600 millones de euros), será aportada por EE.UU. Así lo ha asegurado un funcionario de alto rango de la Casa Blanca.
La fuente ha precisado que la aportación estadounidense se dividirá en 2.000 millones de dólares (unos 1.890 millones de euros) "para salvar vidas con intervenciones humanitarias directas" y 760 millones (unos 718 millones de euros) para asistencia alimentaria a medio y corto plazo.
Asimismo, ha culpado al presidente ruso, Vladímir Putin, de "la vulnerabilidad" que se está viendo en distintas partes del planeta respecto a la inseguridad alimentaria.
Durante el último encuentro del G7 en Elmau, Alemania, los líderes han confirmado también su apoyo a un plan de reconstrucción de ucrania, se han comprometido a estudiar prohibir el transporte del petróleo ruso a menos que su venta respete un precio máximo y han acordado una mayor inversión en infraestructuras en países de ingresos bajos y medios para contrarrestar la influencia China.
Topes a los precios en las importaciones de petróleo y gas ruso
El grupo ha acordado este martes estudiar el establecimiento de topes a los precios en las importaciones de petróleo y gas ruso para tratar de limitar la capacidad de Moscú para financiar su invasión de Ucrania. "Sobre el petróleo, consideramos diversas opciones, incluida la posibilidad de una prohibición total de servicios que permitan el transporte", ha detallado en un comunicado tras la cumbre.
Sin embargo, esa prohibición no se daría en caso de que "el petróleo se compre a un precio acordado con los socios internacionales o por debajo de este".
A largo plazo, el propósito es reducir la dependencia de los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia la energía limpia para llegar a tener emisiones cero a más tardar en 2050. Pero los países han apuntado al importante papel de las entregas de gas natural licuado con miras a acelerar la eliminación de la dependencia de la energía rusa.
Los ingresos por exportaciones de petróleo ruso aumentaron en mayo a pesar de que las sanciones redujeron los volúmenes de exportación, según la Agencia Internacional de Energía.
Por ahora, el precio de los carburantes sigue al alza una semana más y ha vuelto a batir sus máximos históricos. La gasolina 95 se vende en España a una media de 2,141 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hace a 2,076 euros, según los datos difundidos este jueves por el Boletín Petrolero de la Unión Europea.
Más inversión para contrarrestar las Nuevas Rutas de la Seda
Para contrarrestar la influencia china en los países desarrollados, los países del G7 destinarán 600.000 millones de dólares para construirlas en los países de ingresos medios y bajos. De ese dinero, Estados Unidos aportará 200.000 millones a través de fondos públicos y privados durante los próximos 5 años, según ha indicado el presidente de ese país, Joe Biden, durante la cumbre.
Las Nuevas Rutas de la Seda son el principal motivo por el que se han lanzado al ruedo de las iniciativas globales de infraestructuras. Se trata de uno de los proyectos estrella del presidente chino, Xi Jinping, y con el que China pretende tejer una red comercial internacional para extender su influencia a nivel global. Nacida en 2013, la iniciativa ha generado tanto entusiasmo como escepticismo por los riesgos de endeudamiento excesivo y dependencia de Pekín y por su opacidad y sus consecuencias ambientales.
Por este motivo, también la Unión Europea aspira a movilizar 300.000 millones de euros hasta 2027 en el desarrollo de infraestructuras en Latinoamérica, el sudeste asiático y en África, continente en el que Bruselas quiere destinar la mitad de los fondos. El plan, conocido como Global Gateway, se centrará en impulsar la transición ecológica y digital en los países que quieran formar parte del proyecto.
Asimismo, Biden ha mencionado la creación de un cable submarino, que unirá el sureste asiático con Oriente Medio y Europa Occidental y que se ha adjudicado a la compañía de telecomunicaciones estadounidense SubCom. EE.UU. también quiere movilizar 335 millones de dólares en inversiones para proporcionar internet y tecnología financiera en países de África, Asia y Latinoamérica.