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El precio de los carburantes baja ligeramente, pero sigue por encima de dos euros el litro en plena operación salida

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Baja ligeramente el precio de los carburantes pero se mantiene por encima de los dos euros el litro
Un hombre echa gasolina en una estación de servicio de Madrid.

Los precios de los carburantes bajan ligeramente esta semana, aunque siguen consolidados por encima de los dos euros por litro, coincidiendo con la operación salida del verano.

Este jueves, el diésel se abarata tras cuatro semanas consecutivas al alza y se vende a 2,076 euros el litro, lo que supone 2,4 céntimos menos que la semana pasada, es decir, un 1,3%. La gasolina de 95 ha bajado 1,6 céntimos y se sitúa esta semana en 2,112 euros el litro, un 0,8% más barata que hace siete días. Estas cantidades, que incluyen impuestos, son las publicadas por el Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Una vez aplicada la rebaja de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno, ambos bajan de la barrera de dos euros y la gasolina se coloca en 1,912 euros, mientras que el gasóleo se queda en 1,876 euros. Cabe recordar que se trata de precios medios y algunas estaciones de repostaje superan estos valores.

Con estos precios, los conductores buscan las gasolineras más baratas para ahorrar antes de llenar el depósito del coche para irse de vacaciones.

Llenar el depósito cuesta más de 100 euros

El encarecimiento de ambos carburantes ha provocado que el precio de la gasolina haya aumentado un 29% desde que comenzó el año, frente al 39% que se ha encarecido el gasóleo. Con los precios actuales, llenar un depósito medio de 55 litros con gasolina alcanza actualmente los 105 euros, mientras que con gasóleo se sitúa en 103 euros, lo que supone pagar cerca de 24 euros más que a principios de 2022 si se utiliza gasolina, y 29 euros si se elige gasóleo.

En este contexto, con la bonificación del Gobierno, los consumidores se ahorran cerca de 11 euros al llenar un depósito, independientemente del carburante, cuyo precio en España, una vez aplicado el descuento, se mantiene por debajo de la media europea, que, según la estadística de la UE, se coloca en 1,993 euros el litro para la gasolina, y 1,997 euros para el diésel.

A pesar de la caída registrada durante la última semana, el precio que marca la gasolina es el cuarto más alto de la historia, tan solo un 1,5% por debajo de su récord, mientras que la gasolina ha alcanzado su segundo precio más elevado desde que existen registros.

Más de un 30% más caros desde la invasión de Ucrania

Desde la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero, los precios de ambos combustibles se han disparado entre un 31% y un 39%. En el caso de la gasolina, el porcentaje de aumento se eleva hasta el 31,26% y en el del diésel al 38,67%. Además, con respecto a la misma semana de 2021, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 51,83%, mientras que el diésel es un 65,55% más caro, aunque sin tener en cuenta la bonificación.

Contando con esta ayuda estatal, el precio del litro de gasolina este jueves es 9 céntimos más caro que en la última semana de marzo (1,818 euros), antes de que se comenzara a aplicar el mecanismo, con lo que el encarecimiento registrado por este carburante desde entonces ha absorbido totalmente la ayuda.

Mayor subida de precios en las gasolineras baratas

Las estaciones de servicio han respondido a la bonificación de 20 céntimos por litro con una subida media de precios que oscila entre los 0,7 céntimos por litro, en el caso de la gasolina, y de 3,52 céntimos para el diésel, según un estudio publicado este jueves por ESADE.

El documento apunta a las gasolineras más económicas: "En ambos productos son las gasolineras con precios más bajos las que han reaccionado con mucha mayor fuerza al cambio de política, incrementando sus precios. Esto ha supuesto una compresión de la distribución de los precios. Específicamente, en el caso del gasóleo, las gasolineras más baratas llegaron a aumentar su precio entre cinco y ocho céntimos por litro", indica el informe.

También menciona que las estaciones independientes (aquellas sin contrato de exclusividad de suministro con un operador al por mayor de productos petrolíferos) son las que han recogido una mayor parte de la bonificación, mientras que las distribuidoras minoristas (que forman parte de la red de las grandes compañías) lo han hecho en menor medida.

Los autores del estudio apuntan a que puede deberse a "un fallo de diseño" de la medida del Gobierno con respecto a las estaciones de servicio independientes. "El sistema de anticipos implementado por el Gobierno para dotar de liquidez al sector se ha revelado insuficiente en el caso de las gasolineras independientes con menores precios, lo que ha podido llevar a que aumenten sus precios para poder garantizar dicha liquidez", apunta el análisis.

En esa línea, los autores consideran que las grandes compañías "pueden permitirse llevar a cabo esta estrategia de no subir precios, o incluso bajarlos ligeramente en el caso de la gasolina 95" dado que cuentan con los márgenes de sus actividades de refino, así como con precios previos superiores respecto a las estaciones de servicio independientes.

Mientras tanto, las estaciones de repostaje siguen mostrándose disconformes con el pago de anticipos por parte del Ejecutivo y piden agilizar los pagos para "no poner en peligro la estabilidad financiera de las gasolineras que operan en España", tal y como ha expresado la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) en un comunicado al Gobierno.

Tras la estela del petróleo

La subida del precio del diésel y la gasolina se ha registrado en el contexto del repunte de la cotización del barril de Brent -de referencia en Europa- a raíz de la guerra de Ucrania. En la mañana de este jueves, el precio por barril se mantenía estable alrededor de los 100 euros.

No obstante, cabe recordar que el precio de los carburantes depende de diversos factores, como su cotización específica (independiente de la del petróleo), la evolución del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística y los márgenes brutos. Así, la evolución en la cotización del crudo no se traslada directamente a los precios de la gasolina, sino que lo hace con un decalaje temporal.