Calviño defiende el impuesto a la banca frente a las patronales: "Hay que arrimar el hombro"
- Este gravamen, cuyos detalles se conocerán la semana que viene, se aprobará a través de una proposición de ley
- De esta forma, se negociará con los grupos parlamentarios con el fin de incorporar "las mejoras más adecuadas"
"En un clima muy cordial y de actitud muy positiva". Así se ha desarrollado el encuentro con las principales patronales y grandes entidades financieras para abordar el impuesto a la banca, en palabras de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien les ha trasladado que es "el momento de arrimar el hombro" y de "ayudar a las familias y a las empresas".
"Creemos que el sector bancario puede y debe contribuir a responder al impacto de la guerra en Ucrania", ha añadido Calviño en una rueda de prensa posterior a la reunión con las patronales bancarias AEB, CECA y Unacc, las principales entidades financieras españolas y el gobernador y la subgobernadora del Banco de España, Pablo Hernández de Cos y Margarita Delgado.
La vicepresidenta ha anunciado que este gravamen, cuyos detalles se conocerán la semana que viene, se aprobará a través de una proposición de ley, por lo que se negociará con los grupos parlamentarios con el fin de incorporar "las mejoras más adecuadas".
El impuesto a la banca es uno de los dos tributos extraordinarios que el Gobierno tiene la intención de crear para las entidades financieras y las grandes compañías energéticas por un periodo de dos años, con los que espera recaudar 7.000 millones de euros, tal como anunció en el debate sobre el estado de la nación, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
En este caso, es un impuesto de carácter extraordinario y temporal, que tiene como objetivo recaudar 1.500 millones de euros al año. La medida ha sido criticada por el sector y se han sucedido los temores de que pueda ser repercutido en los ciudadanos.
La banca pide que "no se les estigmatice"
Para la vicepresidenta, este impuesto es "la decisión correcta" para repartir "los esfuerzos" que suponen el impacto de la guerra y de la elevada inflación, y así se lo ha trasladado al sector. "El gravamen se articulará de una manera que no perjudique la solvencia ni la concesión de créditos. Es el momento de estar todos a la altura de las circunstancias", ha insistido.
La banca, por su parte, no comparten esta decisión y han pedido que "no se les estigmatice", según Calviño. En la misma línea, la vicepresidenta ha reclamado esta mañana en una entrevista en TVE "no criminalizar" al sector, pues "juegan un papel fundamental para el buen funcionamiento de nuestra economía".
Por último, Calviño también ha señalado que la banca tendrá un papel "más activo" en la canalización de los fondos europeos en la segunda mitad del año y ha anunciado para el mes de septiembre un plan de inclusión financiera en el ámbito rural para identificar las necesidades de los municipios de 500 habitantes, así como los de aquellos de más de 500 habitantes.
"Alta confianza" de los inversores internacionales
Preguntada por el impacto que este impuesto podría tener en las inversiones, la titular de Asuntos Económicos ha señalado que desde el Gobierno ven "una alta confianza" en la política económica del país. "Estamos convencidos de que la articulación de unas medidas eficaces y justas para responder al impacto de la guerra refuerza la confianza en el porvenir y la evolución de nuestro país", ha recalcado.
Asimismo, Calviño ha asegurado que, bajo su punto de vista, en la reunión "ha habido una comprensión en la necesidad de proteger los ingresos fiscales", con el fin de seguir la senda de reducción de déficit y deuda pública, frente a "otras propuestas que no van en la dirección de esta responsabilidad fiscal", ha dicho en referencia al PP, que reclama una bajada de impuestos.
A la reunión, que ha encabezado Calviño, han asistido la presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán; el director general de CECA, José María Méndez; y la secretaria de Unacc, Cristina Freijanes. Por parte de los bancos, han acudido el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez; del presidente de BBVA, Carlos Torres; del presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu; del presidente de CaixaBank, Ignacio Goirigolzarri, y del presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga.