¿Es España el segundo país del mundo con más desapariciones forzosas?
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El 12 de julio, durante el debate sobre el estado de la nación y en el contexto de la necesidad de profundizar en la reparación de las víctimas civiles de la Guerra Civil y del Franquismo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez afirmó: “En España hay todavía 114.000 desaparecidos forzosos. Somos, después de Camboya, el país del mundo con mayores desaparecidos”. El hecho de que no exista una clasificación oficial de países de acuerdo con su cifra de desaparecidos dificulta la verificación de la cifra planteada por el jefe del Ejecutivo. Desde VerificaRTVE te explicamos de dónde sale esa estimación y los principales puntos de referencia en este tema.
¿Por qué 114.000?
Durante el año 2008 el entonces juez instructor del la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, puso en marcha un sumario por “detención ilegal” para dilucidar “la existencia de un plan sistemático y preconcebido de eliminación de oponentes políticos a través de múltiples muertes, torturas, exilio y desapariciones forzadas”. Su investigación tenía como punto de partida julio de 1936 y se extendía hasta los años “siguientes a la posguerra”.
En el auto por el que se declaró competente, Garzón hizo constar la cifra de 114.266 personas desaparecidas en España (pág.23). Esta cifra corresponde a las “víctimas desaparecidas” del 17 de julio de 1936 a diciembre de 1951. Garzón aclaró que estos números tenían que ser “contrastados, analizados y renovados para completarlos y actualizarlos al máximo” (pág.24). El entonces juez extrajo este dato tras depurar un conjunto de listados de desaparecidos que le fueron aportados por las asociaciones personadas como acusación en el caso (pág.22) el 22 de septiembre de 2008 (pág.22).
¿Es la cifra de 114.000 aceptada de manera unánime?
No. El principal motivo por el que no hay acuerdo es porque la definición de “desaparición forzosa” es distinta para los distintos expertos que hemos consultado sobre el tema.
Para Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: “Un desaparecido forzado es alguien al que una fuerza sin legitimidad lo detiene, lo asesina y no le entrega su cadáver a la familia”. Esta definición de carácter amplio hace que Silva considere desaparecidas a todas aquellas personas cuyo cuerpo consta documentalmente que está enterrado, por ejemplo, en la fosa común de un cementerio sin que haya habido una entrega del cadáver a sus familiares. Silva afirma que la cifra que ofreció el presidente del Gobierno se queda corta y que los desaparecidos “son más” de 114.000.
El investigador del CSIC Francisco Ferrándiz sostiene un criterio más restrictivo. En su opinión, la cifra que consta en el auto del juez Garzón “no la tomaría en serio en el sentido de que no hubo una metodología común [...] No hubo un proyecto de tipo científico detrás”. En su definición “solamente se pueden llamar desaparecidos a las personas que no se sabe dónde están”, lo que le lleva a excluir a aquellas víctimas identificadas que están en fosas comunes reconocidas.
Los desaparecidos del franquismo en el contexto de todas las víctimas civiles
Francisco Etxeberría, médico especialista en Medicina Legal y Forense y uno de los mayores expertos en exhumaciones de víctimas del franquismo, ofrece una definición más matizada de la cuestión. Etxeberría parte de que el cómputo global de “víctimas con resultado de muerte [...] por un lado y por otro” fue aproximadamente de 190.000. Esta cifra incluye a todos civiles muertos que vivían en el territorio controlado por la República (50.000) y los que estaban en la parte de España dominado por el Ejército franquista (140.000). En esta ocasión, Etxebarría no contabiliza a las personas que murieron en combate o en una acción de guerra como por ejemplo un bombardeo.
Etxeberría recuerda que los 50.000 muertos en el territorio republicano “fueron reconocidos [por el régimen franquista] y son listados que existen”, lo que hace que no puedan ser considerados como desaparecidos. Entre los aproximadamente 140.000 civiles muertos en el territorio franquista se abren a su vez dos categorías: los ejecutados en “juicios sumarísimos” a partir de 1937 y aquellos que fueron asesinados extrajudicialmente (la inmensa mayoría antes de 1937). Extebarría no considera desaparecidos a aquellos que fueron ejecutados después de una causa militar “sumarísima” porque “hay un certificado de defunción”. Según su criterio, los desaparecidos son todo el resto.
Etxeberría explica que los trabajos de los historiadores que permiten distinguir a los unos de los otros están bastante avanzados en el País Vasco y en Navarra pero más retrasados en otras comunidades autónomas. La asociación Innovation and Human Rights ofrece en su web la referencia a 485.136 procesos militares “sumarísimos” con datos del Ministerio de Defensa pero su documentación no está completa y todavía tienen que analizar a fondo los datos, por lo que no existe una cifra concluyente. El informe elaborado por el Gobierno vasco explica que de las 2.146 personas ejecutadas por los franquistas, el 46% murió tras un consejo de guerra y el 53% (1.155) de manera extrajudicial.
La exhumación de desaparecidos del franquismo en fosas o enterramientos irregulares
Etxeberría dice que en los últimos 20 años han “recuperado 11.000 esqueletos por diferentes equipos en toda España” y añade que “puede quedar [por desenterrar] el doble de esa cifra, no más”. Por tanto, según sus estimaciones, el conjunto de exhumaciones que se están realizando hará que se encuentre el paradero de un máximo de 30.000 restos humanos de represaliados por el franquismo. La Secretaría de Estado de la Memoria Democrática ofrece un mapa con la ubicación de estas fosas comunes y una memoria de los trabajos de exhumación realizados entre 2000 y 2019.
Preguntado por los motivos por los que el cuerpo de un desaparecido forzoso no será recuperable, Etxeberria explica que hay distintos motivos, como cuando “echaron los cadáveres al mar” como en el caso de Canarias o Asturias, o que, al ampliarse muchas carreteras, las cunetas en las que fueron enterradas muchas personas quedaron debajo del asfalto. Este es el motivo por el que cuando preguntamos a Etxeberría sobre la cifra de los 114.000 y cuántas son las desapariciones forzosas responde: “No los sabemos, no lo sé”
¿Realmente somos el segundo país del mundo después de Camboya?
No hay documentos, informes o clasificaciones que prueben que España es el segundo país del mundo con mayor número de personas desaparecidas tras Camboya. La Comisión Internacional para las Personas Desaparecidas (ICMP) es la principal organización para la búsqueda de desaparecidos y la identificación de restos humanos en fosas. Esta organización, clave para lograr la identificación del 70 por ciento de los cadáveres de víctimas de las guerras de los Balcanes, no dispone de ninguna clasificación de países por cifra de desaparecidos.
Naciones Unidas cuenta con un Grupo de Trabajo para las Desapariciones Forzosas. Este organismo realizó en septiembre de 2013 una visita de trabajo y publicó un informe en el que constató que en España “no existe una cifra oficial” de desaparecidos (pág.4). “Hasta la fecha no existe una cifra oficial del número de personas desaparecidas, ya que España no cuenta con una base de datos centralizada al respecto”, advirtió. El informe cita la estimación del juez Garzón de 114.226 desaparecidos pero admite que “el número tampoco pudo ser determinado fehacientemente por una investigación judicial” al archivarse el proceso. El Gobierno español, presidido entonces por Mariano Rajoy, respondió al Grupo de Trabajo criticando la “falta de rigor histórico” de la cifra de los 114.226 desaparecidos (pág.3).
Aunque no hay una clasificación oficial de países por desaparecidos, la organización de defensa de los Derechos Humanos Amnistía Internacional ha declarado públicamente que Sri Lanka es el segundo país del mundo con más desaparecidos. Lo hizo su directora para Asia Pacífico, Yamini Mishra, en agosto de 2021: “Sri Lanka tiene el segundo mayor número de desapariciones forzadas, con decenas de miles de personas desaparecidas por la fuerza durante muchas décadas”. Por su parte, la ICMP sitúa a Irak como uno de los países mayores con mayor cifra de desaparecidos (entre 250.000 y un millón de personas), con registros muy superiores a las estimaciones de España.
Verificar los símbolos
La labor de verificación no puede ignorar que, en materia de violaciones de derechos humanos, algunas cifras se han convertido en símbolo del sufrimiento real de las víctimas. En ocasiones aquellos que comprueban la veracidad de una cifra se enfrentan a críticas de los que consideran que investigar la autenticidad de un dato implica cuestionar la propia existencia de un hecho.
El acercamiento a las distintas versiones de esta discusión académica e histórica debe entenderse como un intento de subrayar el sufrimiento real de las personas que padecieron las violaciones a los derechos humanos. El hecho de que el recuento suba o baje respecto a la cifra que se ha difundido no hace que el sufrimiento de cada una de las víctimas sea mayor o menor pues su dolor y el de sus familiares siempre será máximo e irreparable.