Roberta Metsola: "No podemos mirar el mundo como lo hacíamos antes de la guerra en Ucrania"
- La presidenta de la Eurocámara cumple seis meses al frente de la institución, tras la muerte de su predecesor David Sassoli
- Es la tercera mujer que ocupa el puesto y la persona más joven en hacerlo
Han pasado tan solo seis meses desde que se puso al frente de la Eurocámara, pero ha sido un semestre tan intenso que Roberta Métsola tiene la sensación de que ha pasado más tiempo. Europa ha ido de planificar su recuperación de la pandemia a lidiar con una guerra en el continente, en Ucrania.
Métsola es de Malta, tiene 43 años y es madre de cuatro hijos. De profesión abogada, es eurodiputada desde 2013 y fue elegida al frente del Parlamento de los 27 como si de “un aterrizaje forzoso” se tratase, porque fue inmediatamente después del fallecimiento de su predecesor David Sassoli. Es la tercera mujer que ocupa el puesto y la persona más joven que preside la Eurocámara. “Europa 2022” ha estado con ella:
PREGUNTA: José Carlos Gallardo- Podríamos decir que han sido seis meses muy intensos... y, además, con el legado de David Sassoli.
RESPUESTA: Absolutamente. Podríamos decir que fue un "aterrizaje forzoso". Pero quién me hubiera dicho, el 18 de enero, tan solo unos días después de que mi querido y añorado predecesor falleciese, que no solo tendríamos por delante un amplio e intenso período legislativo, sino que ya empezaríamos a experimentar el incremento de los precios y de la energía con una guerra en nuestro continente. El 24 de febrero ha marcado una fecha en nuestra Unión y no podemos mirar el mundo como lo hacíamos antes. Y los grandes desafíos de los próximos seis meses creo que van a ser, incluso, mucho más intensos de lo que han sido los seis primeros.
P: Esta semana de plenos, aquí en Estrasburgo, resume a la perfección lo que se debate y lo que se discute entre los eurodiputados. Hablamos de derechos, de derechos de mujeres, de medidas para combatir la crisis, de cualquier tipo de crisis, la transición verde... Es un ejemplo del papel que ejerce el Parlamento Europeo.
R: Sí, durante las semanas de Estrasburgo en las que venimos a nuestros plenos, digamos que es el período de mayor intensidad dentro de la programación del Parlamento, pero además este es el último antes del descanso de verano. Esto supone que haya mucha actividad legislativa. Hemos votado la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, que es una legislación pionera en el ámbito digital; también sobre Medio Ambiente, con una votación en concreto acerca de la llamada “taxonomía”. Está causando por supuesto un gran debate, como debe ser en la “Casa Europea”, donde sus miembros provienen de diferentes países, de diferentes grupos políticos, y donde vienen a reunirse para buscar mayorías. Pero este Parlamento también apoya los Derechos Humanos y los derechos en cualquier lugar. Por eso, cuando hay una tendencia preocupante o un retroceso en los derechos en otras partes del mundo, ya sea fuera o dentro de la Unión Europea, siempre ha sido el primero en hablar de ese problema, como hemos visto en algunos de los debates, y estoy segura de que el debate continuará.
P: Contamos con una guerra en Europa, ahora le preguntaré por Ucrania, pero de lo que nos hemos dado cuenta es cómo la Eurocámara ha sabido apuntalar todas y cada una de las políticas que vienen de Bruselas. No sé si usted está de acuerdo…
R: Yo estoy muy orgullosa de este Parlamento. Siento la responsabilidad que me han otorgado mis compañeros, que es ofrecer una Cámara más visible, más efectiva y más eficiente a la hora de tomar decisiones. La pandemia fue un momento muy complicado y, ahora, estamos emergiendo en un período de una visibilidad notoria, no solo legislativa sino también pública. El 60% de nuestros eurodiputados fueron elegidos por primera vez en 2019 y el nivel de ambición es muy alto. Esta institución siempre ha ido mucho más lejos que otras. Queremos movernos mucho más rápido en cuanto al Clima, a lo digital. Queremos ser más humanitarios cuando se trata de Derechos Fundamentales. Y este Parlamento ha actuado tanto así que, finalmente, ha encontrado su lugar. También en el debate sobre Ucrania. No solo a la hora de mostrar solidaridad, sino también pidiendo su adhesión a la UE y asistencia logística, financiera y militar. Así que creo que el Parlamento ha de sentirse orgulloso. Siempre podemos hacer más, pero este es el trayecto directo en el que nos movemos y en el que debemos seguir.
P: Hablamos, por supuesto, de Ucrania. Usted ha estado allí, en Kiev. Su apoyo, personalmente, ha sido muy claro frente a Rusia, que, como quedó constancia la semana pasada en la Cumbre de la OTAN en Madrid, es, hoy por hoy, la gran amenaza.
R: Creo que lo que siempre hemos visto es una democracia parlamentaria emergente. El presidente Zelenski se dirigió al Parlamento Europeo, fue la primera intervención que hizo en el mundo, y después yo invité a 160 parlamentos a que le escucharan a él y a su equipo, convirtiéndose en lo que es la más grande llamada a la esperanza, en esa búsqueda de la Unión Europea como un hogar y un refugio, como ha sido para millones de personas que han tenido que huir de una guerra que, al final, es la clásica guerra, porque en ella se están produciendo muertes de forma indiscriminada y violaciones de mujeres y niños. Y todo esto, obviamente, nos llevó en el Parlamento Europeo a la necesidad de reaccionar, de ser más rápidos y a ofrecer una respuesta. Es por eso por lo que, el 2 de marzo, celebramos la posibilidad de que Ucrania y Moldavia se convirtieran en países candidatos a la UE y, una vez que la decisión fue tomada, yo misma me dirigí al Parlamento ucraniano, con el que hemos tenido una relación muy estrecha durante años. ¿Y por qué se tomó esta decisión? En primer lugar, porque realmente confiamos en la esperanza y en la solidaridad, pero al mismo tiempo empatizamos con la resiliencia de esa población que está luchando por su tierra, por la integridad y por la soberanía de su territorio. Nos ha llegado al corazón. Mi generación nunca había experimentado así una guerra contra tal amenaza. En 2008, Putin no se detuvo. En 2015, tampoco. ¿Qué nos hace pensar que ahora sí va a parar? Nuestra reacción debe ser equiparable a la resistencia, a la valentía y a la fortaleza que los ucranianos ya nos han demostrado.
P: Por último, que sabemos que tiene una agenda muy apretada, no podemos dejar de preguntarle por algo de lo que hablamos continuamente. Es la transición ecológica, este camino emprendido hacia la sostenibilidad que en un principio empezamos a destacar de entre todas las medidas pospandemia, con los planes de recuperación “Next Generation” y, ahora, sin duda, para buscar la independencia energética. ¿Tenemos que pensar, definitivamente, en verde?
R: En 2019, las generaciones más jóvenes nos pidieron a los electos en el Parlamento Europeo ir más lejos. Ya vamos demasiado lentos. Somos la última generación que puede marcar la diferencia. Si algo nos ha enseñado esta guerra es que debemos ir mucho más rápido a la hora de invertir en renovables y entender la interdependencia de nuestras energías, que no podemos ser islas energéticas en la Unión Europea durante más tiempo. Si no lo hacemos así, nuestros hijos no podrán hacerlo porque será demasiado tarde. Acabamos de ver cómo, por ejemplo, el calentamiento del glaciar de los Dolomitas, en Italia, podría haber causado la muerte de decenas de personas. Asistiremos a situaciones parecidas cada vez más y más a menudo. No puede haber ninguna duda por más tiempo. Y este Parlamento ha sido extremadamente claro para empujar al resto con los paquetes climáticos más ambiciosos. Ya hemos empezado, continuaremos las próximas semanas y seremos nosotros, por supuesto, los que en 2024 necesitaremos presentarnos ante los ciudadanos para preguntarles si hemos cumplido lo suficiente. Si no, habrá que ir todavía más lejos, pero no podríamos mirarles a los ojos si no hubiésemos hecho nada. Estoy muy orgullosa de este Parlamento porque ha sido muy activo en este asunto.