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Cine

Robert Guédiguian estrena 'Mali Twist': "Las revoluciones son necesarias"

  • En su nueva película, el director francés narra la difícil independencia de Mali a ritmo de twist
  • La cinta llega a los cines españoles este viernes, 8 de julio

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Fotograma de 'Mali Twist'
Fotograma de 'Mali Twist'

El veterano director francés Robert Guédiguian destaca por el activismo y compromiso social de sus películas, normalmente ambientadas en su Marsella natal (La casa junto al mar, Gloria Mundi, Marius y Jeannette, Marijo y sus amores). Esta vez sigue con su compromiso, pero cambia de escenario para contarnos la historia de unos jóvenes tras la independencia de Mali (1962). Un momento en el que se mezclaron los ideales, la esperanza, la música… y la decepción.

La película llega a los cines este 8 de julio y en ella el director vuelve a tratar uno de sus temas favoritos: las revoluciones. “Me interesan las revoluciones porque son necesarias. Siempre hay razones para hacer una revolución, y nunca ha habido una revolución que no sirviera para nada. Son momentos de ruptura de la historia. Si no hubiera revoluciones todo se bloquearía, nada avanzaría. Las revoluciones son necesarias para resolver problemas enquistados”

“Por eso –asegura-, creo que habría que hacer revoluciones más a menudo, digamos una revolución permanente, como afirmaba Trosky. Yo sigo pensando que el capitalismo es letal, igual que lo fue el feudalismo, y que los cambios son necesarios. El capitalismo no es más eterno que cualquier otro régimen. Y estoy convencido de que un día pasará algo, aunque no sé cuándo”.

“De hecho –concluye-, esta pandemia ha transformado el conjunto de las políticas, de la economía incluso (Esta entrevista se hizo antes de la Guerra de Ucrania). Ya no se habla de la deuda ni de austeridad, curiosamente. El discurso ha cambiado. El capitalismo necesitaba algo para renovarse, porque si reproduce los errores del pasado, de una forma u otra va a explotar. Por ejemplo, no podemos vivir eternamente de espaldas a la ecología, que es algo muy ligado a la economía. Si queremos salvar algo, tenemos que controlar la economía, y eso es lo contrario al capitalismo, que no domina la economía”.

Una revolución a ritmo de twist

La película nos lleva al Mali de 1962, que se acaba de independizar y donde los jóvenes de Bamako bailan al ritmo del twist que viene de Francia y Estados Unidos. Allí conoceremos a Samba (Stéphane Bak), hijo de un rico comerciante, que se entrega en cuerpo y alma al ideal revolucionario; y a Lara (Alice Da Luz), una joven pobre de un pueblo, que ha sido casada a la fuerza. Ambos se enamoran e intentarán que ella escape de ese matrimonio forzado, pero pronto comprobarán que la supuesta revolución social y cultural no es para todos y que sus ideales no son suficientes para huir de las rígidas tradiciones sociales.

En la película hablo de las relaciones de clase, de dominación –nos cuenta el director-. Por ejemplo, entre los grandes comerciantes de Bamako y los campesinos. O, en los pueblos, esa relación entre nobles y esclavos. Esas relaciones de castas, de clases, toman una forma particular en África; pero en el fondo, es exactamente lo mismo que en otros sitios”.

“Yo no soy un especialista en África –añade-, por eso me he rodeado de gente que conoce las circunstancias especiales de la zona. Pero mi intención es denunciar esas situaciones universales de desigualdad. Ya lo hice en Armenia, en Beirut, en el Líbano… y mañana igual lo hago en Colombia. Es fundamental hablar de esa lucha de clases, porque es universal”.

Fotograma de 'Mali Twist'

“Socialismo twist”

Pero… ¿Por qué decidió mezclar ese paso al socialismo de Malí con el twist?. “Hay una cosa que me gusta mucho, y es la relación entre la construcción del socialismo, algo muy serio, y esa fiesta, el baile, el pasarlo bien, la juventud, la vitalidad, la sensualidad, esa historia de amor. Eso es ‘socialismo twist’, como dice uno de los personajes. Quería hacer una película bonita, basada en la música y el baile, pero con ese contenido político”.

Un equilibrio entre lo serio y lo lúdico que no ha sido fácil de conseguir, como confiesa el director: “Es cuestión de trabajo. Ha sido complicado pero cada película ‘tiene su pena', como decimos en Francia. En el cine no hay un camino fácil para hacer las cosas. Siempre hay que investigar, buscar, documentarse… a veces encuentras cosas enseguida y otras pasas tres meses trabajando duro sin conseguir nada interesante. Es casi como hacer trabajos forzados. Pero tuve suerte, porque en esta ocasión enseguida encontré la inspiración para la película. Es el gran misterio de la creación”.

Es inspiración surgió cuando vió la exposición de fotografía de Malick Sidibé (Mali Twist, en la Fundación Cartier, otoño de 2017). “La maravillosa explosión de vitalidad que desprendían los cuerpos de estos jóvenes bailarines me produjo mucha curiosidad y quise saber más de esa época. Unas semanas más tarde, uno de mis socios me contó lo que había aprendido sobre Mali en los años 60 y me describió la exaltación revolucionaria que manifestaba esa juventud. Y solo unos minutos después pensé en hacer una película con todos esos temas. Porque esa historia de jóvenes idealistas que quieren crear un estado socialista después de la independencia mientras bailan twist y rock'n'roll, se parece a mi propia historia”.

Destacar la estupenda banda sonora de la película con clásicos del twist y del rock de la época. “Elegir esa música fue formidable –confiesa-. Soy más joven que la generación que retrato en la película. En esa época yo tendría diez o doce años. Pero me acuerdo perfectamente de la música. Es la música de mi infancia y mi adolescencia. De hecho, nos salió carísimo conseguir los derechos de esas canciones”.

Fotograma de 'Mali Twist'

“La igualdad entre hombres y mujeres sigue estando muy lejos”

Esta revolución socialista de Mali, como casi todas, se olvidó de las mujeres. Preguntamos a Robert Guédiguian por qué fue así. “Yo me hago la misma pregunta –confiesa-. Todavía falta mucho tiempo para que lleguemos a una verdadera igualdad. En la historia ha habido muchas mujeres revolucionarias, pero comparadas con los hombres son el uno por ciento. Y es una cuestión crucial, de relaciones de fuerza, de poder… entre hombre y mujer, que se ha considerado secundaria en relación a la explotación social y económica en las fábricas, por ejemplo”.

“Al final, esa discriminación de la mujer pasa a segundo término en las reivindicaciones y eso es un enorme error –continúa-. Durante mucho hemos pensado que, si resolvíamos la diferencia de clases, las desigualdades económicas, el resto de problemas se resolverían por sí solos, como el racismo o la discriminación de la mujer. Pero eso es totalmente falso. No se puede jerarquizar esos problemas fundamentales de nuestra sociedad y debemos luchar por ellos de forma paralela. Nadie debe ser más o menos importante que los demás”.

“Por eso, la revolución debe ser completa –añade el director-. Debe traer cambios en todos los órdenes, no solo en el económico sino también en el social, moral y cultural”.

“Hay que destacar que la revolución de Mali creó un Ministerio de la Condición Femenina para intentar defender a las mujeres –continúa-. Pero hoy en día no queda nada de eso en el país. Ha habido una regresión absoluta en todos los derechos, sobre todo en las zonas dominadas por los yihadistas”.

Fotograma de 'Mali Twist'

El colonialismo es fundamental para explicar el problema de la migración

La película también habla sobre las heridas que el colonialismo ha dejado en esos países africanos y cómo los europeos hemos intentado minimizarlas. “Ahora mismo en Francia se está revisando ese tema –nos cuenta Guédiguian-. Y es que es un tema fundamental para entender los problemas actuales de migración de África a Europa”.

“Por ejemplo –añade-, hace unas semanas se estrenó en televisión una serie documental sobre la historia del colonialismo francés, que fue un éxito total. Lo curioso es que la prensa de derechas lo acusó de ser un documental hecho con mala fe, para perjudicar, mientras que los periódicos comunistas lo han calificado de obra de arte. Y es que esos puntos de vista enfrentados siguen estancados en la sociedad francesa. Hay mucha gente joven que piensa que nosotros llevamos la civilización a África. Y hay que ser muy idiota para decir eso, porque sí, construimos carreteras, pero para robarles sus riquezas. Por eso siempre hay que revisar la historia. Parece absurdo y es muy cansado, pero es totalmente necesario”.

Uno de los personajes dice en la película que “los jefes siempre serán jefes”. Le preguntamos si piensa que eso será así: “¡Espero que no!. Pero sí, en ese momento de la película los personajes lo piensan”.

Robert Guédiguian EFE/ Nacho gallego

Un estupendo reparto de jóvenes actores

Destacar el trabajo de los jóvenes actores de la película. Le preguntamos dónde los encontró. “En el caso de Alice Da Luz (Lara), fue un golpe de suerte. Es muy joven. Cuando rodamos tenía 17 años y acababa de aprobar el bachillerato. Y como es pequeña y delgada aparente incluso menos años. Y es justo lo que queríamos, porque el personaje tenía que aparentar estar entre la niñez y la adolescencia”.

Hicimos un casting enorme para encontrar a esos jóvenes –continúa-, incluso llegamos a ir a la salida de los institutos, a buscarlos en agencias de modelos. Cada vez hay más modelos negros, hombres y mujeres. Es una forma de demostrar que no somos racistas. Alice también empezaba a modelar y era perfecta para el papel”.

“En cuanto a Stéphane Bak (Samba), él era más conocido –añade-. Es un humorista desde los 14 años y una vez rodó una película con mi esposa, Ariane Ascaride (habitual protagonista de sus películas). Ella fue la que me sugirió que le hiciera una prueba, al igual que a otro de los jóvenes protagonistas. Es una gran ojeadora de talento”.

Fotograma de 'Mali Twist'

“Cuando se envejece hay que intentar mantener el idealismo y el sueño”

Una de las cosas más difíciles de la película fue recrear el Mali de 1962. “Fue muy complicado –nos confiesa-. No podíamos rodar en Mali, por motivos de seguridad, y lo hicimos en Senegal. Y tuvimos que recorrer miles de kilómetros para encontrar cada localización. Al final rodamos en tres ciudades y cinco pueblos distintos. Y ninguno estaba cerca del otro. El rodaje fue agotador, porque además estábamos a más de 40 grados. Hacía muchísimo calor”.

En cuanto a si se sigue considerando un idealista, Robert Guédiguian asegura que: “Cuando se envejece hay que intentar mantener el idealismo y el sueño, porque si no, uno se amarga y la amargura es el sentimiento más más improductivo. Mientras que soñar es muy productivo. Como decía un gran político francés: ‘Hay que ir a lo ideal, pero entender lo real. Nunca debes olvidar tus objetivos, pero también hay que ser realista”.

En cuanto a su próxima película, el director asegura que: “Volveré a casa, a Marsella, con Ariane Ascaride y mi grupo de actores habituales. Se titulará La fiesta continúa”.

Revolución, esperanzas, amor y sueños rotos a ritmo de twist y rock, en esta estupenda película, Mali Twist, que llega a los cines este viernes, 8 de julio”.

Cartel de 'Mali Twist'