Adolfo Domínguez: "La humildad es una virtud a los 20 años, a los 72 es puro ejercicio de lucidez"
- “Somos el único ser capaz de rebelarse a nuestro destino de impiedad y sangre”, dice el diseñador
- Considera que “no es tiempo de hacer naciones, porque el 'procés' solo produce melancolía”
- Los viernes, las entrevistas completas de Plano general, a las 21:25 horas en La 2 y en RTVE Play
El diseñador y empresario muestra su casa en pleno monte orensano, rodeado de naturaleza y de reflexiones profundas sobre la vida. Adolfo Domínguez, que ha triunfado con su marca de diseño y el eslogan "la arruga es bella", se dedica a escribir tras retirarse de la primera línea empresarial. "Creo que uno de los aciertos de mi vida -señala- fue continuar el oficio de mis padres", igual que ahora sus hijas continúan el suyo.
Pregunta.- ¿Cómo le va la vida tras retirarse de la primera línea de la moda?
Respuesta.- Fantástico, dedicado a escribir, a leer y a oír música.
P.- Ha delegado en una de sus hijas ¿o un diseñador como usted no se retira nunca? Adriana está ahora a cargo del negocio, ¿no?
R.- Sí, en realidad es mis dos hijas. En realidad las tres. Adriana es consejera delegada, Tiziana es la directora creativa y Valeria es consejera.
P.- A usted, ¿cómo le gusta que le reconozcan más? ¿como modisto, como diseñador o como escritor y empresario de la moda?
R.- No, yo no me definiría. Que cada uno me defina como como quiera.
P.- Usted empezó en la sastrería de sus padres en Orense. Después estudió en París y en Londres.
R.- Mis primeros recuerdos vienen de la tienda que teníamos. Vivíamos en el primer piso. El primer piso era el taller. La planta baja era tienda y arriba vivíamos nosotros. Y luego nos movimos cuando yo tenía ocho años.
P.- ¿Cuál es el secreto del éxito? Si es que tiene un secreto además del trabajo, porque sin trabajo no hay nada.
“El secreto del éxito se resume en constancia“
R. - Constancia. Yo creo que la constancia es la virtud de la burguesía. La burguesía es la clase de los oficios, de las profesiones. No es lo mismo un soldado, un clérigo, que un profesional, que un burgués. Los burgueses son constantes, repiten día a día el trabajo y llegan a regentar las costumbres de una ciudad, de burgueses, de comerciantes. Son apacibles y tienen un régimen democrático.
P.- ¿Qué tiene Galicia que ha dado tan buenas marcas de moda y de diseño?
R.- Bueno, yo creo que como en física todo es determinación y azar. Poco es dejado al libre albedrío, pero también influye. O sea, es el tiempo se va haciendo, por mucha información que tenemos, el tiempo. Hoy hay muchos satélites que te hacen prever el tiempo, pero como el tiempo se va haciendo, nunca aciertan del todo. En la vida es imprevisible. Entonces hay una mezcla de determinación y azar.
P.- Como el tiempo de Galicia. Sol. Lluvia. En fin. Da unos registros. Los pájaros cantan en su jardín. Usted vive en medio del monte. ¿Le gusta vivir aquí?.
R.- Me gusta mucho. Me encanta vivir en el monte, en el medio de ningún lado.
P.- En su faceta de empresario, ¿cuál es su receta para acabar con la crisis económica actual que estamos viviendo? Para combatir la inflación, el paro, la carestía de la vida, los carburantes…
“Los países ricos tiene un relato: las ideas de la libertad“
R.- El cambio de relato. Los países ricos tienen un relato. Las ideas de la libertad. Los países menos ricos no tienen ningún otro relato que la intervención del Estado.
P.- Pero España, que es rica o pobre, Adolfo.
R.- Yo diría que tenemos aún demasiada intervención estatal.
P.- ¿Crees en la idea del Estado subvencionado?
R.- No, yo creo en el libre mercado. Es el método más sabio de redistribución de recursos. Cuanto más estado, peor.
P.- Adolfo Domínguez tiene tres tiendas en Rusia. ¿Las ha cerrado?
R.- Si, las hemos cerrado. Pero se volverán a abrir cuando las circunstancias sean propicias.
P.- Usted como gallego, además habla gallego perfectamente, ¿qué piensa de que en Cataluña no se cumpla el 25 % de la enseñanza en castellano?
R.- Si es ley, yo no entiendo la ausencia de la ley. Es lo que nos salva del caos, es lo que nos salva de caos.
P.- ¿Se siente usted un triunfador o un currante del diseño?
“Yo creo que acerté más que me equivoqué, mi cuota de vanidad se cubrió hace muchísimos años“
R.- Con 72 años, lo de triunfador es una locura. La norma en la vida es fracasar, equivocarse. El acertar es una sección. Yo creo que acerté más que me equivoque, que me equivoqué lo suficiente como para no tener esa sensación de triunfador y eso me hace humano. Mi cuota de vanidad se cubrió hace muchísimos años, gracias a Dios. La humildad es una virtud.
P.- ¿La moda es cultura. es negocio o las dos cosas?
R.- Las dos cosas, pero todas las dos cosas. Esculpir eso hay que hacerlo, inventarlo, pintar hay que hacerlo. Es cuando digo una sociedad de mercaderes, son gente que hace cosas y las vende y sigue y si tienes que venderlas, no puedes tratar mal a los clientes, al contrario, tienes que ser amable. Por eso las otras, las sociedades, las costumbres, son apacibles. Pero sí, yo creo que hay que producir y vender.
P.- Usted estudió Arte y cine en París y creo que también en Londres. Si volviera a nacer se dedicaría otra vez a la moda o a lo mejor tendríamos un director de cine ante nosotros.
R.- No, estoy muy contento. Siempre creo que soy artista y tengo vocación. Con el mundo del cine tenía que esperar mucho. En la lista me calculaba cinco años para entrar, sólo para llevar el café a la actriz o al director. Entonces preferí ya irme por otros lados y no me arrepiento. Al contrario, creo que es uno de los aciertos de mi vida continuar el negocio de mis padres y el oficio de mis padres, el del esfuerzo.