Draghi se enfrenta a una nueva moción de confianza que decidirá el futuro político de Italia
- Los partidos tienen que pronunciarse entre seguir apoyando la coalición o abocar al país a las urnas
- El expresidente del BCE ha recibido en las últimas horas miles de peticiones para que no renuncie y acabe la legislatura
El pasado jueves, Mario Draghi sacudía Italia y el resto de Europa al anunciar su intención de dimitir como presidente de Italia. Aunque no es la primera vez que suenan campanas de crisis en el país, este miércoles todo el mundo está en vilo: el primer ministro decide si sigue adelante con su decisión de abandonar el Ejecutivo por la falta de apoyos o da marcha atrás e intenta reconducir la inestable política italiana por enésima vez.
Lo hace a través de una moción de confianza en el Parlamento, donde los partidos tienen que pronunciarse entre seguir apoyando la coalición o abocar al país a las urnas en medio de un clima de descontento económico y social. Hasta ahora, todos los grupos lo apoyaban, excepto la ultraderecha de Fratelli d'Italia, pero la retirada de parte del Movimiento 5 Estrellas (MS5) le hizo tomar la decisión de dimitir.
La coalición de unidad nacional que preside desde febrero de 2021 entró en crisis cuando el M5S, se desmarcó del resto y decidió no votar una moción de confianza vinculada a un decreto económico.
Acto seguido, el primer ministro presentó su dimisión al jefe del Estado, Sergio Mattarella, alegando que él había aceptado gobernar con el apoyo de todos, pero el presidente la rechazó emplazándole a solucionar la crisis ante el Legislativo.
Desde entonces, Draghi se ha refugiado en su casa de Città della Pieve, una apacible aldea en la montañosa Umbria donde medita la trascendental decisión.
Si ha salido para viajar a Argelia para pedir más gas y para mantener dos importantes encuentros en la capital, empezando por el que mantuvo en el palacio del Quirinale con Mattarella, para hablar sobre los nuevos acuerdos con Argel, claves en sus planes para zanjar la dependencia del gas ruso. Y también recibió en el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, al líder del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, uno de los que más presionan para convencerlo a seguir.
Italia apoya a Draghi
El expresidente del Banco Central Europeo ha recibido en las últimas horas miles de peticiones para que no renuncie y acabe la legislatura en su término natural, marzo de 2023, habida cuenta de los enormes desafíos que el país encara.
Las prioridades, alegan sus partidarios, son culminar el programa de reformas que desbloqueen a final de año nuevos fondos del Plan de Recuperación europeo, crear los nuevos Presupuestos y tomar medidas contra una histórica recesión, sin precedentes desde 1986.
Unos 1.600 alcaldes de todo el país y todo color político han firmado una petición en ese sentido, y el respaldo también ha llegado de la poderosa Iglesia, de sindicatos y patronales y de asociaciones de toda índole, desde rectores, médicos o industriales.
El economista metido a primer ministro también cuenta con el apoyo de Europa: el presidente español, Pedro Sánchez, escribió en el diario 'Politico' que el continente "necesita líderes como él" y fue también elogiado, con disimulo, desde la Comisión Europea.
El MS5 clave de toda la crisis política
Mientras tanto, en el plano nacional, los partidos siguen celebrando reuniones internas para consensuar una postura de cara a la rendición de cuentas que se celebra desde las 9:30 de la mañana.
La coalición, apoyada por todo el hemiciclo menos por los ultraderechistas Hermanos de Italia, se divide entre una izquierda proclive al diálogo con el M5S y una derecha que no quiere ni oír hablar de volver a gobernar con esa formación populista.
En el bloque conservador, Silvio Berlusconi y Matteo Salvini están dispuestos a renovar su apoyo al economista, pero solo si excluye al M5S.
De lo contrario, "están preparados" para un adelanto electoral y votar, unos Presupuestos para 2023, aunque sean provisionales.
Por su parte, el Cinco Estrellas, el desencadenante de toda esta tórrida crisis en la semana más cálida del año, tras horas y horas de broncas reuniones, ni siquiera ha acordado si seguirá apoyando al primer ministro o le dará el portazo definitivo.
Su líder, Giuseppe Conte, ha asegurado que "ahora la decisión no compete al M5S sino a Draghi". Es decir, si los quiere de vuelta, deberá aceptar una serie de exigencias que pusieron al decreto que provocó el cisma.
Quien no se cansa de exigir elecciones es la jefa de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, hasta la fecha sola en la oposición y ya lanzada por los buenos pronósticos que le dan todos lo sondeos, muchos de los cuales la sitúan como primera fuerza del país.
Pero la última palabra la tendrá Mattarella, que el pasado enero aceptó a regañadientes mantenerse al frente de la máxima institución del Estado. Si Draghi dimite, será él quien decida si da por zanjada o no la legislatura, y los pasos a seguir.
Aun si este miércoles recupera su confianza, Draghi podría decidir no seguir. Se abriría un escenario de elecciones anticipadas y, según los sondeos, la derecha estaría más cerca de gobernar, ante la preocupación de los socios europeos.