La increíble historia de la primera mujer a la que golpeó un meteorito
- Fabién Roché recrea este hecho histórico en El meteorito de Hodges, uno de los cómics del año
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Tras un viaje de millones de años, el 30 de noviembre de 1954, a las 12:45 de la mañana, un meteorito cayo del cielo y, tras atravesar el tejado de una casa de Sylacauga (Alabama), rebotó en un aparato de radio y golpeó a la inquilina de la casa, Ann Elizabeth Hodges, de 34 años, que dormitaba en el sofá. Ann se convertiría en el primer ser humano en recibir el impacto de un meteorito. Pero la sorprendente historia no acabó ahí, como podéis comprobar en El meteorito de Hodges (Garbuix Books), uno de los mejores cómics de este 2022.
Fabién Roché (París, 1987), nos comenta por qué le fascinó tanto este hecho: “Me topé con Ann Hodges mientras buscaba en Internet una historia relacionada para un cómic corto en el que estaba trabajando: la de un niño casi golpeado por un meteorito, de la que había oído hablar. No sé por qué, pero me fascinó de inmediato. Creo que casi instantáneamente tuve la "idea" para la historia”.
“Me imaginé la escena inicial en la que cae el meteorito, con sus pequeñas y poco espectaculares viñetas, que contienen todo el sentimiento y la puesta en escena del resto de la historia –añade el dibujante-. Y pensé que funcionaría bien con una historia contada por capítulos (pensé que sería algo sencillo... aunque al final no fue nada fácil...). Y es que, aunque al principio sólo quería hacer una historia corta, fue creciendo progresivamente. Además, recuerdo que hace tiempo pensé que una historia que empezara con alguien siendo golpeado por un meteorito sería un gran comienzo, ¡y aquí estaba en la plancha!”.
Destacar que Fabien Roche nos cuenta la historia desde diversos ángulos: personal, astronómico, histórico, legal, poético y humano, logrando una historia conmovedora, pero visualmente espectacular.
Un suceso que le cambiaría la vida, pero… ¿Para bien o para mal?
Ralentizada por el tejado y al radio, el meteorito (de 18 cm de diámetro) le dejó a Ann una marca en la cadera y otra en la mano, que terminarían desapareciendo, aunque el suceso le cambió la vida, como nos explica Fabien: “Creo que le trajo algunos momentos felices, tal vez salir en el programa de televisión y ser invitada a Nueva York fueron momentos dichosos (aunque seguramente también estresantes) para ella, recibió cartas bonitas de todos Estados Unidos, incluso de Japón. Y quizás una parte de ella se enorgulleció un poco de dejar el meteorito al museo de Alabama con su nombre (bueno, el de su marido)”.
“Pero la historia tuvo un final amargo –añade el dibujante-. En general, le trajo principalmente estrés, tristeza y remordimientos. Era una mujer tímida y discreta, no buscaba la fama en absoluto. Y fue lanzada en un instante en una situación más grande que ella. Es decir, en un solo día tuvo una crisis nerviosa y acabó en el hospital para lograr descansar un poco. La llevaron a pensar con su marido que iban a ganar mucho dinero con la roca, pero diez días después, se vio envuelta en una batalla legal por la propiedad del meteorito con su casero que duró más de un año y terminó de forma amarga. La gente seguía invitándose a su casa, ella tenía que contar la historia una y otra vez, hasta que no pudo aguantar más y tuvo que mudarse”.
“No sé qué pasó en su vida privada, pero su marido dijo que ya no era la misma –concluye-. Acabaron divorciándose en parte por lo sucedido, lo cual era un fracaso más grande en la época que hoy en día, y más difícil para una mujer empezar una nueva vida. No sabemos cómo habría sido su vida sin este suceso, pero la vida media y tranquila que parecía desear, con casa propia e hijos, se vio truncada por este suceso”.
Los Hodges tuvieron que pagar 3.000 dólares por las costas judiciales, que esperaban recuperar con la venta de la piedra, pero con los meses transcurridos, el interés por el meteorito decayó, por lo que decidieron donarlo al Museo de Historia Natural de Alabama, que les compensó con una pequeña parte de sus gastos. El matrimonio acabó divorciándose y Ann moriría sola a los 52 años, tras una larga enfermedad y una vida modesta y solitaria. Hoy se estima que el precio de ese meteorito, de unos 4 kg. Podría superar los 40 millones de dólares.
¿Un regalo de Dios?
Los grandes protagonistas de la recreación de Fabien son el azar, la fé y los símbolos, como una mosca que sobrevuela todo el cómic. “Ann Hodges era una típica fiel/creyente norteamericana, por lo cual naturalmente vio este evento como un acto de Dios. Primero lo vivió como un regalo, que podría ayudarles a ella y a su marido a ganar algo de dinero y a realizar su sueño de comprar una granja, pero después de algún tiempo lo vio como una maldición y deseó que no hubiera ocurrido. No sé si puso en duda su fe, pero lo que me interesó fue confrontar esta creencia con el azar, y cómo intentamos añadir algún sentido a un acontecimiento que no lo tiene. Seguramente se quedó con la pregunta "¿por qué a mí? ".
“La mosca está vinculada a esa pregunta –añade-. Primero fue una forma divertida de confrontar el azar y la fe, y de mostrar que un meteorito que cae sobre una persona es, desde el punto de vista natural, tan importante como una mosca que se posa sobre un libro (el chiste es que yo hice que se posara sobre la Biblia), o como una patada en un guijarro: dos objetos chocan, eso es todo”.
“Pero luego recordé que Dios envió "moscas venenosas" a las casas de los egipcios (en la 4ª plaga). Así que también se convirtió en un símbolo de mal augurio que encajaba perfectamente en la historia. Pensé que, como cristiana, esta idea podría haber cruzado los sueños de Ann. En el sueño, la imagen de la mosca se mezcla con la del meteorito”.
Un cómic sorprendente a todos los niveles
Este es el primer cómic largo de Fabien Roché, que estudió grafismo y se interesó en el cómic a partir del descubrimiento de los autores de cómic independiente americanos y japoneses. Y eso se nota en que, visualmente, el cómic es una auténtica maravilla. Destacar la enorme cantidad de viñetas que mete en cada página. “Las pequeñas viñetas están por varios motivos –nos explica-. Para las escenas narrativas, en efecto, quería un ritmo lento. En la escena de la caída, por ejemplo, quería que el lector sintiera todos esos 5 segundos antes de la caída. Quería que el lector percibiera los momentos anteriores y posteriores al suceso. Y lo quería en una sola página. Así que tenían que ser viñetas pequeñas. Pero también para mantener la distancia adecuada con los acontecimientos”.
“Creo que cuanto más pequeñas son las viñetas, más lejos de te sientes de la historia –continúa-. Y quería tener la sensación de que estás viendo los acontecimientos desde "arriba", casi del mismo modo que observas a las hormigas o a las moscas. Y la casa parece un pequeño juguete, quería que se sintiera como gente pequeña en un pequeño escenario de teatro. Creo que da una sensación agridulce e irónica. Aunque a veces después tenía que engrandar/ hacer zoom un poco más”.
“También se puede ver como una referencia a los cómics publicados en los diarios de aquella época, 4 o 5 pequeñas viñetas cada día –añade-. Hay un pequeño ejemplo de una historia de Batman en alguna parte del libro. Es la idea de que de repente se convirtió en un "personaje", no realmente de Hollywood, sino de un periódico. Y la multitud de viñetas en la página ayuda a darle a la misma densidad de la de un periódico”.
Además, Fabien juega con el espacio y con el tiempo avanzando y retrocediendo a su antojo e incluso repitiendo escenas. “Conté las mismas escenas desde diferentes puntos de vista porque es como buscar pistas, pequeños detalles, pequeños cambios... y, con suerte, poder captar algo, un pequeño cambio que ocurra antes y después de ese breve acontecimiento. O tal vez no haya realmente nada que captar, pero esa es la cuestión”.
“También -añade el dibujante-, me interesaba mostrar que este hecho no solo afectó a Ann Hodges, sino también a otra mucha gente. A veces de forma pequeña, a veces más grande. Es un acontecimiento que uno no puede olvidar, aunque haya durado unos segundos. Creo que fue interesante ver cómo los diferentes personajes principales siguieron adelante tras ese acontecimiento. Además, también quería ver caer una y otra vez al meteorito para mi placer. Y para mostrar cómo Ann Hodges se replantea ese acontecimiento, varias veces a lo largo de su vida, atrapada en estos pensamientos”.
“No quiero que la gente se detenga en el dibujo, pero me gustan los dibujos precisos, para que se pueda sentir en una pequeña viñeta la misma sensación de los años cincuenta leyendo el nombre de un restaurante, por ejemplo” –explica el dibujante-.
Sobre el bitono que ha utilizado en el cómic, Fabien nos comenta: “Ya trabajaba así, no es nada raro en el ámbito de las novelas gráficas. Además, no se me daban bien los colores. Pero sobre todo, lo hice porque todos los documentos de la época eran en blanco y negro: los periódicos se imprimían en blanco y negro, la televisión era en blanco y negro al igual que la mayoría de las fotografías, y yo quería transmitir una sensación de periódico. Además, pensé que realzaba las luces y las sombras, lo que, con un poco de suerte, le daba una sensación de "película de serie B".
Una estupenda documentación
Destacar la estupenda documentación que maneja Fabien Roché y cómo ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Le preguntamos cómo fue el proceso de documentación: “Fue un poco complicado porque yo no fui a los Estados Unidos a ver los archivos. Primero pensé que no lo necesitaba, y después ya tenía la historia avanzada y era tarde para hacerlo (y también caro...)”.
“Al principio busqué diarios antiguos en la página web de un periódico de archivos, y en varias páginas web, y encontré muchas cosas, como el programa de televisión en el que aparecía Ann, por ejemplo. Pero no era suficiente, y no siempre era preciso, ya que había diferentes versiones de la historia y no aparecían todos los pequeños detalles que buscaba. Entonces se me ocurrió contactar con la Universidad de Alabama, donde se expone el meteorito (¡debería haberlo hecho desde el principio!). Tuve la oportunidad de que Mary Beth Prondzinski, encargada de los archivos del meteorito, me ayudara amablemente. Mantuvimos largas y estupendas conversaciones por correo y ella escaneaba los documentos de los archivos para mí. No puedo agradecerle su ayuda lo suficiente".
Sus influencias literarias y artísticas
Preguntamos a Fabién hasta qué punto le influyó la publicidad, el cómic y el diseño de la época. “Visualmente, creo que me influyeron indirectamente porque los dibujantes de cómics en los que me inspiré estaban influenciados por estos viejos cómics, periódicos y diseños, con los que crecieron. Era más bien una sensación, pero sabía que los dibujos encajarían en algún lugar entre la caricatura y el realismo”.
“En cuanto a la historia –continúa-, intenté buscar conexiones entre la vida de Ann Hodges y las películas, los anuncios y los documentos de la época. El tono de los anuncios de los años cincuenta era esperanzador hasta un punto absurdo, y pensé que daba una sensación irónica cuando se ponía en perspectiva con la historia. Si veías la televisión podías ver el mismo anuncio varias veces al día, así que jugué con esa recurrencia. Intenté imaginar lo que podría haber pensado Ann Hodges al ver todos esos anuncios después de los acontecimientos. Al fin y al cabo, su historia está profundamente relacionada con la época en la que tuvo lugar”.
Sobre su estilo, Fabien nos comenta: “Realmente no siento tener un estilo definido, es más una evolución progresiva. Siento que sólo hago lo que puedo por ahora. Pero sé que estoy en el equipo de la "línea clara" que creo que encaja con el medio del cómic ya que los ojos no se ven frenados por la estética de los dibujos”.
En cuanto a sus influencias, algunas son evidentes, como confiesa Fabien: “Es demasiado obvio en cuanto a Seth y Ware. Espero que se me pueda perdonar al ser mi primer cómic... Supongo que el libro está muy influenciado por George Sprott de Seth, que también está contado en pequeños capítulos, y pequeñas viñetas, pero también por los cómics en capítulos de Ware y Clowes. Supongo que era una forma de evitar la complejidad de una forma de contar más estándar, y me gustaba eso en ese momento”.
“Creo que Chris Ware es el mejor autor de cómics –añade-, una de sus páginas puede hacerme sentir más que otra cosa lo que es un cómic, y ciertamente estaba muy influenciado por él. No estoy seguro de que el ritmo de la historia sea similar al suyo, pero creo que le robé la "estructura en espejo" de la historia. Espero que al final la sensación sea un poco diferente a la de ellos. También me encantan las historias de Adrian Tomine, me gusta su forma limpia de dibujar”.
Pero no sólo hay influencias del cómic: “David Lynch es uno de mis directores favoritos –confiesa-. Creo que es el que mejor utiliza las imágenes simbólicas, entre otras cosas. Aprendí de él que, si haces que algo aparezca varias veces en una historia, pero en diferentes contextos, todo se enriquece cada vez más. Una escena hace referencia a otra y le añade sentido o profundidad. Me hace pensar en una pelota que rebota en todas las direcciones en un flipper, y que golpea varias veces los mismos puntos hasta que consigues más y más puntos (Supongo que Chris Ware también hace eso, así que puede que no sea solo cosa de David Lynch)”.
“Puedo añadir que el zoom en el hematoma del principio de la secuencia del sueño está seguramente tomado de sus películas, y tal vez el ritmo lento de la escena del sueño pueda recordar algo a su obra. El dibujo de la portada también podría recordar a la introducción de Eraserhead”.
Por último, le preguntamos por el pintor William Hogarth (1697-1764). “Es una influencia más bien menor, pero hace mucho tiempo me topé con los dos grabados de Análisis de la belleza en una exposición de París y me enamoré de ellos –confiesa-. Cuando tu mente se centra en un campo artístico, tiendes a ver muchas cosas a través de esa lente. Así que, cuando lo vi, pensé que el diseño podría ser realmente importante en los cómics. Quería probarlo en otra historia relacionada con la belleza, pero pensé que podría referirse en secreto a la misteriosa belleza del meteorito. Así que utilicé el diseño para las páginas del "fragmento de Hodges". Me inspiró a descifrar el meteorito en detalles de una manera divertida. También el pequeño arco en la parte superior del centro le da un poco de sentido sagrado. No hace falta que se sepa todo eso, pero ¡buena pillada!”.
Al final, Fabien pudo ver el famoso meteorito
Fabien Roché pudo ver en persona el meteorito de Hodges: “Por casualidad, en los mismos años en que estaba trabajando en la historia, hubo una gran exposición de meteoritos en París que duró dos años. Y ¡allá estaba! Fue la primera vez que viajaba fuera de los Estados Unidos. Creo que es una pieza muy bonita, con sus ángulos agudos y pequeños arañazos, y su profunda oscuridad. Hay que admitir que me conmovió un poco. Lo sentí pesado, y más grande de lo que pensaba. No es tan grande, es más o menos del mismo tamaño que lo dibujé, pero me pareció más grande que un dibujo plano, sin duda”.
Preguntamos a Fabien por sus proyectos: “Tengo uno, aunque no he tenido mucho tiempo para trabajar en él estos últimos meses... Estoy al principio del proceso, así que tardaré. Si termino haciéndolo, girará en torno a un culto si-fi new age en los años 70-80 de EE.UU. (otra vez), y lo narraré de una manera un poco más clásica, pero no demasiado, espero. Intentaré alejarme de mis influencias. ¡Y no habrá más viñetas pequeñas!”.
Tras su sorprendente debut en la novela gráfica esperaremos impacientes ese nuevo proyecto de Fabien Roché.